Paul William Scott Anderson (45 años), es director y guionista. Ha dirigido dos de la saga, escrito las cuatro y producido tres de ellas. Aunque existe una más producida en el 2008 como “Resident Evil Degeneration”, un producto aislado, sin Jovovich y sin suerte.
El énfasis hay que hacerlo en la tecnología audiovisual utilizada, pues en “Resident..” solo hay “biohazards” (muertos vivos que son riesgo biológico), “Umbrella” (corporación maligna interesada en rehabilitar los “biohazards” como mano de obra autómata), “Alice” (heroína con anticuerpos que son el único antídoto contra este “residente maligno” y que a la vez le convierten en inmortal e invencible) y otra serie de esperpentos de ficción. Por tanto si se asiste a ver esta película será con el incentivo de disfrutar todas estas tonterías mecánicas, bélicas, sangrientas, monstruosas y sorprendentes, asomándose hacia los asientos de general en su tercera dimensión.
Cada película de esta saga deja el hilo conductor para la siguiente: esta partió de la clonación de varias Alices y termina en la aparición de una gran cantidad de helicópteros de última tecnología que amenaza la paz alcanzada por la pequeña población salvada por “Alice and friends” en Alaska. “To be continued…”
Milla Jovovich es ahora la compañera en vida real de este director de videojuegos llevados al cine. Antes lo fue del reconocido Luc Besson. Milla es serbia-urcraniana, con destrezas atléticas, modelo y cantante. Se le debe reconocer su capacidad histriónica en la excelente puesta de época en lenguaje moderno “Juana de Arco”, de 1999, dirigida por su anterior esposo.
“Resident…” es un producto poco trascendente, coproducido por Canadá y Alemania, en uso de una franquicia de gran taquilla. Sin embargo, la 3D fue explotada al máximo con esta muestra de lo que podría llamarse un género Biohazard, pues han sido ya bastantes las películas sobre virus malignos y muertos vivientes, repletas de violencia: The alien Forze, 28 days later I y 28 weeks later II como Exterminio (viene 28 months later), “Biozombies”, “Braindeads”, “Dead men walking”, y toda clase de zombies que fueron iniciados por George C. Romero.
Este film es el primero de los realizados sobre este videojuego, con base en la tecnología 3D de Sony, la usada por “Avatar”. Debe anotarse que los productos fílmicos que han llegado a Colombia anunciados como 3D han sido solo imitaciones de postproducción, que no han utilizado la tecnología de James Cameron – Sony. Este filme sí lo hace.
viernes, 22 de octubre de 2010
LINDSAY LOHAN
¿Saben los padres y madres de hoy del mundo icónico de sus hijos? La respuesta es no. Algunas excepciones de madres modernas, otras de padres actualizados, saben de gustos y nombres en cine, música, vestuario juvenil.
¿Zac Efron?, ¿el moreno Kyle?, ¿Jonas Brothers?, ¿Miley Cyrus?, ¿Demi Lovato?, ¿Vanessa Hudgens?, ¿Taylor Swift?, ¿Ashley Tisdale?, ¿Selena Gómez?, ¿Chris Brown? Incluso suenan conocidos Rihanna o Britney Spears, que ¿ya entraron a un Mercado más adulto? ¿También Anahí o Dulce María? Solo referentes anglosajones, algunos pocos mexicanos o colombianos (Carlos Vives es un padre viejo, con perdón), pero eso es tema de otra índole.
¿Ashley Green, Robert Pattinson , Kristen Stewart, Dakota Fanning?
Saber de Lady Gaga o Shakira, de Madonna o Beyoncé no vale, por edad o por mercados diferentes. Los adolescentes de hoy entre 10 y 18 años no ven sino Disney Channel, o Cartoon Networks, Discovery Kids o Disney XD, entre otros.
Hace treinta años la franja de niños y adolescentes representaba el 44% de los televidentes. Hoy es mayor, quizá de dos tercios de la clientela audiovisual en la cual están los hijos de padres y madres de hoy. El mundo es hoy global y joven, lo que no se puede desconocer. El desempleo es juvenil en esencia, de 18 a 30 años, los mercados son juveniles en moda, música, educación, comidas, cine. Quizá no en arrendamientos, servicios públicos domiciliarios, autos, pero en lo demás el poder es adolescente y juvenil.
¿Vio un padre o madre las películas de Lindsay Lohan? “Confessions of a Teenage Drama Queen”, por ejemplo. Atrevidamente se puede asegurar que muy excepcionalmente y de forma accidental. ¿La han oído cantar? ¿Han visto su interesante secuencia fotográfica de imitación de las grandes divas del siglo XX? ¿Conocen de su talento? No.
Así las cosas, el mundo de Lindsay Lohan es el mundo de incertidumbres de adolescentes y jóvenes, mirados con el rabillo del ojo por los mayores de 30 años.
Los padres y madres de hoy solo conocen de nutrientes, sin aplicarlos, de estudio, sin saber la verdadera incidencia de la academia, de trabajo, sin reconocer del detrimento que ha sufrido el mundo laboral actual, de conformismo, en general.
Lindsay Lohan con 24 años y sin problemas hasta los 20, con una película anual filmada desde los 14 años, con dos álbumes musicales, es el reflejo de las inquietudes de una masa joven rodeada de adultos y adultos mayores que ven como colateral, intrascendente e inexistente al 66% de la población mundial. El tema de los precoces artistas famosos echados a perder es asumido por los gurús de la academia y el saber mayor, como patéticos casos individuales o como fenómenos causados por una sociedad de consumo que existe más allá de sus propias barreras (narices). Pero todo está en el ejercicio de la paternidad actual, que no se encuentra acorde con un mundo globalizado, cambiado y cambiante.
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