viernes, 13 de abril de 2012

DIARIO DE UN SEDUCTOR (THE RUM DIARY; LOS DIARIOS DEL RON)


El director de este filme es Bruce Robinson (66), quien fue actor joven de algunos afamados como Zeffirelli, Truffaut o Russell, los mejores directores de los años setentas. Su primera esposa fue la sex symbol de los años sesentas y setentas, Leigh Taylor-Young, quien filmó en Colombia “The adventurers”, de Lewis Gilbert. Luego, este exitoso actor se convirtió en guionista regular, no por lo asiduo escritor, sino por lo poco trascendente de sus historias. Luego dirigió unas tres películas y hoy veinte años después vuelve a hacerlo.

Esta producción tiene el tono cultural de lo que Robinson conoció bien. La época de los cincuentas y sesentas y quizá en ello radique algún valor del filme, por su recreación de vestuario y autos.

Se trata de una historia sobre Paul Kemp (Johnny Depp), basada en una combinación de realidad y ficción, trabajando para el periódico “The San Juan Star” en Puerto Rico. Mucho ron, violencia y locura, lo enfrentan a grandes inversionistas que desean convertir parajes y playas hermosas en sitios de recreo invadiendo la paradisíaca naturaleza con polución turística. Los métodos que utilizan para lograr sus propósitos sobrepasan cualquier oposición para, finalmente, lograr que Kemp vuelva al continente.

Es un argumento basado en el libro “The Rum Diary” por Hunter S. Thompson, caracterizado como periodismo “gonzo”, donde el autor es primera persona de sus relatos y participa de los hechos en medio de sus adicciones, todo lo cual reflejan los amigos de Kemp en la película.

Amber Heard (“Furia Ciega”, con Nicolas Cage), pone el tono sexi al argumento, convirtiéndose en el punto de encuentro del periodista con Aaron Eckhart (“Dos caras”, en Batman), quien enlaza a los ingenuos periodistas del “Star” con la naciente pero eficiente mafia de constructores y empresarios.

Depp, colgado de sus gafas y amparado bajo un sombrero, no logra ser ningún seductor como lo anuncia el poster, solo un desordenado escritor del diario del ron que se beben los demás. Hay hálitos frescos cuando aparece la rubia o se observa el mar, o ambos. Por lo demás, se siente un vacío a la salida de la sala de cine.