martes, 20 de abril de 2010

SANTOS Y MITOS

MITO DE LOS CARGOS

Juan Manuel Santos, 59 años, representante de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia ante la Organización Internacional del Café en Londres (1972-81); subdirector de El Tiempo (1981-1990); elegido por el Senado Designado a la Presidencia de la República (1990); Ministro de Comercio Exterior (1991-1992); triunviro del Partido Liberal Colombiano (1992-1995); Ministro de Hacienda y Crédito Público (2000-2002); organizador del Partido de la U (2005); Ministro de Defensa Nacional (2006-2009)

MITO DE LOS APELLIDOS

Nieto del connotado periodista Enrique Santos Montejo "Calibán"; el hermano de éste fue el ex presidente Eduardo Santos Montejo dueño del diario El Tiempo; primo en primer grado del Vicepresidente Francisco Santos Calderón.

MITO DE LOS TÍTULOS

Estudios de Economía y Administración de Empresas en la Universidad de Kansas, Máster en Economía y Desarrollo Económico de London School of Economics y Máster en Administración Pública de Harvard University. Becado de la Fundación Fulbright (ha becado cerca de tres docenas de premiados nobeles) en el Fletcher School of Law and Diplomacy de Universidad Tufts, y de la Fundación Nieman para el Periodismo en Universidad Harvard. Le ha sido otorgado un doctorado Honoris Causa en Leyes.

El conjunto de mitos culturales por parte de un mitógrafo, definido como colección de mitos, conforma una gran mítica que debe ser configurada plenamente y llevada hasta su final a cualquier precio. Hay que recordar que el engaño, la falsedad y el ocultamiento, son todas formas de la mentira, de la mítica y de la mitomanía.

MENTIROCRONOLOGÍA

Vienen…

Mentira 1: Hace casi dos años, el titular era ”Santos le mintió al Senado, dice Juan Gossaín”, en referencia a “que no es la primera vez que lo hace”, en alusión a la supuesta revelación de una fuente informativa.

Mentira 2: Luego, “el ministro Juan Manuel Santos es un mentiroso” afirmaba el vocero del Liberalismo, senador Juan Fernando Cristo, "ese es el carácter relevante del ministro Santos que se evidenció en el debate de la víspera en la Comisión Primera del Senado cuando no pudo responder la verdad sobre la conspiración que promovió en contra del entonces presidente Ernesto Samper, ni sobre el espionaje telefónico descubierto en al Dipol".

Mentira 3: “Quién sabe” qué favor le está haciendo a las Farc o a cualquier enemigo de Colombia, pero eso no puede pasar desapercibido” Juan Manuel Santos refiriéndose a Piedad Córdoba.

Mentira 4: El espectador, afirmando que Santos era autor intelectual del cierre de la Revista Cambio, recordaba que éste había expresado literalmente que eran “Idiotas útiles” los periodistas de la revista, lo cual negó.

Mentira 5: Correa calificó a Santos de ‘mentiroso, acerca del Plan Ecuador. También, sobre las "mentiras" que expone Santos en su libro publicado, pues dijo que Correa no reaccionó sobre el bombardeo hasta que habló con Hugo Chavez, lo cual fue negado por el Jefe de Estado del Ecuador.

Mentira 6: En el último debate dentro de la campaña presidencial, Noemí acusa a Santos de mentiroso al negar éste que hubiere habido oferta del Ministerio de Defensa a Montoya, actual director del Sena.

Siguen…

LOS FALSOS POSITIVOS

Una mentira sobre logros en bajas al enemigo.

“Níobe era una hija de Tántalo y esposa de Anfión, rey de Tebas. Con Anfión tuvo gran número de hijos, de los que estaban orgullosos. Se vanagloriaba de su prole, burlándose de Leto porque ésta sólo había tenido dos hijos, Apolo y Artemisa, al punto que se opuso a que se le tributaran honores a Leto, pues ella era más digna de que se le levantasen altares. En venganza, Apolo mató a todos sus hijos varones y Artemisa hizo lo propio con las mujeres, a excepción de Anfión o Amiclas y de Melibea. Cuando la madre acudió junto a los cadáveres de sus hijos sintió tal dolor que quedó inmóvil convertiéndose en piedra, como había suplicado a Zeus. Sólo porque los hijos propios “valen” más que los ajenos se acudió a la muerte de éstos”.

