sábado, 26 de noviembre de 2011

EL HOMBRE SOLITARIO (SOLITARY MAN)

Una película dirigida “al alimón” por Brian Koppelman y David Levien, los mismos de “Ocean's Thirteen”.

El hombre solitario es Michael Douglas, un personaje de la industria que por sus ancestros y su misma experiencia es uno de los peces en el agua de Hollywood. De allí que “huele” fácil los guiones para los cuales trabajar. Se puede afirmar que el talento de Douglas son las relaciones públicas, porque conoce y le conocen ampliamente, y la selección de guiones. No hay film de Michael que no merezca atención por su historia. Esta fue la película que hizo antes de adentrarse en la lucha con un cáncer y en realizar "Wall Street 2".

Le acompañan Susan Sarandon como su exesposa, quien aún le comprende bien; Danny DeVito el amigo restaurantero en una universidad; Mary-Louise Parker, una exesposa reciente con hija sexi, Jesse Eisenberg, el chico cara-nerd-ñoño, recientemente popularizado por “Facebook” y que ha sido compañero en papeles jóvenes e inteligentes junto a grandes estrellas. Y está también Imogen Poots, la sexi veinteañera que, sin quererlo, demuestra a Ben, el personaje de Douglas, que ya no ha de madurar en lo sexual ni en los negocios.

“Solitary man” es una historia de la coincidencia del gusto por las mujeres y del éxito fácil. Ben ha sido éxitoso en los negocios dentro del clásico “american way of life”, carros, dinero, conquistas constantes, simpatía y glamour. Pero todo eso ha sido resultado un poco de la suerte. Cuando los negocios decaen le quedan sus habilidades de conquistador. Retoma la lucha con base en este dudoso talento y recibe una gran lección de la generación actual. Las niñas inocentes de hoy no lo son tanto y manejan sus atributos con candidez y sin ingenuidad. Cae en la trampa precisamente con quien menos debió hacerlo y pierde la gran oportunidad de reinicio de su carrera en el comercio de autos.

Este es un de los tantos ejemplos de la crisis de otoño-invierno en la vida de un hombre, obnubilado con tanta veinteañera hermosa en una universidad de la cual ha sido mentor y donante, y también hastiado de las arrugas que llegan a quienes han sido sus amantes. Cae el exitoso, cae el conquistador, siguen pasando las bellas jóvenes frente a él y cae el telón.

sábado, 12 de noviembre de 2011

COLOMBIANA

Olivier Megatón es un director televisivo. Sin embargo ha hecho tres películas de “acción” que van en declive. “Hitman”, un interesante filme lleno de lugares comunes pero presentados de manera novedosa a través de un héroe casi invencible. “Transporter 3” con Jason Statham, mejor que la terrible 2 pero peor que la 1. Ahora “Colombiana”, en descenso de las anteriores.

Esta fórmula de acción debe tener novio tonto buenmozo (Michael Vartan) y antagonista superenemigo (Jordi Mollá, especializado en estos papeles). Cataleya la colombiana (alusión sutil a la orquídea emblema nacionalista), es interpretada por Zoé Saldana una experta bailarina y stuntwomen para el cine. Dos “Star Trek” (2009, 2012) y tres “Avatar” (2009, 2014 y 2015) la continuarán elevando en el panorama de papeles de caucásica o indígena futurista.

En este filme jalan la producción de Luc Besson y la presencia de Robert Mark Kamen en el guión. Pero la intervención en todo por parte de Luc es notoria. Europacorp, su empresa, hace el estudio. Entonces el resultado es una “Nikita-Leeloo” (Leeloo es el personaje de Mila Jovovich en “The fifth element”) vengativa por la muerte de su familia a manos del clásico “druglord” en Colombia.

La niña crece y aprende a matar porque se lo propone como meta y se lo enseña de manera descarada su tío Emilio Restrepo, quien asesina a cualquier desconocido para hacer demostración a su sobrina. La única referencia real a Colombia está en el título y en la tapa de una alcantarilla marcada como Bogotá. Nada más allá de la recurrencia al estigma del país por ser de los más notorios productores y narcodistribuidores del mundo.

