sábado, 26 de diciembre de 2009

Avatar



Significante y significado

Los avatar, son seres cuya denominación proviene, a través del francés, de la palabra sánscrita que en español ha significado ‘fase‘, ‘vicisitud’ o ‘cambio’. La juventud actual los entiende como elementos gráficos propios de la Internet y las tecnologías de comunicación TICs, que son representación humana, asociada a un usuario para su identificación. Se utilizan fotos, dibujos o figuras tridimensionales.
En la red comenzó quizá con el avatar que uno diseña de sí mismo en el correo Yahoo. Hoy se le podría equiparar a los Buddypokes que intermedian en las relaciones con amigos dentro de la red social Facebook.
Pero, el uso original del término es muy distinto, pues los diseñadores de juegos de rol, empezaron en "Habitat" en 1987 y en 1992 cuando populariza en la novela ciberpunk de Neal Stephenson titulada “Snow Crash”, desarrollada en el ámbito de la realidad virtual. En el reconocido juego "Los Sims", el avatar es una persona, tal como se utiliza también en “Second Life" con personajes en 3D online. Las figuras preferidas han sido las de estilo manga.
Pero, remotándose a su origen filosófico religioso, el avatar es propio del hinduismo, como la encarnación terrestre de un dios. Varios de ellos son Vishnú, y Krishná, su octavo avatar. El término sánscrito significa “el que desciende”.
Cristo, es otro avatar deidad, al igual que en otras religiones no hindúes Zoroastro (VII a. C.), Mahavira (599-527 a. C.), Buda (563-483 a. C.), Jiddu Krishnamurti (1896-1986), entre otros muchos creadores que fueron de nuevas religiones.
La llamada Nueva Era, los clasifica en Manusíacos (creadores míticos de civilizaciones poderosas como Manu, Rómulo y Remo, Mahoma, Manco Cápac, o Quetzalcóatl) Bodhisátvicos (fundadores de religiones o doctrinas espirituales como Buda, Jesucristo, Krishná, Lao Tse, por ejemplo) y Avatares no encarnados (tipo de ángeles que protegen a la humanidad sin encarnar, contradictoriamente).

Los tecnicismos

James Francis Cameron, director de 55 años tiene a su haber una docena de películas, algunas megatecnofilmes taquilleros. Cumple la ley de Zam pues quien escribe su guión y lo dirige con libertad, alcanza el éxito.
Cameron es el director y creador de una iconografía cultural contemporánea similar a la que un Spielberg haya logrado. La diferencia es su identificación con la biotecnología. Sus cabezas monstruosas, cyborgs y robots, combinadas con una ambientación derivada de la zoología marina y el reino protista, o Protoctista (conformado por eucariontes que no pueden clasificarse dentro de alguno de los otros tres reinos, como hongos, animales o plantas en forma de algas, protozoos o mohos mucosos).
Es por eso que en Avatar se mezclan seres voladores y marinos con la faz de “Aliens”. Seres submarinos y voladores como los que embellecieron su fabulosa “The Abyss” (titulada como Secretos del Abismo…). O robots pilotados como los que se han replicado en Terminators, District 9 recientemente (de Peter Jackson), Transformers (de Michael Bay) y muchas otras. La juguetería consumista está plena de ellos.
Cameron es, no el mejor, sino el director de megaproyectos muy propios del ego hollywoodense al que han de odiar los talibanes en el arte audiovisual. Su filmografía contiene desde avances técnicos, hasta secuelas exitosas, pasando por taquillas gigantescas. Son sus obras vendedoras The Terminator (director, guión, 1984), Rambo II (guión, 1985), Aliens, el regreso II (director, guión, 1986), El secreto del abismo (The Abyss) (director, guión, 1989), Terminator 2: El juicio final (director, guión, productor, 1991), Mentiras Verdaderas (director, guión, montaje, productor, 1994), Titanic (director, guión, montaje, productor, 1997).
Para Discovery Channel ha producido Aliens of the Deep, Expedition: Bismarck, Fantasmas del Abismo, Titanic Tony Robinson Adventure y La tumba perdida de Jesús, que generó un debate entre la ortodoxia católica.
Cameron es copropietario y CEO de Digital Domain, compañía de producción de tecnología de efectos visuales. Desarrolla la estereoscópica digital 3-D y su IMAX 3D y creó junto al estudio WETA Digital, gran parte de la parafernalia de "Lord of The Rings" (Peter Jackson), de allí que District 9, de Jackson, tenga tantas similitudes técnicas e ideológicas con Avatar.
Avatar, el Proyecto 880, con presupuesto de más de US$300 millones y otros US$200 millones en publicidad es una resultado combinado de Computer-generated imagery, CGI (con seres vivos sobre pantalla azul), más un desarrollo de la captura del "rendimiento", técnica utilizada por el director Robert Zemeckis en The Polar Express y Scrooge, agregadas al perfeccionamiento de cámaras Sony estereoscópicas producidas expresamente para Cameron, todo aunado a la expansión de las salas con proyectores 3D instalados. Cuando empezó el proyecto 880 en 2005, Cameron recorrió eventos de la industria convenciendo a los cines para instalar proyectores de los cuales sólo había 79 en el mundo, hasta vender más de 5.000 en cines capaces hoy de proyectar 3D.
La Cámara Virtual, a través de capturadores de movimiento, “performance capture”, le entrega a Cameron directamente en el set una previsualización de la imagen final con texturas, luces, fondos, formas. Si el director mueve la pantalla de la Cámara Virtual, funciona igual que una cámara tradicional, pero reinterpreta la imagen desde el punto de vista que apunta la cámara, aumentada y real.

