La ciencia en desarrollo es algo que entra a la red de manera muy sigilosa. A cada tramo en la red se avanza en la medida que los pasos previos han sido dados fuera de ella. Y, a la vez, sólo en el centro de esta inmensa red se encuentra el hueco negro a través del cual pasan las que, de teorías utópicas pasan a ser realidades científicas. Cita:
"me convertí en un ladrón de cerebros promiscuo y desvergonzado que usurpaba los conocimientos que mentes privilegiadas habían tardado años en acumular. Cuando entrevistaba a algún científico siempre le exigía: No me cuentes lo que ya puedo encontrar en internet. Dime en qué estás trabajando ahora mismo aunque no esté publicado todavía. Confiésame lo que más te intriga en tu campo, qué será noticia dentro de uno, cinco o diez años".
Pere Estupinyá, bioquímico español, en El Ladrón de Cerebros (Debate/Random House Mondadori). El Tiempo, junio 3 de 2011
viernes, 10 de junio de 2011
domingo, 5 de junio de 2011
X - MEN PRIMERA GENERACIÓN (X - MEN FIRST CLASS)

Dirige Matthew Vaughn envidiable esposo de Claudia Schiffer. Vaughn ha sido productor de películas como “Snatch” y otras de similar innovación en el tratamiento del género pequeñas mafias inglesas dirigidas por Guy Ritchie, exesposo de Madonna. También del reciente e interesante filme-cómic “Kick ass” y ahora se orienta con éxito en esta explicación del inicio de X-Men.
Es de moda, desde que “Star Wars” comenzó la tradición de sagas con secuelas exitosas (léase franquicias jugosas) que llegan al momento de explotar con las precuelas. Empiezan por el final y terminan explicándole al público adepto los orígenes de su historia, como ha pasado con “Hannibal” y muchas otras. En este caso pueden contarse ya cinco entregas, aunque la penúltima individualizaba para tratar sólo el origen de Wolverine.
Los USD$120 millones de presupuesto se multiplicarán con creces. La X-Men del año 2000 fue pionera en el uso vanguardista de la panoplia de efectos especiales usados en el curso del milenio y dado tantos frutos que permitieron renacer las taquillas voluminosas con retornos contados en unidades de USD$billón. Las editoriales como Marvel tienen una mina de oro en superhéroes (Blade, Capitán América, Punisher, Conan, Daredevil, Domino, Elektra, Ghost Rider, Hulk, Iron Man, Kick ASS, Spiderman, Thor, Wolverine y una centena más entre las figuras individuales).
X-Men en esta entrega parcial muestra a 13 de sus componentes, unos figuras malévolas y otros no, unos que cambian de bando y otros que deciden iniciar sus propias revanchas. Wolverin solo hace un cameo-firma y los demás explican al espectador sus habilidades, mediados en roles realizados por figuras como Kevin Bacon, James McAvoy o Michael Fasbbender, quienes suelen estar en las nominaciones de calidad actoral. La novedad es Michel Fassbender (Magneto), un actor de enormes kilates (“300”, “Inglorious Basterds” y “Hunger”) con roles realizados que permiten evidenciar ser el reemplazo generacional de un Daniel Day-Lewis, tanto por su fisonomía como por su profundidad histriónica. En su personaje de Magneto solo está asegurando recuperar los esfuerzos ya hechos en filmes pequeños de enorme exigencia profesional y poco recaudo, con tarifas por su trabajo de más de seis ceros.
El inicio de este grupo de mutantes de superpoderes se ubica en la segunda guerra mundial y se concreta en la crisis de los misiles en 1962, permitiendo retomar la iconografía política de Nikita Jrushchov, John F. Kennedy y Fidel Castro, combinar con el tema de la guerra fría y el pánico atómico, permitiendo que los X-Men salven al mundo de un holocausto nuclear en el límite marítimo del embargo durante el bloqueo con código “Cuarentena” a Cuba.
Cabe recordar que en la realidad este impase fue resuelto con el compromiso estadounidense de no invadir a Cuba y de desmantelar los misiles “Júpiter” que había montado en Turquía desde 1957 apuntando a Rusia, lo cual significó como retaliación la amenaza de instalación de misiles rusos en territorio cubano. Un hecho militar y diplomático poco difundido y que no hace parte de la anecdótica histórica en el “rendering” exitista acostumbrado de las imágenes del discurso político americano.
“X-Men First Class” es un buen producto de entretenimiento que permite a Marvel seguir explotando la enorme veta de superhéroes con que cuenta para enfrentar con competitividad a DC Cómics y sus Batman, Superman, Watchmen y decenas de personajes quizá menos conocidos.
Una opinión desprevenida, sin embargo, diría que en el partido Marvel – DC, hay hasta hoy muchos más goles fílmicos a favor de la primera editorial, con la honrosa excepción de los penales cobrados por los cracks de la Liga de la Justicia. En este caso, X-Men tiene asegurada la continuidad de la saga bajo franquicia o no.
AGUA PARA ELEFANTES (WATER FOR ELEPHANTS)