La película lleva todos los ingredientes de este tipo de productos: muerte, persecuciones a pie y en auto, explosiones, escapes, asesinatos perfectos, sicariato ejercido por la colombiana, etc. Pero no tiene el nivel acostumbrado por la producción de Luc Besson quien después de “Big Blue”, “Nikita”, “The fifth element”, “León”, producidas entre 1988-1998, solo ha escrito rescatable los “Transporter” 1 y 3, y producido 55 películas más de las cuales es rescatable solo la excelente “Taken” (2008), con Liam Neesson.

A pesar de cargar la imagen negativa, pero cierta, de país narco, a los colombianos les hubiera gustado que Besson hubiera tenido un mejor logro titulado así. Pero no se alcanzó.

La película tiene claros problemas de edición. Faltan enlaces entre escenas y entre argumentaciones. Es un dominó donde solo empatan las acciones de los “stuntmen”. Un punto bajo para Europacorp, aunque con el título se hará rentable en taquilla.

martes, 8 de noviembre de 2011

CUANDO EL AMOR ES PARA SIEMPRE (RESTLESS)

Mia Wasikowska, la “Alice in Wonderland” de Tim Burton y la Joni de “The Kids are all right”, es Annabel, quien no quiere solo morir de cáncer sino de amor. Estas historias se han reiterado en el cine multitud de veces, quizá nunca con el éxito de Alí McGraw en “Love Story” de Arthur Hiller hace cuatro décadas, de Shirley McLaine en “La fuerza del cariño” hace treinta, de Julia Roberts en “Dying Young” de Joel Schumaker hace veinte, de Sarah Polley en “Mi vida sin mí” hace casi diez.

También hay más de una veintena de buenas y aleccionadoras películas sobre niños y niñas enfermos terminales, en todas las cuales estos desean vivir el muy poco tiempo restante jugando o amando. En general, la moraleja suele ser que la muerte no es tan compleja y que la vida lo es tanto como para que pocos días signifiquen mucho en ella.

El director gay, Gus Van Sant (59) es excelente siempre en el tratamiento de temáticas homo y de interpretación del mundo adolescente.

“Mala Noche” (1985), “Drugstore Cowboy” (1989), “My Own Private Idaho” (1991), “Even Cowgirls Get the Blues” (1993), “To Die For” (1995), “Good Will Hunting” (1997), “Psycho” (1998), “Speedway Junky” (1999), “Finding Forrester” (2000), “Gerry” (2002), “Elephant” (2003), “Last Days” (2005), “Paranoid Park” (2007), “Milk” (2008), “Restless” (2011) representan su obra total hasta hoy, más algunos cortos.

Con el añejamiento estos títulos cobran mucha vigencia en un autor de culto. Sus temas recurrentes han sido las relaciones homosexuales, los jóvenes perdidos en la drogadicción, el “underground” social o la militancia por los derechos civiles. Es reconocido por haber filmado con River Phoenix, hermano de Joaquin, (My own…”) y haberle hecho un homenaje póstumo en la siguiente (“Even…”). También se le reconoce por su versión de la matanza de Columbine en 1999 filmada en el 2003 (“Elephant”) y por sus 9 oscares y versión del guión ganador escrito al alimón por Matt Damon y Ben Affleck (“Good…”). Pero igualmente, por su copia descarada y declarada de Hitchcock (“Psycho”). No se le identifica bien con su argumentación sobre lo que pudo haber pasado con Salinger, el autor de “El guardián en el centeno” (“Finding…”). Pero sí por su cuadro fílmico sobre Kurt Cobain (“Last…”), o por haber aportado la opción a Sean Penn de ganarse su primer Oscar (“Milk”), además de un etcétera de hechos relevantes tras todos sus especiales filmes.

Van Sant es marginal, sus películas, sus mundos y su mirada a la sociedad marginal lo hacen así. No ha tenido éxito comercial. Ha obtenido reconocimiento con grandes premios en “Good…” y “Milk”, y una mirada curiosa hacia “Elephant”. Por lo demás, hay que mirar el conjunto para valorar el fondo de su obra.

