jueves, 29 de noviembre de 2012

MI SEMANA CON MARILYN (MY WEEK WITH MARILYN)

Colin Clark (el rol de Eddie Redmayne) escribiría esta biografía parcial de lo que solo podia sucederle a un privilegiado chico hijo de historiador y militar, educado en Eton y Oxford, que a los 23 años trabaja en sus ratos libres para el ahora empresario Laurence Olivier (Kenneth Branagh). Luego de su madurez como empresario de TV inglesa, decidiría ya sobre sus cincuenta de edad escribir dos libros alrededor de sus recuerdos con “la mujer más famosa del mundo”. Esta película de bajo costo (US$10 millones) pero de altísima calidad, como casi todo producto inglés, tiene producción del infaltable Harvey Weinstein (el zar del mítico Hollywood actual). El guión parece un trabajo rutinario de Adrian Hodges (básicamente un TVmaker). De los libros escritos por Clark (“The Prince, The Showgirl and Me” y “My Week with Marilyn”).
Michelle Williams (la viuda de Heath Ledger) hace una excelente Monroe. Derek Jacobi, Emma Watson y Judi Dench están muy de pasada en el filme, pero pesan en el poster. La música es del grande Alexandre Desplat. En esta película se percibe una gran objetividad biográfica que de manera honesta deja ver a su vez a la infantil e inocente chica sin pulimento social que era Marilyn. Para el empresario y actor Olivier (puros, perfumes, encendedores producidos industrialmente con su nombre), contratarla era un simple negocio. Quizá por ello, soporta las pequeñas estupideces e inseguridades del mito viviente en que estaba convertida la americana Monroe. El flemático Olvier “soporta” el cierto caos que introduce la rubia en el set y enfrenta, de alguna manera caballerosa, su nivel de “Sir” o “Lord” agregado al abolengo ganado en el teatro y el cine mundial, calificado como el más grande en ese momento, a las torpes formas de actuación y simples maneras sociales de MM.
En esta historia “basada en hechos reales”, lo cual es cierto, aparecen la esposa de Olivier, Vivien Leigh (Julia Ormond) ya no tan bella como en “Gone with the wind”. Está también el paciente esposo de MM, Arthur Miller (Dougray Scott) soportando lo que nunca debió enfrentar en su vida. Aparece muy rápidamente, Arthur Jacobs (Toby Jones) el gran productor (quien en la década de 65s-75s hizo las primeras cinco entregas de la saga de “El planeta de los simios” y algunas clásicas como “Mr Chips”, “Dr Doolittle” u otras basadas en los libros de Charles Dickens). Aparecen también Milton H. Greene (Dominic Cooper), fotógrafo de muchas imágenes clásicas de MM, Paula Strasberg (Zoë Wanamaker), hija del famoso creador de un estilo y metodología actoral reconocidos aún hoy. Paula fue entrenadora de actuación para MM y buena amiga, luchando acá como su asistente a enfrentar las destrezas de Olivier en la filmación de “El Príncipe y la Corista”, reconocido filme que era en la práctica una metáfora de sus dos principales protagonistas. Un buen ejercicio antes, o después, de ver esta “biopic”, es compara lo que allí se ve con las fotos más reconocidas y los documentales en que aparece MM. La actuación de Williams y la dirección de Simon Curtis buscan rememorar movimientos y mohines ya clásicos en la iconografía audiovisual mundial de Marilyn. Muchas de las tomas traen a la mente fotos y noticiarios de la rubia inolvidable. Otra parte del ejercicio es ver las escenas de “El Principe y la Corista” para una nostalgia sobre el medio siglo veinte de posguerra y la constatación del resultado de esas semanas con Marilyn, que Clarke decidió referir para ser envidiado por haber recibido unos de los últimos besos de una estrella.