Una película de Francis Lawrence, un director por encargo, como lo son todos, pero que hace sólo la coherencia del film nada más extra (“I am legend”, “Constantine”) y cuya carrera ha estado más a lado de los videos musicales (Janet Jackson, Britney Spears, Jennifer López, Green day…).
La novela base del film “Water for Elephants” (Sara Gruen. Algonquin books of Chapel Hill, 2006) es una biográfica descripción de la vida dentro del “Ringlin Brothers”, uno de los primeros grandes circos que en la película es el “Banzini Brothers”. Los escritos de esta autora adscriben a campañas de apoyo caritativo a la vida animal y la vida salvaje.

En el filme esto se traduce en alusiones contra la tortura animal para entrenamiento y en señales de comprensión a la inteligencia poco comprendida de caballos y elefantes. Jacob, el protagonista (Robert Pattinson, de la saga “Crepúsculo”), es un veterinario a graduar de Cornell University. August (Christopher Waltz, reciente Oscar de “Inglorious Basterds”) es un paranoico esquizofrénico según quienes han leído el libro. Este propietario del circo y amante de Marlena (Reese Witherspoon, quien tiene un Doctorado en Enfermería pediátrica y un Oscar por “Johnny y June”) la disputa románticamente con el veterinario.
August no solo excede su furia alcohólica con sus propios animales, también con sus empleados humanos, llevando a la hipótesis de la autora acerca de una alta correlación existente entre trato despiadado indiferente con animales que con seres humanos.
El “Ringling Brothers” es hoy una compañía con “Barnum & Bailey” y aún recorren el mundo en el emblemático tren que es personaje central en “Water for…”. Son el “más grande espectáculo sobre la tierra” como se anuncian a sí mismos y son propietarios de la marac “American´s Living National Treasure” que los identifica como preservadores de las especies y el buen trato a animales domesticados. Además del “Center for Elephant Conservation” (www. ringling. com; www.elephantcenter.com), todo dentro de una gran imagen corporativa que les permite sobrevivir hoy 140 años después de iniciar actividades y de haber diseñado el espectáculo de “Jumbo el elefante más grande del mundo”. Aun así, a pesar de las diversas estrategias de imagen, el “Ringling…” ha sido denunciado por la “People for the Ethical Treatment of Animals”, PETA, por maltrato animal aportando evidencia videográfica en tal sentido.
“Water for…” no alcanza, sin embargo, a generar sentimientos ecoambientalistas fuertes en el público, que fue la búsqueda de la escritora del libro, sino de manera más palpable contra el ambiguo personaje de August. La película difumina un tanto el mensaje de Sara Gruen, resultando en una historia llana y algo simplista, a la vez que simplificante de la semiótica en la intención novelística original.
viernes, 3 de junio de 2011
RÁPIDO Y FURIOSO 5 (FAST FIVE) SIN CONTROL

Justin Lin ha dirigido unas tres versiones de la exitosa saga que ha durado una década con sus excelentes manejos de cámara ubicua, de velocidad y de una ambigua mezcla de justicia y delincuencia, de violencia y hermandad, que le da la pimienta que llama al público adolescente a saborear como hot dog estas películas.
Ha estado en Estados Unidos, en Tokio y ahora en Brasil. Las favelas se han convertido en atractivo sitio de desarrollo de historias thriller latinoamericanas, a más de pertenecer a ese tipo de gran mercado de las BRIC (Brasil, Rusia, India, China, que suman la mitad de los habitantes del mundo), que destaca el papel de una población como consumidora fuente de crecimiento y grandes sumas. De ahí que en “Fast Five” llegue a quemarse el dinero en bultos fabulosos de sumas incontables.
Las favelas han sido explotadas en el cine del presente milenio por talentosos y taquilleros, desde Meirelles (“Cidade de Deus”), Jose Padilha (“Tropa de elite” I y II) y una media docena más que no ha entrado a la cartelera colombiana. Portugueses, franceses y brasileños han desarrollado sus historias de amor, de contraste de clases, de muerte y violencia, allí en las periferias de Fortaleza, de Sao Paulo, de Rio de Janeiro, Curitiba, Belo Horizonte y otras tantas de las ciudades de Mina Gerais y Pernambuco, estados que completan más de 2000 favelas en el país, según el censo 2000 del IBGE, conteniendo una población que está alrededor del 26% de los 203 millones de habitantes del país.