LA OPERACIÓN CÓNDOR

Una estrategia mentirosa, pues se basó en pasar por alto la verdad del derecho internacional y la soberanía de los países.

El mito

“En la noche anterior a la primera batalla Hades se puso su casco y, siendo invisible, se infiltró en el campamento de los Titanes y destruyó sus armas. … Perseo se encontró con las náyades, de las que consiguió un zurrón mágico, el casco de Hades, que permitía volver invisible al que lo llevara puesto, y unas sandalias aladas. Con la ayuda de estos objetos logró introducirse en la residencia de las gorgonas, que, como las Grayas, eran hijas de Forcis y, usando el escudo como espejo logró cortar la cabeza de Medusa sin tener que mirarla”.

LA OPERACIÓN JAQUE

Es una mentira, pues revestir de ayuda humanitaria y de misión de la Cruz Roja, fue una estrategia engañosa.

El mito

“Bajo las instrucciones de Odiseo, el caballo fue construido por Epeo el feocio, el mejor carpintero del campamento, con una escotilla escondida en el flanco derecho y en el izquierdo grabada la frase “Con la agradecida esperanza de un retorno seguro a sus casas después de una ausencia de nueve años, los griegos dedican esta ofrenda a Atenea”. Los troyanos, creyentes en los dioses, cayeron en el engaño, ignorando que era un ardid de los griegos para traspasar sus murallas con un escondido y selecto grupo de soldados”.

Si se estudia en Harvard es MITOLOGÍA, si se aplica en Colombia es MITOMANÍA

¿Quién le teme a Mockus?

Porqué una figura ambigua puede llegar a obtener un eventual éxito electoral? Varias son las razones de estructura y coyuntura:

En Colombia todas las generaciones vivas han pasado por un sistema educativo con deficiente calidad, en el cual suelen primar el culto a la personalidad del profesor, el uso de la represión evaluadora y la didáctica imperfecta. A la docencia no necesariamente llegan los mejores, lo que está comprobado en una gran diversidad de estudios a nivel hemisférico, en los cuales también, es bien sabido, se ha comprobado que las áreas mátemáticas, bilinguistas y el uso correcto del idioma nativo son las más fallidas. Falla el proceso de enseñanza aprendizaje por el débil basamento de éstas tres, identificadas en nuestro medio como matemáticas, inglés y español, de la cuales, con muy débiles competencias, se llega a obtener títulos profesionales y posgraduales.

No obstante, y por tanto, la figura docente, a cambio de ser revaluada, o reevaluada, es cimentada como la supuesta fuente de esos saberes “difíciles”. En la misma tendencia, especialidades como la jurisprudencia, la administración o la filosofía, en diferentes grados, aunque ocupan gran parte del abanico de preocupaciones académicas de los colombianos, no alcanzan niveles deseables de desempeño. Más de la mitad de los programas académicos de estudios superiores congregan una diversificación de la Administración y el Derecho, lo cual no se ha correspondido con resultados ni en la empresa ni en la justicia del país. Al otro extremo, los estudios de filosofía persisten en la oferta histórica de profesionalización, aunque la razón y la racionalidad no han llegado a ser parte de la idiosincrasia nacional.

Es así como la cotidianeidad del país está inmersa en el “debate” político mediático y de campañas electorales caracterizado por absurdas interpretaciones del ordenamiento legal, por ilógicas propuestas administrativas, por preocupaciones ya crónicas acerca de las fuentes de riqueza y empleo, además de la búsqueda de elementos de racionalidad que pudieran contribuir a la solución de las problemáticas de violencia, en una perspectiva inductiva, desde lo intrafamiliar a lo conflictual con otras naciones, pasando por el conflicto interno. Pululan en la academia los estudios e investigaciones sobre solución de conflictos a los cuales asisten los jóvenes sin llevar el antecedente problémico en sus mentes y los adultos sin la consecuente disposición al cambio esperado.

