domingo, 28 de marzo de 2010

EL HOMBRE LOBO

El contexto

Desde mediados del siglo XIX se fermentan grandes movimientos políticos y consecuencias bélicas derivadas de rezagos de dominio de una clase en decadente nobleza y furiosas sublevaciones de poblaciones colonizadas. Uruguay, México vs EEUU, revolución Taiping: China vs Rebeldes, Rusia vs Turquía e Inglaterra y Francia, China vs Inglaterra y Francia, Reino de Cerdeña vs Nápoles, guerra de secesión de EEUU, España vs Perú, Chile, Ecuador y Bolivia, Argentina, Brasil y Uruguay vs Paraguay, Prusia e Italia vs Austria y estados alemanes pequeños, cubanos patriotas vs España, Canadá vs Rebeldes de Mavitobas, Francia vs Prusia. Rusia vs Turquía, Rep. Argentina vs Tribus indias, Británicos de Sudáfrica vs Zulúes, Chile vs Perú y Bolivia, guerras Franco-China, Chino-Japonesa, Separatistas cubanos y EEUU en 1898 vs España, guerra de ingleses vs Boers.

¿Exagerado? La nobleza trata de convivir con la burguesía emergente en el teatro, en la vida civil, en la política, sin comprender las reglas del nuevo estado de cosas. La literatura, principalmente europea, se llena de ficciones acerca del amor, la guerra, la venganza, los oprimidos y los mitos.

Qué es un escritor si no un hombre medianamente culto imbuído de ideas alrededor de una clase a la que admira y a la cual le es difícil pertenecer. La literatura, el arte, en general es producto de una clase privilegiada, de manera directa o no. El arte suele hablar de ella, de esa clase, y El hombre lobo hace parte de ese fenómeno cultural.

El producto

Allí, en medio de ese abigarrado mundo de cambio, sin darse cuenta, aparecen Benicio del Toro (Lawrence Talbott), Anthony Hopkins (Sir John Talbott), Emily Blunt (Gwen, cuñada y viuda de Ben, hermano de Lawrence) Hugo Weaving (detective Abberline) y Geraldine Chaplin (Maleva la anciana gitana).

Desde que Sutherland Menzies publica una fantasía terrorífica sobre hombres lobos llamada "Hughes, El Hombre Lobo" de 1838. George W. M. Reynolds 1846, Alejandro Dumas 1857, Sabine Baring-Gould 1865, y una veintena más de escritores propondrían nuevas versiones del hombre bestia. El cine utilizaría esta vena literaria de manera incansable. Recientemente, Whitley Strieber, desarrolla sus novelas modernas The Wolfen (en el cine Michael Wadleigh dirige a Albert Finney, en 1981) y The Unger (en el cine Tony Scott dirige a Susan Sarandon, Catherine Deneuve y David Bowie en 1983), en las cuales mezcla estos míticos seres con el Drácula de Bram Stocker de 1897.

El director

Dirige un juguetero cinematográfico como Joseph Eggleston "Joe" Johnston III, estadounidense, responsable de películas como Hidalgo, Parque Jurásico III, Jumanji, Cariño, he encogido a los niños, o Rocketeer. Es autor del libro “Adventures of Teebo: A Tale of Magic and Suspense”.

El guión es de otro adecuador de ficciones, Andrew Kevin Walker, conocido por Sleepy Hollow (El Hombre sin cabeza), 8mm (cine snuff, de ficción), Se7en (asesino seriado de los pecados capitales) o algún capítulo de Tales from the Crypt. Vendrá su superhéroe nacionalista “First Avenger: Captain America”. Le colabora Danny Elfman (afortunado compañero sentimental de Bridget Fonda) conocido por escribir música para las películas de Tim Burton: Eduardo Manostijeras, Beetlejuice, Charlie y la fábrica de chocolate, La novia cadáver, Batman, Alice in Wonderland y otras. Por Hulk, Terminator Salvation, The fifth element, Hellboy 2: The Golden Army, Spider-Man, Men in Black, Hulk o Dick Tracy, El planeta de los simios, Mars Attacks!, entre muchos divertimentos más. Los Simpson, Historias de la cripta y Mujeres desesperadas, para TV.

El intertexto

El cine, al tener un referente literario o, aún, histórico, está lleno de una intertextualidad que demuestra el origen de sus argumentos. Los guionistas de The Wolfman no escapan a esa influencia, la explotan.
El lenguaje utilizado ¡ Los aldeanos son ignorantes!, ¡Odio este lugar!, Contraje la enfermedad en la India … Y, del otro lado “Están malditos”, los nobles. (Que mueran los demás poco importa), tú debe irte, frases dirigida a una mujer, un adorno, pasivo, un premio bello, vedado a inferiores
Los oficios: actor teatral, como la búsqueda de la admiración de la nueva clase; detective, seguridad para las clases que aún conservan algo que defender; médico, salubridad y ciencia; abogado, impunidad para unos y represión para los más; sacerdote, ese brazo armado de pensamiento y de ideología.
Las minorías, por ejemplo, los gitanos proveen putas jóvenes y diversión cuando llegan a los alrededores de las grandes villas.
En todo ello radica la iconografía vampírica y licantrópica. Estos mitos son nobles. Viven del pasado perdido y se enfrentan a una nueva sociedad. Sus mansiones mantienen sarcófagos estatuarios en los sótanos a la manera de mausoleos particulares, bronces, bustos, obras de arte, oropeles y riqueza proveniente de trabajo ajeno acumulado sin utilidad alguna, megalomanía de clase. Comienzan a preocuparse por la debilidad de su sangre, por pecadillos incestuosos, por las enfermedades mentales, en una ambiente gótico de una época de ceras y velas pues la electricidad había sido plenamente comprendida solo en 1861 con las ecuaciones de James Clerk Maxwell.
The Wolfman es otro juguete actualizado de ficción cinematográfica, nacido de una época ya un poco olvidada, pero muy real.

Pastilla TLC

El triste espectáculo de Haití en ruinas y con hambre liquida el mito del TLC y la compra barata de alimentos de Estados Unidos en el Tercer Mundo. Dijo al respecto Bill Clinton, antiguo promotor del programa: "Fue bueno para los granjeros de Arkansas, pero malo para Haití. El error es mío, y viviré viendo como consecuencia suya la incapacidad de Haití para producir comida", cita Daniel Samper en El Tiempo.