La cocaína, es el epicentro económico de la pobreza allí dominante, en esos suburbios sin futuro y generatrices de las tasas altas de homicidio de 32 a 40 por 100.000 (en Colombia es de 25 a 37 x100.000, Salvador 49, Honduras 55 e Irak de 89 ¡!!,pues según la fuente las cifras varían).
Dominic y Cía., se fueron a Brasil por no tener tratado de extradición con Estados Unidos, “ventaja” que es un lugar común muy mencionado en el cine norteamericano. Los guionistas gringos globalizan a sus delincuentes llevándolos a países como Venezuela o algunos de África y la Asia Árabe, por este mismo motivo. En el caso de “Fast Five” estos “desperados desesperados” llegan con armas, dólares, nenas lindas y músculos en camiseta, para “asustar” mafiosillos de pecho desnudo y metralleta, de pobreza física y dignidad basada en la fuerza, para saltar en los débiles techos de zinc y llenar con orificios de bala las tristes paredes de los hogares latinos “beneficiados” con la “justiciera” intervención de estos conductores rápidos que van en contra del Padrino local. Este tratamiento de las favelas ya no es el de denuncia social propio de las producciones internacionales desarrolladas allí. Ahora, llegan rápidos y furiosos los gringos con un marcado tinte de prepotencia simpática sin ninguna analítica del grave problema social tras estas enormes "comunas" brasileñas.
“Fast Five” entró a las favelas con un discurso moralista en contra del narcotráfico, pero para hacer “cinetráfico” y mercadeo en grande, producción barata en BR$ o Reales y recuperar con creces los USD$125 millones gastados en estruendos, bombas y tiros. La industria cinematográfica del primer mundo encontró, este es un buen ejemplo de ello, que para no quedar a la “zaga” del cine del tercer mundo resulta buena la explotación de franquicias comerciales de las “sagas” intrascendentes y entretenidas.
miércoles, 1 de junio de 2011
Cine, TV e internet... sin embargo
martes, 31 de mayo de 2011
LOS REALIZADORES (WHAT JUST HAPPENED?)

Barry Levinson dirige un argumento que consiste en que Robert de Niro es el productor ejecutivo (en la ficción del filme), Sean Penn es él mismo, Katherine Keener hace el rol de productora ejecutiva, Bruce Willis protagoniza a un actor estrella de impotable carácter pero imán de taquilla, John Turturro hace de ayudante del productor ejecutivo, Robin Wright actriz exposa este año de Sean Pen hace de exesposa de Ben (De Niro), Stanley Tucci es un guionista amante de la exesposa de Ben, Kristen Stewart es la hija de Ben, Jason Kravitz es auxiliar de Ben, Michael Wincott es un excéntrico director.

Todos ellos, artistas de primer nivel, dan vida a una problemática argumental en la cual se encuentra en juego la realización de dos películas. Una es “Fiercely” en la cual Sean Pen muere al final poniéndose en discusión si matar a su perro o dejarlo vivo en contra de críticos o a favor del público. Otra película es la que irá a actuar por US$20 millones el reconocido Bruce quien no quiere afeitar su barba, en contra de la exigencia de Ben de dejar su cara a descubierto para gusto de sus admiradores globales. El autor de este libro es Art Linson “What just happened? Bitter Hollywood tales from the front line” (Ed. Bloomsbury, 2002).
Esta historia de las entrañas del mundo californiano del cine se desarrolla en una semana. Los productores de “Los realizadores”, entre ellos “Tribeca” una empresa de De Niro, aprovechan el Cannes de verdad para filmar la exhibición de “Fiercely” en el Cannes de ficción. Dentro del argumento se pugna por ganar la Palme D´Or concursando en dicho festival (del cual ha ganado De Niro dos veces y sido presidente de jurado, en la realidad de este año).
De esta maraña de realizadores reales que realizan ficción, de mezcla de familiares y exesposas, de figura reconocidas fungiendo de sí mismas en la pantalla, se arma un historia en la cual, finalmente, Ben se preguntará ¿qué es lo que acaba de suceder?
Lo que ha sucedido es que el director excéntrico no ha de cambiar el final de su película, que la exesposa es descubierte en sus encuentros con el guionista, que la hija adolescente era amante de un actorcillo que acaba de suicidarse, que Bruce se afeitará, que “Fiercely” pondrá en riesgo una millonada de dólares y por ello, la productora ejecutiva dejará a Ben de su vuelo charter. Toda una rutina de amores y desamores, de capricho profesionales y de egos de famosos, filmada acerca de ellos, por ellos mismosy para ellos mismos con sus mismos recursos. Un filme que entretiene a los interesados en las interioridades de la industria cinematográfica, pero probablemente aburre a quienes no.
SIN LÍMITES (LIMITLESS)

