lunes, 31 de diciembre de 2012

Oscares 2013: UNA AVENTURA EXTRAORDINARIA (LIFE OF PI)

Yann Martel, canadiense-español, escribe esta novela y la publica en el 2001, para que ahora el director taiwanés Ang Lee pudiera llevar al cine un producto más de su corta, notoria y disímil filmografía (“Hulk”, “Brokeback Mountain”, “Crouching Tiger, Hidden Dragon”, “Sense and sensibility” y la china “Comer, beber y amar”, entre otras). Lee parece confirmar con esta diversa estilística que lo hace un director “por encargo”, lo cual no le resta mérito a su importante perfil. Con “Hulk”, una regular película, aportó los cuadros múltiples a imitación de los cuadernillos del cómic; con “Brokeback Mountain”, puso en la mira del presente milenio el tema homosexual nada tabú en oriente, pero si muy poco relatado hasta ese momento y de manera franca en occidente; “Crouching Tiger, Hidden Dragon”, trajo al ámbito hollywoodense las técnicas “strings” para vuelos y luchas exagerados sobre los tejados; en “Sense and sensibility” hizo provecho de una buena novela de Jane Austin para una hermosa cinematografía. Ahora, con “Life of Pi” continúa con su ánimo estético de globalización, introduciéndose sutilmente en un metáforico realismo mágico de las religiones.
Este film es en realidad un logro del fotógrafo chileno CLAUDIO MIRANDA, ojalá sea él nominado y premiado, si se recuerda que “Seven”, The game”, “Fight club”, “Zodiac”, “El curioso caso de Benjamin Button” y “Tron legacy” resumen su obra. Con ella se explica lo relevante de “Life o Pi” y el alcance minimizado de un 3D que poco se nota, pero que era necesario. Siendo una historia india, con nexos anglosajones, era de esperar que esta fábula tuviera el tono combinado de “Moby Dick” de Melville en el mar y del “Jungle Book” de Kipling, en la selva. El “Shere Kahn” es acá “Richard Parker”, “Mowgli” es “Pi”, y la intención de conciliar cristianismo, islamismo, hinduismo y budismo de una forma ecléctica tras el juego inicial de Pi, es lo que permite poner al lector y espectador ante la posibilidad final de escoger la versión de la historia del naufragio, o la versión de Dios, que desee.