En “Restless” tiene la mirada más suave de sus filmes puesta en el aislamiento de dos jóvenes. La muerte ha dejado solo a Enoch con su tía y ha llenado de soledad a Annabell por su inminente fallecer. Se encuentran uno al otro buscando ambos desensibilizarse frente a la muerte asistiendo a entierros. Son chicos aislados en sus propias circunstancias. Gus Van Sant se hace a un lado en sus análisis de lo marginal de la sociedad actual para observar que la muerte también margina y cuando se acerca todos están solos frente a ella.

Van Sant ha manejado siempre temas juveniles con actores jóvenes. Una posible excepción es Sean Connery como Forrester (Salinger). Todos los demás, Penn, Phoenix, Dillon, Damon, Reeves, Thurman, Affleck, Michael Pitt, se ha ido convirtiendo en grandes luego de sus películas con Van Sant. Nicole Kidman tenía 27 cuando hizo esa asesina perfecta y bella que no podía ser detenida sino de la misma forma, en la película con menor tinte de autor que ha hecho Van Sant. Mia Wasikowska tiene 21 en este filme que, igualmente, sale del carril marginalista de Van Sant pero logra, entre el público con menor conocimiento de la filmografía reciente sobre esta temática de enfrentamiento de la muerte prevista, alguna empatía particular.

lunes, 7 de noviembre de 2011

LOS TRES MOSQUETEROS (THE THREE MUSKETEERS)


Paul William Scott Anderson es un director joven (47 años) y que muy seguramente no ha leído página tras página el famoso libro de Alejandro Dumas, padre, publicado hace siglo y medio. Mucho menos las sagas literarias de los tres héroes escritas posteriormente en “Veinte años después” y “El vizconde de Bragelonne” (en el cual figura el reconocido personaje de “El hombre de la máscara de hierro”), todos escritos y publicados en el transcurso de cuatro años y por entregas.

Además de ser el productor, guionista y director de las más recientes versiones de la saga de “Resident Evil”, de “Death Race” y del esperpento de “Alien Vs Depredador”, es un experto en el mercado fílmico de los adolescentes. Su esposa Mila Jovovich hace el rol de Milady de Winter, en una recreación física que se ciñe bien a las viñetas de la época acerca de este interesante personaje de ficción, aportándole acrobacias propias de su Alice de “Resident…”.

La película es un videojuego, como todo lo de este director. Hasta ahora ninguna de las diez películas hechas acerca de estos personajes mosqueteros se ha ceñido a los libros. O entremezclan personajes, o los malinterpretan o establecen relaciones argumentales que en la versión original no existen.

Esto se entiende porque para el cine es muy difícil conjugar en dos horas los 67 capítulos del libro inicial (“Los tres…”), o los 93 del segundo (“Veinte años…”) o los 82 del tercero (“El Vizconde…). ¿Cómo comprimir 242 capítulos en dos horas? ¿o en seis, si se quiere? Imposible. Dos mil quinientas páginas no se incluyen en cualquier cantidad de guiones.

Alejandro Dumas era una corporación. Tenía un equipo de escritores, uno por capítulo. Determinaba las grandes líneas argumentales para que cada uno de sus escribientes desarrollara el capítulo correspondiente. Esto significa que en los tres libros pudieron haber estado involucradas unas cien personas. Dumas tenía, con base en su negocio editorial, negocios e inversiones en Europa, Asia y Africa. Contaba con una flota de barcos mercantes. Era una transnacional editorial en una persona, equivalente a una multinacional mediática de la actualidad, inmerso en una época sin mayores medios de comunicación que los mensajes tardíos enviados en manuscritos por barco o a caballo, con un público ansioso de los pequeños fascículos circulantes en los cuales hacía entrega de estas interesantes historias a través de meses de espera.

En esta versión de uno de los más reconocidos libros de la historia literaria mundial sobran muchos elementos que el serio Dumas no podrían haber escrito. Los dos veleros volantes y dirigibles, son una invención de Anderson al estilo del grupo Monty Phyton en su cine de hace veinte años, solo agregada para ofrecer batallas y catástrofes aéreas. La supervivencia de Lady de Winter, Milady la espía, sugiere el deseo de inventar también una continuación.

La muerte de Milady en la obra literaria es uno de los momentos sublimes de la trama y de los más sentimentales. Eso no está ni cercano a lo que se ve en este juguete fílmico 2011.