Neil Burger es un director joven recordado por la bella película “The Ilusionist” con Edwar Norton y la más bella aún Jessica Biel. También ha hecho “Interview with the assasin” y “The Lucky Ones”. La característica de Burger es hacer buenos guiones, aquellos que serios, divierten, con un storyboard ágil, venden, y le cumplen así al público de todas las edades.
Burger hace acá una historia absurda que en algunos países ha permitido subtitular esta película como “La droga del capitalismo”. Bradley Cooper (“The A-Team” y la exitosa “Hangover”) decide coproducir para actuar este filme acompañado al fondo con el gran De Niro.
Hace bien Cooper en invertir lo ganado antes, en películas con buen guión. “Sin límites” usa de los adelantos de fotografía y lentes de toda clase para simular los vaivenes mentales que genera una droga de laboratorio. Esta NZT, hará que su personaje, el escritorcillo Eddie Morra, logre lo inalcanzable terminando una novela en 48 horas, especular en competencia con expertos de Wall Street para hacer USD$2 millones en un día y así, sucesivamente, hasta descubrir que todo escapismo químico genera efectos colaterales de alto riesgo. La NZT permite a la memoria extrapolar del pasado todo lo visto para convertirlo en arsenal de hoy. Basta haber leído sobre artes marciales o visto una demostración de defensa personal en alguna pasada vez y de manera desinteresada, para que bajo los efectos de esta droga se conviertan en habilidades reales al momento de requerirlas en su defensa. La vista se mueve escaneando velozmente la información escrita y acumulándola de manera ordenada de forma que la analítica posterior es siempre la acertada. No hay límites.

Del libro “Dark Fields” (Alan Glynn, editorial Bloomsbury, 2002), en este argumento clasificado como “techno-trhiller”, su personaje Morra piensa que podría ser más que un bestsellerista, o un especulador con las acciones de multinacionales estratégicas de la energía, y ambicionar hasta la presidencia del país. Su punto débil es la provisión de droga no solo para seguir usufructuando de sus enormes efectos sino para impedir la muerte segura. Pero, también, ve que ir un paso delante de todos puede permitirle su fabricación, su mejoramiento, eliminar sus riesgos vitales y desprenderse del yugo del experimentado magnate Von Loon. Es en este punto donde queda perfeccionado un eslabón y abierto a una posible cadena de secuelas cinematográficas.
“Limitless” es entretenida, nada trascendente, pero trata del mal de los dos últimos siglos que es la potenciación de la mente bajo efectos de drogas de síntesis. El grave fenómeno social del narcotráfico y la mayor parte de los males del capitalismo radican en los narcóticos de toda clase, legales e ilegales, orgánicos o sintéticos, que impiden pensar en que la droga utópica no sea parte del incierto futuro de la humanidad en el presente milenio.
miércoles, 25 de mayo de 2011
Una pastillita de tierras y de víctimas

En la ley aprobada el día de ayer por el Senado, faltando un trámite último en la Cámara, que sería sancionada por Presidencia de la República en un mes (al cumpleaños 20 de la Constitución actual), el valor máximo de indemnización es de $40 millones por víctima. Las estadísticas mayores hablan de 4 millones de colombianos y colombianas víctimas desde 1985 por conflicto interno y desde 1991 por desplazamiento de tierras. Significa ello que el cálculo simple da un umbral máximo de costo para el erario público es equivalente a cerca de US$90.000 millones ($1.800 c/u), lo cual representaría, para efecto de dimensionamiento, a un tercio del PIB anual colombiano actual. Esto en el óptimo escenario de restitución de indemnización monetaria.
Por otra parte, van a proliferar los "pooles" de abogados tinterillos, unos de a pie y otros motorizados, los primeros llenando inútiles papeleos y los otros construyendo marañas de extravío para las rutas de registros prediales tratando de ocultar verdades e imposibilitando las evidencias ciertas para impedir que la carga de la prueba en los demandados dé resultado positivo a favor de demandantes. He aquí el gran talón de Aquiles de la hoy triunfante ley, de papel por ahora.
sábado, 21 de mayo de 2011
EL ASESINO DENTRO DE MÍ (THE KILLER INSIDE ME; El demonio bajo la piel)

Ben Afleck es un nombre reconocido, pero su familiar corre el riesgo de conocerse solo como "el hermano de Ben". Sin embargo, Casey Affleck, ha demostrado ser quizá mejor que el reconocido actor de “Pearl Harbor”, “Daredevil” y otras muchas, ahora destacado talento de la dirección con “Gone baby gone” y “The town”.
Hacen parte del elenco Kate Hudson (“Alost famous”, “Nine”), Bill Pullman (“Independence day”), Ned Beatty (el petrolero), Elias Koteas (de “Law and Order” TV), Jessica Alba (impresionante este papel), Simon Baker (“The mentalist” en TV).

