martes, 4 de enero de 2022

Peaky Blinders

Steven Knight resulta ser un literato genial llevado a guionista de cine. Cillian Murphy carga con Tommy de muy excelente manera a través de la historia en un rol, si bien ficticio y no destinado a rutilantes premios, eso sí a demostrar esa enorme capacidad actoral de quien ha hecho un sinnúmero de papeles poco publicitados, pero bien reconocidos por los cinéfilos.
Tras Tommy, sus hermanos Arthur y John, sus primos y demás familia creciente a través de la sucesión de cinco temporadas, está la impresionante tía Polly. Pol es la líder tras el trono de la familia Shelby, así como Ada su hermana, Esme y Linda, cuñadas. También, Lizzie, Gina, Jessie, Tatiana, May, entre otras, hasta llegar Gina… las representaciones femeninas de amantes, prostitutas, sufragistas, sindicalistas, asesinas o negociantes, cumplen todas una gran característica a destacar en PBs. En esta serie, desde 2013 a 2019, las mujeres dan el balance de gènero deseado en el siglo XXI, pero dramatizado en los albores del siglo pasado. Todas ellas se destacan en el argumento por su capacidad de convivir con hombres inteligentemente violentos.
El creador, guionista y director Knight se luce con esta saga que posa de ficción, pero es un gran relato histórico del capitalismo británico enfrentado a la primera guerra mundial y viendo el germinar de la segunda debacle a partir de 1939. Por ello, se encuentra inmanente en puntos clave la enorme figura política de Winston Churchill.
Knight liga su relato del clan Shelby a lo que era el despegue capitalista de una nación con sangre colonial y monárquica. Es de esta manera como se desarrolla esa especie de “acumulación originaria” del capitalismo británico moderno, basada en la exanción de riquezas entre las diferentes clases sociales, con el protagonismo de bandas dedicadas a las apuestas amañadas, al contrabando de alcoholes e, incluso, al sicariato con motivaciones de diversa índole. La violencia es el eje circunstancial del devenir de la juventud y la madurez de los hermanos Shelby. El enriquecimiento es el producto final de los avatares del clan en medio de antagonismos de razas, credos e intereses políticos.
El Ejército Republicano Irlandés (IRA antiguo), nacido en 1866 permanece activo en las personas de los fenianos; las bandas italianas, chinas e inglesas y judías disputan territorios urbanos: pero, en el epicentro social del drama estan los gitanos exsoldados, los Peaky Blinders (los ojerosos de gorra, o los picudos ojerosos…una traducción que está en disputa), siempre armados de cuchillas ocultas en sus boinas, navajas, revólveres y, luego, ametralladoras.
Al hervor de esta caldera de negocios ilícitos y multiculturas enfrentadas, va surgiendo el rencor de la primera posguerra dando simiente a los fascismos que llevarán a la segunda hecatombe mundial. Churchill lo intuye y lo lucha, Tommy, ya en el pedestal de Oficial de la Orden del Impero Británico (OBE), lo comprende y se siente, por primera vez, vencido por algo o alguien que, siendo el diablo fascista surgiente con el liderazgo de Oswald Mosley, no podrá vencer.
Pinky Blinders es una serie histórica de los tiempos iniciales del siglo XX al interior del imperio británico que, monárquico y colonial es, ante todo, un defensor de las libertades. Los PBs son una gran saga de “padrinos” gitanos, entremezclados en los crujidos que la crisis del 1929 provoca en los capitalistas de la época y los primeros gritos del “abajo Judá”.
Con una bella cinematografía, actuaciones de excelencia, perfecta correlación histórica y fascinante dirección, los PBs se hacen dignos de una mejor posición en el gusto de los serie-cinéfilos justo a punto de conocerse la llegada de su sexta y última temporada.