¿Qué se puede rescatar de esta película? El presupuesto decente, la tecnología utilizada, los roles de los principales personajes. Todos actúan bien, solo que lo hacen en función de la broma ideada por Anderson.

Para esta trilogía literaria emblemática del siglo XIX no hay versión fílmica posible que transmita las lides políticas de Richelieu y Mazarino, de Inglaterra y Francia, de Luis XIII y Luis XIV, de Ana y de Maria Teresa de Austria.

sábado, 5 de noviembre de 2011

MUESTRA DE "SOFT MOVIES"

NOCHE DE MIEDO (FRIGHT NIGHT)

Un remake del filme de 1985 sobre el vecino vampiro en una ciudad moderna. El teatral cazador Peter (Cusshing) Vincent (Price), cuyo doble nombre recuerda a los maestros del cine de horror de la productora “Hammer”, será el apoyo para que el adolescente Anton Yelchin combata al eterno zombie protagonizado por Colin Farrell (quien hala la taquilla).

Craig Gillespie un modesto director de cine clase B, orienta el guión repetido y es Colin Farrell quien le da vida a esta película, que de otra manera sería un fracaso.



SI FUERAS YO (THE CHANGE-UP) EL CAMBIAZO

La dirige David Dobkin, el director a quien los hermanos Ridley y Tony Scott le produjeron un filme por primera vez en 1998 con su empresa Scott Free. Acá se maneja bien un “soft” film protagonizado por Jason Bateman experto actor “soft” (“Quiero matar a mi jefe”) y Ryan Reynolds experto actor de superhéroes (“Green Lantern” y “Dead Pool”, en “X-Men”) que está en una racha de tres papeles por año en la década.

El intercambio mágico de cuerpos entre dos amigos, donde el uno disfruta de la inmadurez vital del otro y este, a su vez, aprende algo del estable profesional reprimido, para aburrirse. Pequeñas alusiones escatológicas (algo que está de moda en el cine “soft”), contribuyen al picante suave de una película de la cual se sabe su final desde un comienzo y su desarrollo a cada instante, pero que se goza como repetir hamburguesas.


SI LA COSA FUNCIONA (WHATEVER WORKS)

Larry David, actor de 64 años experto “monologuista” y guionista de la TV gringa es el protagonista central. Pero como en toda producción de Wooody Allen, no tan central, Por la pantalla ruedan figuras y figuras a las cuales Allen siempre lograr equilibrar de tal forma que todos aportan dentro del argumento y aparecen fundamentales para cerrar el ciclo de la historia que este teatral director quiere contar a su público.

Woody es un dramaturgo. Sus guiones no requerirían, en la mayor parte de sus filmes, de escenografía de exteriores y podrían desarrollarse en interiores, en las tablas de un teatro, con las voces en alta voz proyectadas hacia el público de la última fila.

Evan Rachel Wood, de 24 años, comparte unos pocos días con el maduro Boris (Larry), viudo, solitario, pesimista y crítico de la rutina social. Evan (Melody), esposa de Marilyn Manson, el famoso y muy inteligente roquero del metal y de bellas mujeres (Dita Von Teese, Rose McGowan y Evan…), le desordena la vida al asocial Boris.

Aparece la suegra ocasional de Boris, Patricia Clarkson (“Cristina, Vicky, Barcelona”) y el amor final de Melody, Randy, interpretado por Henry Cavill (actual “Superman”). Con esta película Allen volvió a su Nueva York, temporalmente, para luego seguir filmando por Londres (“Matchpoint”), Barcelona (Vicky, Cristina…”) y París (“Midnight in…”).

A pesar que el más reciente cine de Allen es allegado al espectador común, sus películas no son taquilleras. Alcanzan a recuperar presupuestos pero no llenan salas. Sin embargo, es quizá uno de los pocos catalogables con el flemático mote de “cine de autor” o del peor gusto seudointelectual como “cine arte”. Un filme para que el estrato 5 o 6 se sienta aludido, toquecitos de Beethoven, Donizzetti y Mendelssohn, en un crossover con baladitas anglo.