Es un filme remake de 1976, con voz en “off” del protagonista, quien sorprende manteniendo un rostro impasible, de joven inofensivo, como sheriff del pueblo petrolero y ocultando su psicopatía y sadismo, en un vórtice de asesinatos casi perfectos, con un inesperado final. Es un thriller que asusta por la forma en que demuestra la posibilidad de que crímenes pasen inadvertidos sin tener culpable visible. El guión está reescrito sobre la novela de 1952 de Jim Thompson con la editorial Lion books, un recordado autor de “The gateway” (“La huída”) argumento origen de la película de Sam Peckinpah (1972) con Steve McQueen y Ali McGraw, y remake posterior en 1994 de Roger Donaldson, con Alec Baldwin y Kim Bassinger.
Este tipo de novelas llevadas al cine acaparan el corazón con sus endemoniados vericuetos de violencia, pero aplastan el alma con su crudeza como espejos de una realidad que puede estar tras de uno mismo. Michael Winterbottom (“Camino a Guantánamo” y la extraña obra sin guión “9 songs”) dirige el remake en cuestión de manera impecable.
Que el genio Peckinpah, el exitoso Donalson y este extraño Winterbottom, se hayan interesado por los relatos de Jim Thompson comprueban su valor como base guionística para el cine. Cada asesinato es simple y cruel a la vez, pero algo diferentes de los llamados asesinos seriales de hoy, no programados, sin patrón en su ejecución, más “creativos”. Jessica Alba y Kate Hudson son brillantes protagonistas de víctimas que van más allá de sufrir o morir, para aportar unos perfiles humanos necesarios que dan relieve a la acción de este criminal escondido en primera persona. Una buena película actual de un género de siempre.
LAZOS DE SANGRE (WINTER´S BONE)

Una obra dirigida y con guión de Debra Granik, coescrito con otra mujer, Anne Rosellini, acerca de una historia de valentía femenina centrada en el rol de Jennifer Lawrence (21 años), como Ree. Ella es una adolescente de 17 que tiene que proteger a sus dos hermanitos pequeños en un mundo lleno de los peligros derivados de la producción ilícita de metafentaminas. Debe tratar de recuperar su casa a punto de embargo por haber sido hipotecada por su padre para salir de prisión.

Lo meritorio de la cinta reside en la actuación de Jennifer Lawrence, figura de seriados de TV, recientemente vista en “Fuego” como la hija de Charlize Theron, y próxima “Mistique” en la saga X-Men. Lawrence sorprende por su juventud y su belleza, en un personajel en el cual poco se notan la figura y armonioso cuerpo que le han de permitir pintarse de azul semidesnudo para la última historia alrededor de Wolverine y sus compañeros.

Ganadora en festivales de Toronto, SanDiego, Detroit y Washington, nominada 14 veces más dentro de Estados Unidos, por este fabuloso papel dramático de quien ha de hallar finalmente que un hueso aserrado del cadáver de su padre ha de ser la evidencia salvadora para que sus hermanitos no pierdan la pequeña herencia.
A este papel de Jennifer le secunda con calidad el de John Hawkes, como su tío, también nominado por su desempeño en este argumento frío, en tierras desoladas del sur de Estados Unidos, dentro de un mundo de violencia callada y poco difundida por los medios, lo cual hace la historia muy nacional y bien justificadas las distinciones locales a un filme endógeno de leve impacto en el extranjero.
BLUE VALENTINE (TRISTE SAN VALENTÍN)

Michelle Williams (la exnovia del recordado Heath Ledger y madre de su hija Matilda) y Ryan Gosling, hacen una pareja de enamorados de lo más común y corriente. La dirección de Derek Cianfrance, orienta un filme de jóvenes. Ha hecho cine desde los 13 años y sus actores en esta película apenas cuenta con treinta de edad.
Una película de solo US$1 millón en costos, minimalista e intimista, con todos los elementos técnicos de edición y fotografía. Michelle Williams es el tipo de actriz del género iniciado quizá por María Schneider en “The last Tango in Paris” de Bertolucci con el íconico Brando, que aporta desnudos, sodomías y demás en trance de erotismo artístico, sin poder ser catalogada de vulgar o pornográfica. Una buena muestra de este histrionismo erótico es su papel en “La Lista” o “Deception”, con Hugh Jackman y Ewan McGregor, plagada de escenas realistas (toppless… decent sex scenes… ) con los dos actores.
En “Blue…” hay buenas actuaciones (candidaturas a Globo de Oro y Oscar), pero con el letárgico ritmo casi de tiempo real para mostrar bien los desvelos de una pareja enamorada, con hija y separada que deben reconocer la dificultad de reinicio de estos fulgores y relámpagos del efímero amor humano de pareja.
INFIERNO AL VOLANTE (DRIVE ANGRY)
Patrick Lussier dirige a Nicolas Cage y Amber Heard, William Fithner, Billy Burke y David Morse. Caras conocidas orientadas a una película de “acción” por un canadiense experto en recrear “profecías”, “Dráculas I-II y III” y sangre generalizada. Cage, por su parte, hace lo que se ponga en frente de su carrera taquillera.
El único elemento destacable es la bella Amber, quien adorna las escenas con su rostro y piernas, agregando un elemento poco habitual en los roles femeninos de acción, que es propinar y recibir golpes con la misma potencia que los hombres (algo quizá relacionado con su orientación lésbica en la vida real).
Lussier hace algo que pareciera “Ghost Rider” ya no en moto sino en automóviles veloces. Un criminal viene del infierno a perseguir a un líder de culto satánico próximo a ofrendar una bebita, nieta del primero. El contador (la muerte que termina y sabe a qué edad mueres), hace acrobacias indemne a los accidentes.

