sábado, 15 de marzo de 2014

LA PIEL DEL DESEO (TWO MOTHERS; PERFECT MOTHERS; ADORE; ADORACIÓN)

Buen filme, con muchos títulos evasivos, dirigido por la luxemburguesa Anne Fontaine (“Coco”, escritora de “Chloe” y otras buenas historias femeninas, actriz). La historia basada en el libro de la nobel 2007, Doris Lessing, prolífica escritora ganadora de “todos” los premios literarios que importan en Europa, cuenta con las dos excelentes actuaciones de Robín Wright (Roz) y Naomi Watts (Lil). Robin es en su vida personal la madre de los dos únicos hijos de Sean Penn; Naomi es madre de dos hijos del también actor Liev Schreiber. Ambas son mujeres mayores de 45, con bellezas maduras y fogosas como sus personajes en “Adoración”.
La película es auténticamente femenina lo que evidencia, también, la autenticidad de lo que cuenta. Un argumento políticamente “incorrecto”, que relatado de manera “correcta” le aporta toda clase de visos de felicidad, erotismo, morbo y sentimientos de reconocimiento a lo que significa el transcurso vital de la mujer. Lo mejor, su puesta general en escena y los rostros de las dos protagonistas llenas de mutua comprensión y gran belleza otoñal, que quizá por su experiencia vital de oficio y familia logran expresar tan bien las diversas facetas de la “adoración” en el amor.

LADRONA DE LIBROS (THE BOOK THIEF)

Una película estéticamente bella, bien actuada, respetable, basada en un bestseller infantil de más de 500 páginas (?¡?¡? porqué para niños???), Sophie Nélisse (“Monsieur Lazhar”) se distingue con dos ojos hermosos y 14 años como una de las actrices jóvenes canadienses de mayor talento, soportando bien el peso del filme. La Muerte habla en “off” para contar cómo es testigo de las vidas y sus finales, en una época en la cual el mundo, como en todas las eras, ha decidido ponerla a trabajar por vía violenta sin esperar el ocaso natural de las personas. Liesel, la pequeña protagonista no “roba” más de dos libros en el transcurso de la historia, pero su delito simboliza la contraparte de la persecución de un poder entronizado que busca el comienzo de una nueva historia, sin comunistas, judíos, minusválidos o, en general, no arios.
El escenario filósófico denominado “tercer mundo” reside precisamente en las bibliotecas y las mentes educadas. Alguien hizo el simil de un momento en el cual, faltando los libros y las personas mayores con conocimientos acumulados, podría darse una situación de frío total en la cual se caminaría indiferente por sobre las cajas de fósforos hasta morir. Es el “tercer mundo” el patrimonio de la civilización y de la historia, por ello mismo Alejandría, Florencia, Yucatán, Chile o Argentina, en diversas etapas políticas vivieron lo que génerica y despectivamente se llamó “hoguera de las vanidades” a raíz de Savonarola.
Un deseo de borrón y cuenta nueva en la Alemania de 1933 sirve de simiente a Liesel para que muchos años después se convierta en escritora, mientras la “Muerte” sigue contándole al espectador esta parte y de cómo se la lleva a los noventa años de edad, luego de una fructífera vida. La música de John Williams fue nominada, Geoffrey Rusch y Emily Watson cumplen a plenitud sus papeles, permitiendo que el público soporte algo bien hecho pero un tanto “plano” para la estética dominante en el cine.