El mundo avatar

Con ayuda de lingüistas como Paul R. Frommer, profesor en la University of Southern California, y antropólogos, Cameron crea un universo de alienígenas, con montañas flotantes (símil del conocido cuadro de René Magritte), dragones voladores y criaturas, que le permiten plantear un discurso ambientalista un tanto incoherente.
La geografía: Na'vi Na'vi o “The People” habitantes de Pandora concentrados en regiones boscosas con elementos de varios continentes y climas; el Hometree, hogar espiritual y físico de los Omaticaya Na'vi, llamado Kelutral; Las Mountain banshee Na'vi llamadas Ikran, regiones montañosas de Pandora, que incluye las Hallelujah Mountains.
La zoología: Los Ikran, especie de equino-pterodáctilos; los Direhorse, temibles caballos con armadura; los Hammerhead Na'vi llamados Angtsìk, esos rinocerontes con cabeza martillo y cuatro ojos; Thanator Na'vi llamado Palulukan o “Dry Mouth Bringer of Fear” bestias con aspecto de pantera: los Viperwolf Na'vi llamados Nantang con rasgos de lobo.
En ese mundo de la luna Pandora, irrumpe la Resources Development Administration, RDA, la mayor organización no gubernamental en el universo humano, cuya función es, como corporación masiva, involucrarse en intereses de explotación minera, transporte, medicinas, armas y comunicaciones.
RDA concentra su viaje en el Interstellar vehicle, ISV, diseñado para transporte de personal, insumos, y equipo entre la Tierra y Pandora, y lograr la explotación de Unobtanium desde Pandora a la tierra. El poder de RDA es tal que enlaza estaciones espaciales con hipovehículos fuera del control de gobiernos y ansiosa de recursos industriales sin importar la afectación a la naturaleza.
Es el año 2154 y Jake Sully (Sam Worthington), ex-marine minusválido en silla de ruedas, viaja a la atmósfera tóxica de Pandora, dentro del programa Avatar, en el cual participa la doctora Grace (Sigourney Weaver), donde los humanos "conductores" unen sus conciencias a un avatar, o cuerpo biológico controlado de forma remota que puede sobrevivir al aire letal. Son genéticamente ADN humano, mezclado con ADN de nativos de Pandora, los Na'vi. La bella Na'vi, Neytiri (Zoe Saldana), es la contraparte nativa y amorosa, a la cual alude la balada central “I see you” de Leona Lewis, que hace referencia al desenlace en el cual solo después de la debacle y el apocalipsis desencadenado en medio del desenfreno antiecologista, racista, belicista y de confrontación de mundos de muy diferentes estadios de desarrollo, se reconocen uno a otro con sus propios cuerpos, su zoomorfia real, su esencia racional e inteligente, en comunión cosmogónica.