Todos están confabulados. Para arremeter hacia la taquilla joven. Estos productos peyorativamente llamados de “acción”, son hechos como los hot dogs, con cebolla, pan y salsas identificables, pero de dudosa calidad en la salchicha. Son producciones con la inclusión de todo adelanto tecnológico audiovisual disponible, con el mejor trabajo de “storyboarding”, con nombres de prestigio, pero con argumentos alocados e incoherentes, para ser salpicados de momentos explosivos, heridas mostruosas, violencia descarnada, desastres costosos de utilería, todo lo cual tras los elementos superficiales de calidad pasan agachados por los valores éticos y estéticos deseables, solo para atraer al público adolescente que asiste masivamente.
El hijo de Patrick, el director, es Devin C. Lussier, asistente de edición y productor de efectos visuales que ha estado en innumerables filmes de este tipo, próximo a seguir la estela taquillera inconsecuente que busca explotar también el reino mercantil del DVD y el BlueRay.
El único elemento destacable es la bella Amber, quien adorna las escenas con su rostro y piernas, agregando un elemento poco habitual en los roles femeninos de acción, que es propinar y recibir golpes con la misma potencia que los hombres (algo quizá relacionado con su orientación lésbica en la vida real).
Lussier hace algo que pareciera “Ghost Rider” ya no en moto sino en automóviles veloces. Un criminal viene del infierno a perseguir a un líder de culto satánico próximo a ofrendar una bebita, nieta del primero. El contador (la muerte que termina y sabe a qué edad mueres), hace acrobacias indemne a los accidentes.

Todos están confabulados. Para arremeter hacia la taquilla joven. Estos productos peyorativamente llamados de “acción”, son hechos como los hot dogs, con cebolla, pan y salsas identificables, pero de dudosa calidad en la salchicha. Son producciones con la inclusión de todo adelanto tecnológico audiovisual disponible, con el mejor trabajo de “storyboarding”, con nombres de prestigio, pero con argumentos alocados e incoherentes, para ser salpicados de momentos explosivos, heridas mostruosas, violencia descarnada, desastres costosos de utilería, todo lo cual tras los elementos superficiales de calidad pasan agachados por los valores éticos y estéticos deseables, solo para atraer al público adolescente que asiste masivamente.
El hijo de Patrick, el director, es Devin C. Lussier, asistente de edición y productor de efectos visuales que ha estado en innumerables filmes de este tipo, próximo a seguir la estela taquillera inconsecuente que busca explotar también el reino mercantil del DVD y el BlueRay.
miércoles, 18 de mayo de 2011
LOS AGENTES DEL DESTINO (“The Adjustment Bureau”; “Destino Oculto”)

Dirige y escribe el guión George Nolfi con base en historia corta de Philip Dick. Protagonizan Matt Damon, Emily Blunt, Anthony Mackie y Terence Stamp.
Desde “Good Will Hunting” (1997), numerosamente nominada y ganadora de Oscar por mejor guión original, escrito por Damon en colaboración con Ben Affleck, ambos han mostrado su interés por las buenas historias para el logro del éxito cinematográfico. En este caso, en 2003 Timeline, en 2004 “Ocean´s twelve”, en 2006 “The “Sentinel” y en 2007, “The Bourne Ultimatum” han demostrado el talento de Nolfi y en varias de ellas ha estado también Damon. Era predecible que este título fuera aceptado por Damon.
No es un filme de Sfi. “Science fiction”, es estrictamente de ficción. Los trucos especiales de las puertas son simples, pero efectivos. Se agrega a esto el componente de toda historia de héroes, que Bajtin, Barthes, Eliade o tantos semiológos han considerado fundamental en relatos míticos. En el terreno ahora de la mítica (ficción) de la Misión, el Viaje heroico, los Objetos Numinosos (santos), y los relatos de carácter jerárquico Dios-Rey-Iglesia-Nobleza-Pueblo, se hallan elementos comunes a los relatos en literatura y cine, como en “Los agentes…”..

