martes, 6 de septiembre de 2011
COWBOYS AND ALIENS
Jon favreau (director de “Iron man” I y II, “G-Force”, “Zathura”) es un director reciente más conocido por cara regordeta en varias películas intrascendentes. Toma acá una historieta de Scott Mitchell Rosenberger, que pasa por las manos de un grupo creativo de cinco guionistas para ser escrito para la pantalla por tres de ellos. Hace parte de su seis productores el reconocido Ron Howard (“The Grinch”, “Apollo 13”, “Davinci code”) y en algún lugar de la letra pequeña del poster un perdido Steven Spielberg que trampea con el observador.
Con un cierto derroche de tecnología “airplanes anda aliens” combinada con los vaqueros caraduras de Daniel Craig (“007”) y Harrison Ford (“Indiana Jones”, etc.) acompañados de indios a caballo, que resultan en un producto bien hecho, pero tonto, el director, secundado por tanta gente creativa en el argumento y la producción, logran un desorden de mediana calidad que hace que los más pequeñitos asistentes al teatro exclamen “! Qué ficti!”.
8 MINUTOS ANTES DE MORIR (CÓDIGO FUENTE; SOURCE CODE)
El director Duncan Jones (“Moon”) gusta del desarrollo de temas de ficción. En su parca obra ha bajado de cerebros electrónicos en la luna a cerebros humanos teletransportados en la tierra. Tiene tras de sí la herencia filial de su padre David Bowie, quien como actor ha participado de ficciones de toda índole. El guión de Ben Ripley (“Species”) demuestra el común interés por estos enredos un poco mal llamados “science fiction”, pues casi siempre no son de naturaleza contrastable, lejos de evidencias y resultan simple resultado de una mixtura de elementos sueltos derivados de diversas tecnologías imposibles de combinar, pero interesantes para la especulación.
Acá protagonizan Jake Gyllenhaal, Michelle Monaghan, Vera Farmiga, Jeffrey Wright, Russell Peters. Las especulaciones en el cine acerca de posibilidades de teletransportación ha sido hechas siempre sobre el traslado de cuerpos humanos a través del tiempo o del espacio. En “8 minutos…” es la mente a la cual se le teletransporta a otro cuerpo en un tiempo pasado y con ello se permite repetir esta acción con una duración medida de ocho minutos cada vez, permitiendo que en cada ocasión el cerebro capte detalles antes no observados. La suma de observaciones del pasado inmediato permitirá la investigación necesaria para prevenir un desastre terrorista de mayores dimensiones en el mediano futuro. Un filme que entretiene, aunque con riesgo de llegar a aburrir al espectador con cada viaje en el tiempo y descrestarlo de manera ingenua cuando convierte el amor futuro en una realidad del presente, como epílogo feliz.
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