domingo, 17 de abril de 2011

AGORA


Se estrena una película de Alejandro Amenábar, el brillante y joven cineísta de 4 cortos como actor y cinco peliculas como director y guionista. Desde “Tesis”, pasando por “Abre tus ojos”, “Los otros”, y “Mar adentro”, hasta ahora, en “Agora”, ha ido acrecentando escalas de producción sin que falle en su tino de autor.

Amenábar es compositor de bandas sonoras y escritor de historias para el cine. En “Agora” escribe para dirigir. De su productora Himenóptero (Insectos de alas como membranas), que recuerda su primer short fílmico de 1992 con este nombre y realizado a los 20 años de edad, Amenábar se adentra ahora en la historia.

Acá escoge un tema que se centra en un punto de quiebre de la historia antigua. Constantino el Grande, San Constantino, el emperador de Roma ha participado de un proceso largo en el cual los cristianos han dejado de ser perseguidos y de la oficialización de la ya existente Iglesia Católica mediante el Concilio de Milán. El Imperio Romano se ha extendido y está conformado por el Imperio Occidental (Europa Central y norte de Africa) y el Imperio oriental (antes Imperio Egipcio). La teoría geocéntrica de Claudio Ptolomeo, predominante desde el siglo II con su “El Almagesto”, en la que introdujo los llamados epiciclos, ecuantes y deferentes, será muy lentamente sustituída en la ciencia por el conocimiento acerca del heliocentrismo de Copérnico, Galileo, Kepler y Newton, ya en el siglo XVII. Dos de las 7 maravillas antiguas son trasfondo de la historia: la biblioteca de Alejandría en el 391 a.c., incendiada, y el faro de Alejandría con 117 metros de altura en la costa de la isla de Faros, destruido por terremoto a mediados del siglo XIV.

Con la pérdida de la enorme biblioteca, el anecdótico universal dice que comienza la Edad Media en 476 d.c., fecha de la caída del Imperio Romano de occidente, identificada con una conjunción sangrienta de paganismo decadente, judaísmo inconsecuente y cristianismo radical. Termina esta etapa del Oscurantismo en el año 1453 al caer el Imperio Romano de Oriente, con el reintegro de muchos de los libros recuperados por Solimán El Magnífico a la cultura grecorromana, lo cual es visto como germen del Renacimiento, escenario con una profunda división del cristianismo en católicos y protestantes.

La ciudad de Alejandría en Egipto (una de las 27 ciudades con este nombre en homenaje de su fundador en conquista), se encuentra en el centro del predominio geopolítico de la Roma Imperial en el delta del río Nilo. Allí, como en muchas de las ciudades estado, se encuentra en su centro el “ágora”, enorme lugar de encuentro público.

En el ágora se observa el germen de consejos comunitarios, donde se mezclan los partidarios de diversas religiones y tendencias políticas que van desde monarquías imperiales hasta repúblicas democráticas, en réplica de los caracteres de cada uno de los césares que han gobernado al mayor imperio de la historia. En el ágora se concreta lo que la politología conoce como la Democracia directa. Alrededor de ella se combina una candente mezcla de ciegas creencias religiosas, monoteísmos y politeísmos, y especulación científica. Flavio Augusto Emperador decreta en apariencia de justicia, desencadenando matanzas interreligiosas e incendios culturales.

En medio de semejante contexto Amenábar reproduce los apartes biográficos de la filósofa y astrónoma Hipatia, grecoegipcia, de 46 o 60 años según versiones, primera persona que expresó la existencia de la elipse como sustituto del círculo en la explicación del movimiento de los astros y de la fuerza de gravedad de la tierra. Su nombre es considerado en algunas obras como paradigma de la liberación y de la ciencia femeninas, aunque ella no dejó su obra escrita.

Amenábar, muy dentro de su visión “himenóptera”, se luce con interesantes volteos de cámara y con la visión del mundo desde el espacio sideral bajando hasta definir los continentes y observar en panorámica la bella arquitectura de la ciudad de Alejandría, para en tomas aéreas ver a los humanos como insectos que se mueven cual hormigas inteligentes y feroces.

La civilización del primer mundo inició un retardo de 1000 años en este punto de inflexión en el que se desarrolla “Agora”, pero toda la contextualización no cabía en este relato acerca de la mártir lapidada desnuda frente a un altar del templo católico, que enseñaba en su casa, en el “aula”, su patio central, con la didáctica “peripatética” (aristotélica ambulante) de un conocimiento neoplatónico y teniendo como método la “especulación científica” que, aún se valida en el tercer milenio.