De esta serie de factores estructurales aparecería una explicación de coyuntura: quien reúna elementos identificables con el “saber escondido”, con la academia infructuosa y con promesas inocuas puede llegar a llenar el vacío expectacional de unas elecciones.

La figura presidencial no es en Colombia una entidad democrática sino una representación paternalista (Estado providencia), parental (acompañamiento protector), autoritaria (autoridad errónea y equívoca sobre los demás poderes). Sin embargo, es una figura institucional importante para mantener el statu quo prevalente, que conviene a las verdaderas fuentes de poder social.

En la misma forma, la figura congresional no es una entidad del ejercicio pleno de la democracia. Es una institución congregadora del lobbiyng privado, del ascenso de políticos sin plena formación en valores sociales y estrategias de conciliación y de la representación de todo el escenario de grupos de ilicitud y carencia.

El resultado es el uso ambiguo de una semántica política caracterizada por el lugar común y la frase amplia. A menor contenido concreto, mayor inocuidad y mejor promesa.

Recordando la obra teatral de Edward Albee haciendo alusión a la escritora feminista, bipolar y suicida ¿Quién le teme a Virginia Wolff?, su título solo era un motivo para preguntar ¿Quién teme vivir la vida sin falsas ilusiones?

De igual forma, parafraseando a Albee ¿Quién le teme a Mockus? Nadie. Ese es el factor de éxito. Un cúmulo de falsas ilusiones sin identificar claramente, un hálito de conocimiento abstruso, una esperanza de ver los números convertidos en realidades, una posibilidad de que el docente sea útil. Puede llegar a ser una figura institucional importante para mantener el statu quo prevalente que conviene a las verdaderas fuentes de poder social ...

Propuestas mockusianas como:

¿Fomento y defensa de la Constitución de 1991, en su calidad de acuerdo nacional fundamental. Acuerdo nacional para que la Constitución se modifique, sólo en los casos en que hay un verdadero consenso en el país en relación con un tema esencial. ¡claro!

¿Defensa de la división de los poderes públicos del Estado?, ¡obvio!

¿Revisión del sistema de pesos y contrapesos frente a la reelección presidencial, restricción al presidente en la elección de los miembros de la Junta Directiva del Banco de la República, la rama judicial y los órganos de control, mantener en equilibrio de cada una de las ramas del poder público?, ¡sí!

¿Reducción de los cuatro problemas fundamentales de la justicia en Colombia: acceso, impunidad, congestión y falta de confianza?, ¡mejor!

¿Empoderamiento de los ciudadanos para tramitar y resolver sus conflictos por mecanismos legales como la tutela, el derecho de petición y otros?, ¡reiterarlo!

¿Reforma al sistema y al Código Electoral?, ¡puede ser!

¿Reformular y fortalecer los sistemas de representación política sobre la base de la rendición de cuentas y el control social?, ¡reformular …!

¿Cambio en la manera de hacer política en Colombia. Esto sólo se logra, con la confianza entre las personas y en las instituciones?, ¡también!

¿Fomentar la participación y corresponsabilidad de los ciudadanos en lo público, en lo social y lo político?, ¡… !

Pero más allá:

¿Apoyar la reforma de flexibilización laboral en vigencia?

¿Instituir un salario no integral para profesionales jóvenes recién egresados que genere empleo y calificación temprana?

¿Extender dos grados más la educación preuniversitaria de manera que enlace con la formación superior?

¿Simpatizar con la eliminación de parafiscales con el supuesto que la generación de empleo se frena por elevados costos laborales?

¿El sistema pensional y el sistema de salud son en esencia problemas financieros?

¿El cambio de costumbres, la pacificación de los espíritus, la conciliación de intereses son problemas para resolver con una “reprogramación neurolingüística”, denominada más comúnmente cultura ciudadana, que insista en valores y razones ante las cuales, sin embargo, prevalezca la argumentación propuesta (autoritarismo investido de dialéctica)?

¿Quién le teme a Mockus? Nadie. ¿A otros candidatos? Sí. Hay que aceptar razonablemente que una conclusión así corresponde al “gana-gana” que da el balance deseado a todas las partes involucradas, la élite y la ciudadanía ingenua, el poder que sale y el poder que entra, los intereses de siempre y las esperanzas del nunca.