(Ver "CONOCERÁS AL HOMBRE DE TUS SUEÑOS" en este blog)

miércoles, 2 de noviembre de 2011

¿Parábolas? o metáforas del cine actual

KAREN LLORA EN UN BUS

Karen es una especie de parábola del desempleo, de la falta de estudio, de la sujeción al varón y del desengaño frente al amor, de la vida vacía de millones de mujeres en todos los estratos pero personificadas un tanto or debajo de la media social.

Patricia es la búsqueda del amor donde este no se encuentra. Guión y dirección prima de Manuel Rojas Vera, quien logra lo que quería y que era aquello que quizá el público no quiere. No obstante, la posible falla se confirma cuando unos diez minutos antes del final aparece un cierre de maravilla que explica la intención del guionista a un público que ha entendido su escrito pero espera la firma de su autor. Nada más.

JUEGO DE TRAICIONES (FAIR GAME)

Esta película es una parábola alrededor de los libros de Joseph Wilson (The politics of Truth) y de Valerie Plame Wilson (Fair Game). Naomi Watts y Sean Penn siguen indicaciones de Doug Liman (“Bourne Identuty”, “Mr & Mrs Smith”…) para identificarse con sus reales personajes.

La falsedad de las sospechas políticas interpuestas para justificación de una invasión luego de la paranoia mundial del 9/11 ha sido tratada en varios filmes (“Ciudad de las Tormentas”, “Red de mentiras”, “Leones por corderos”, “En el valle de Elah”…). También hay varias cintas premiadas que en oposición política y apoyo a la administración Busch han justificado esta costosa y sangrienta invasión.

En este caso se retrata este gran complot militar y político a través de personajes verdaderos, cuya denuncia pasa inadvertida para el público que piensa solo en posibles cerebros guionistas buscando historias de espionaje para vender boletería.

QUIERO MATAR A MI JEFE (HORRIBLE BOSSES)

La parábola del empleado. ¿Qué hacen juntos Jennifer Aniston, Jamie Foxx, Jason Bateman, Colin Farrell, Donald Sutherland y Kevin Spacey? Un cine de crisis. Una película divertida y bien hecha, pero con un conformismo anticipado respecto a su taquilla basada en estos nombres.

Aniston y Spacey le aportan el tono fuerte que se requiere para que el público odie a sus jefes. Aniston le apuesta a salir de sus roles de simpática ingenua, Spacey juega con su capacidad histriónica mientras que el público deberá adivinar donde se encuentra un Farrell maravillosamente escondido en su rol.

DAMAS EN GUERRA (BRIDESMAIDS)

La parábola de los ansiados matrimonios y los combos de grandes amigas, plenas de mutuas antipatías pero de complicidades maravillosas y unidas como damas de honor para una de ellas. La película aporta un humor escatológico muy decente (contrario al que, por ejemplo, maneja en castellano el famoso Santiago Segura).

Paul Feig es un director de TV, actor y metido a dirigir a este elenco de mujeres.

Pero lo más interesante es la parábola de la mujer feliz. Kristen Wiig, la protagonista, coescritora del guión y excelente actriz cómica, habrá de aprender en sí misma que ella es feliz, mientras que la reciente amiga (Rose Byrne) de su mejor amiga no lo es tanto tras su dinero, popularidad y belleza.

NO TEMAS A LA OSCURIDAD (DON´T BE AFRAID OF THE DARK)


Guillermo del Toro no es el director de esta película, pero como si lo fuera. La película es precisamente otra parábola del director convertido en productor, que desde el 2007 produce un filme por año y con cierto éxito debido a su nombre en los posters correspondientes. Películas no muy buenas pero con punto de equilibrio presupuestal ganado con la boletería.

En “No temas…” repite el cuento de la casa embrujada o endemoniada o … como se quiera. La diferencia acá es que los monstruos hiperdimensionados de la mayor parte de los filmes de terror son acá una pequeñas criaturas que recuerdan algunos filmes de Spielberg y compañía.

Baille Madison, la niña de 12 años, precoz intérprete de 26 películas en cinco años, arrastra el filme tras de sí y a Holmes y Pierce, en una trama que no asusta sino que llama la atención hacia lo que pudiera pasar.