Es así como la misión de Damon es lograr que su destino se corrija hacia el amor, aunque perdiendo su carrera al Senado de los Estados Unidos y a la Presidencia de este país. De igual forma que Elise (Emily Blunt) no llegará a ser una estrella reconocida ni una coreógrafa éxitosa, todo por el amor mundano. El viaje del relato recorre las entrañas de la gran ciudad a través de cualquier puerta, como lo hacen los del “bureau del destino”. Los objetos son libretas digitales como especie de GPS. Estas especies de “Global Positioning System” muestran el recorrido de los seres humanos a través de un destino trazado por “el Director”. A ello se agregan los sombreros, como objetos que limitan la acción de esta “mano invisible” para permitir algo del propio albedrío en los agentes, solo con el fin de que cumplan su función de mantener las rutas de cada persona en acuerdo con lo preconcebido.
Este relato tiene también su semiótica jerárquica. El Director, los agentes y los humanos, en eses orden, haciendo que el destino se cumpla. Hubo épocas en que la autoridad en este esquema se olvidó y produjo graves errores: desde 1910, dice el guión se probó que no debe darse libre albedrío a los humanos (las revoluciones y las grandes guerras), por incompetentes, y por ello sigue vigente el “adjustment bureau”.

Simbolismos como la entrada a la estatua de la Libertad en Nueva York, que coincidirá con el logro humano, o las grandes alturas de los rascacielos, para identificar lo que los humanos llamarían “cielo”, los agentes “ángeles”, entre otros elementos significativos, dan una interpretación secular a lo religioso en el guión.
Matt Damon sabe del valor de los buenos guiones y por ello, sin ser extraordinaria, esta historia cumple su intrascendente objetivo de entretener.
viernes, 13 de mayo de 2011
LOS ÚLTIMOS TRES DÍAS; The Next Three Days (“Anything for her”; “Pour elle”)

Russel Crowe y Elisabeth Banksm, dirigidos por Paul Haggis, siguen el guión de este último, solo que basado en un original de Fred Cavayé, quien escribió y dirigió hace tres años su original francés. Allí Vincent Lindon y Diane Kruger representan esta historia de la acusada y prisionera, cuyo esposo hará lo imposible por rescatarla de lo que cree ha sido imputación y condena equivocada sobre un delito no cometido.
En este tema de los “remakes” cabe relievar la importancia de los mercados específicos, en medio de una “globalización” en apariencia general. Se adquiere la obra intelectual para reproducirla con mano de obra nacional, a menores costos y con reducción de procesos de producción y riesgos de comercialización. Se sigue el buen guión y todo va de maravillas. El éxito asegurado por previa experimentación, también mantiene los linderos de mercado, delimitados y cerrados a una internacionalización de los productos fílmicos.
Russel-Vincent planean, presupuestan, programan la logística de un escape para su esposa Elisabeth-Diane. El color de la pantalla es igual, la posición de cámaras es la misma, los enfoques idénticos, sobre una historia interesante. A quien tuvo que interesar primero este debió ser a Hagguis (ganador por el guión de “Crash”, guionista también de “Casino Royale”), pues el rasgo estilístico de Cavayé es el suyo. Líneas coherentes de adelante-atrás, con las cuales los sucesos se van dando de manera hilada con indicios previos que enlazan bien la historia. Es esa habilidad redactora del guionista la que permite al espectador disfrutar sin devanarse los sesos tratando de intelegir lo que se le quiere transmitir.

Es por eso, como rezan las diversas titulaciones del filme, que él “hará todo por ella”, “en los próximos tres días” que son “los últimos” de plazo, antes que se le traslade a otra penitenciaria. ¿Es inocente para merecer todos sus sacrificios “por ella”?

Cabe decir que siendo una buena historia, ameritaba reproducirla con el know how hollywoodense para el mercado americano. Sin embargo, este filme comprueba una vez más que NO hay globalización de mercados y que los tratados de “libre” comercio NO son sinónimo de libre competencia. Las obras del intelecto, los derechos de sus autores, ceden su valía como insumo para que su explotación beneficie a otros. Ya poco está quedando de la idea de autorías con derechos patrimoniales de carácter universal, pues están siendo sustituídas por derechos de explotación simplemente locales.
Pastillita para el sistema de salud, EPS.
La intervención de Saludcoop es una medida tardía a la que el gobierno Uribe no quiso enfrentar a través de Supersalud. Esta EPS (que contiene a Cafesalud y Cruz Blanca) representa fácilmente el 28,36% de los activos y participación en el sistema compuesto por 24 grandes empresas promotoras de salud. Es un organización con presencia en más de 900 municipios de Colombia (el 90%), a través de 13 gerencias regionales y 150 oficinas seccionales.