Cameron no tenía necesidad de convertirse en creador de ficción. La explotación de recursos naturales está ligada a la generación de conflictos internos, peyorativamente llamados “nuevas guerras”. El molibdeno y wolframio (África del sur), tungsteno (China, Bolivia, Rusia), diamantes (Liberia, Sierra Leona, Costa de Marfil, Angola, Namibia, Simbawe, Botswana…), coltán (Etiopía, Nigeria, Mozambique), son algunos de los ejemplos. De este último, el coltán. denominado “oro azul”, o “petróleo de barro”; combinación de columbio y tantalio, que es fundamental en la fabricación de aparatos tecnológicos como los celulares, se descubrió recientemente que hay yacimientos en Colombia (!!!).

Cameron tampoco requería idear la íntima relación de los Na´vi con la tierra. Los Lakota-Sioux en Estados Unidos, o las comunidades Kogi, Arhuaca, Sanká y Kankuama, de la Sierra Nevada, mantienen un cosmovisión que Daniel Quinn (1992) ha sabido interpretar con los “takers” o Hermanos menores (cultura occidental), y los Leavers, o Hermanos Mayores (primitivos), dentro de una visión etnocientista puesta en términos “occidentales” para su comprensión de la relación de la Madre Tierra con los indígenas. Los Na´vi “contactan su cola con las ramas, las raíces o algunos apéndices animales para establecer una íntima relación con la naturaleza, lejana de la visión cientista del invasor.
Cameron seria dentro de la industria fílmica un representante de la antropología neoestructural. Así como la ciencia positiva argumenta que “si lo puedes dimensionar, lo puedes controlar”, este tipo de artesanos californianos, basados en una burda adición de especulación y datos, lo cual no importa para el entertainment, pero suele aportar útiles dentro de la jerga referencial, puede expresar que “si lo puedes recrear, ver y nombrar, tienes una hipótesis válida”.

¿Dónde están las incoherencias e incongruencias de Cameron? Pertenece a la hiperindustria fílmica vanguardista californiana y cuestiona a las grandes corporaciones; es nacido en Canadá, ese importante hermano político y asociado industrial de Estados Unidos, y busca observar con ojo crítico a la gran industria. Hasta acá, bien pero inconsistente. Escribe un mensaje dicotómico de la sociedad industrial en el cual no hay sinergias entre las actividades, RDA no tendría enlaces con el gobierno y las restantes actividades industriales. Actúa como un ejército privado, sin que a nadie importe. La intromisión explotadora hace parte de un indiscriminado lassez faire – laissez passe dentro del cual el gobierno, estadinense se ha de suponer, hace parte pasiva y, por ende, de responsabilidad solidaria con los vejámenes a otras naciones.

¿Qué critica Cameron? Sería que otros como él puedan ser puestos en la picota de su película como “los malos”, simplemente. Le otorga el derecho a los invadidos de oponerse en defensa propia y vencer a los invasores, si pueden, con sus arcos y flechas, con sus creencias y sus semidioses.
¿Cuál es el mensaje ambientalista y pacifista? El de siempre, un mundo de inequidades, violencia y mercado que el espectador ya conoce y ante el cual seguirá absolutamente inerme.

Al tomar en serio a Cameron, en esta “Release 20.10 d.c.” que comienza el 1 de enero, como un seudocientífico que trabaja en ese laboratorio multimedia cuyos experimentos dominan el universo cultural del milenio, que es el cine, se podría decir que está dominado por su propio “avatar”. Al igual que aquellos que, en todas las áreas del conocimiento, mantienen sus vidas sus profesiones apegados a avatar´s librescos. Los economistas keynesianos, los psicólogos piagetianos, los administradores tayloristas o los seguidores de Peter Drucker, los abogados kelsenianos, los bobbianos, los francfurtianos, entre otros innumerables ejemplos de motes académicos, y todas aquellas tendencias a llevar una línea de pensamiento apegada a un autor, por importante que sea. El avatar cameroniano suena y truena, tiene sonido metálico, deslumbra, pero girará siempre alrededor de la fábula de los ejércitos, de las batallas y las muertes, de la conjunción de los espacios y los mares, de los espectadores y los dólares en abundancia.

Avatar podría declinar en una saga. Pero no parece ser la intención inicial. Si lo fuera, pertenecería al producto intertextual y multimedia que contiene una secuencia industrial de libro, película, merchandising (objetos, juguetes), y juegos electrónicos (ya viene Avatar, para Ubisoft).