Pero este gigantismo con apariencia de empuje y crecimiento por competitividad, es todo lo contrario a la eficiencia, la eficacia, la equidad y la economía deseables. El Ministerio de Protección Social y la Supersalud han hecho caso omiso hasta este año de la infracción a todas las normas que regulan el sistema de salud en Colombia por parte de esta, como también de muchas de las otras 23 EPS. Es tal el grado de incumplimiento de normas en Saludcoop que, siendo una entidad que maneja dineros públicos derivados de la Unidad de Capitación y existiendo reglamentaciones que limitan sus inversiones a una proporción de los excedentes obtenidos, alcanzó a asignar en contra de lo previsto legalmente unos $650.000 millones. Esta cifra representa una deuda al sistema, que deja entrever la multiplicación de empresas creadas para integración vertical (lo que cual les está prohibido a las EPS), que ha extendido sus conexiones hasta llegar a crear empresas de manera indirecta fuera del país, reflejando nexos interfamiliares de los directivos y de los contratistas. A pesar que sus ventas confirmadas del 2009 ascendieron a $3.284.309 millones (unos US$1.875 millones), esta EPS ha revelado de manera cierta o no, una situación que afirma que su atención por cada uno de sus cuatro millones de usuarios vale al año seis (6) veces más que lo que cuesta la atención promedio nacional en todo el territorio.
Tal ha sido el desmedro y desorientación de los recursos públicos en esta entidad, que el anterior Superintendente de Sociedades (las superintendencias integran vigilancias indirectas de carácter transversal: Supersalud, Supersolidaria, cada una en lo suyo), solo pudo alertar sobre la necesidad de que Saludcoop se convirtiera en Grupo empresarial para justificar su orientación fuera de la normatividad y su expansión incontenible por efecto de desconocimiento consciente a las regulaciones existentes.
Tardía intervención que, de toda forma, no eximirá que se den ajustes a conveniencia de sus malos gestores y muy seguramente ninguna penalización a nivel de los altos directivos. La intervención habrá de durar hasta tres años, pero podrá llegar a significar solo un traspaso de mano de esa maquinaria empresarial que enriquece a pocos con los recursos de muchos. Auditores, fiscales, abogados y contadores revisarán lo ya revisado desde hace siete años, para concluir lo mismo: que una empresa de estas dimensiones debe ser salvada a cualquier costa para impedir un peor impacto en el sistema neoliberal de ley 100. Otros serán los beneficiados, nuevos proveedores, nuevos directivos, iguales indicadores de eficiencia y eficacia, mayores costos a través de una UPC rediseñada, sobrefacturación de siempre y muy deficientes revisorías por parte de las autoridades de control, seguirán marcando el rumbo de la salud en el país.

Pero este gigantismo con apariencia de empuje y crecimiento por competitividad, es todo lo contrario a la eficiencia, la eficacia, la equidad y la economía deseables. El Ministerio de Protección Social y la Supersalud han hecho caso omiso hasta este año de la infracción a todas las normas que regulan el sistema de salud en Colombia por parte de esta, como también de muchas de las otras 23 EPS. Es tal el grado de incumplimiento de normas en Saludcoop que, siendo una entidad que maneja dineros públicos derivados de la Unidad de Capitación y existiendo reglamentaciones que limitan sus inversiones a una proporción de los excedentes obtenidos, alcanzó a asignar en contra de lo previsto legalmente unos $650.000 millones. Esta cifra representa una deuda al sistema, que deja entrever la multiplicación de empresas creadas para integración vertical (lo que cual les está prohibido a las EPS), que ha extendido sus conexiones hasta llegar a crear empresas de manera indirecta fuera del país, reflejando nexos interfamiliares de los directivos y de los contratistas. A pesar que sus ventas confirmadas del 2009 ascendieron a $3.284.309 millones (unos US$1.875 millones), esta EPS ha revelado de manera cierta o no, una situación que afirma que su atención por cada uno de sus cuatro millones de usuarios vale al año seis (6) veces más que lo que cuesta la atención promedio nacional en todo el territorio.
Tal ha sido el desmedro y desorientación de los recursos públicos en esta entidad, que el anterior Superintendente de Sociedades (las superintendencias integran vigilancias indirectas de carácter transversal: Supersalud, Supersolidaria, cada una en lo suyo), solo pudo alertar sobre la necesidad de que Saludcoop se convirtiera en Grupo empresarial para justificar su orientación fuera de la normatividad y su expansión incontenible por efecto de desconocimiento consciente a las regulaciones existentes.
Tardía intervención que, de toda forma, no eximirá que se den ajustes a conveniencia de sus malos gestores y muy seguramente ninguna penalización a nivel de los altos directivos. La intervención habrá de durar hasta tres años, pero podrá llegar a significar solo un traspaso de mano de esa maquinaria empresarial que enriquece a pocos con los recursos de muchos. Auditores, fiscales, abogados y contadores revisarán lo ya revisado desde hace siete años, para concluir lo mismo: que una empresa de estas dimensiones debe ser salvada a cualquier costa para impedir un peor impacto en el sistema neoliberal de ley 100. Otros serán los beneficiados, nuevos proveedores, nuevos directivos, iguales indicadores de eficiencia y eficacia, mayores costos a través de una UPC rediseñada, sobrefacturación de siempre y muy deficientes revisorías por parte de las autoridades de control, seguirán marcando el rumbo de la salud en el país.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)