sábado, 4 de febrero de 2012

LOS DESCENDIENTES (THE DESCENDANTS)


Merecido galardón, si se da para George Clooney, por su notorio cambio de perfil protagónico en este film en el cual se cuestiona la validez de las grandes herencias, el respeto por la naturaleza como supremo valor, la existencia de paraísos como Hawaii en mitad del Océano Pacífico y con comodidades tecnológicas para poco más de 1.300.000 habitantes americanoasiáticos gozando de uno de los más elevados ingresos por cabeza del mundo actual.

En medio de este edén contemporáneo los amores son igualmente sufridos que para el resto de las personas. El tedio de las adolescentes y sus inmaduros existencialismos se mezclan con el de las parejas al borde del divorcio. La muerte cerebral del ser querido no impide que ante su “cuerpo aún no desconectado” se le reclame y se le confiesen rencores por parte de los afectados por una infidelidad. Matt King (Clooney) representa los intereses de toda la familia, pero habrá de cuestionarlos luego de recapacitar sobre la inutilidad de la vida sin el amor descuidado e irrecuperable y cuyo único reemplazo será el de las pequeñas hijas.

Este marco sirve para que Alexander Payne, poco prolífico pero talentoso director y guionista galardonado de “Sideways” (Oscar 2004) y “About Schmidt” (Golden Globe 2003) junto a media docena de producciones menos reconocidas, oriente a “Los descendientes” a través de una buena historia bien puesta en escena, que ha ocupado algunos de los primeros diez lugares entre los mejores filmes del presente año según canales televisivos, importantes sites de internet y prensa estadinense especializada. La película tiene un tono europeoasiático, quizá porque que se desarrolla en medio del mar en Hoahu, por lo cual su tono no es plenamente estadounidense.

Clooney ya ganó el Globo de Oro por este desempeño, además de otras nominaciones importantes. Payne también ha sido destacado por críticos y prensa. Ahora ambos van por un merecido Oscar, pero tienen el enorme obstáculo de “The artist”, que les compite en varias de las mismas nominaciones.

Kaui Hart Hemmings, una mujer que ha escrito para la revista de Francis Ford Coppola, “Zoetrope”, además de otro libro de pequeños relatos titulado “House of thieves”, a sus 36 años demuestra en el eje de sus argumentos una mirada adolescente. En el caso de su libro “The descendants” base de la película, esta perspectiva relatada se hace desde la voz interna (en off para el filme) de Matt King, pero en complicidad constante con su hija Alexandra (Shailene Woodley, 21), un personaje que traduce el pensamiento de la escritora, en cuanto es hija adoptada de un surfista y político reconocido y hermanastra de una pequeña, todo lo cual reproduce en parte el eje transversal de los principales personajes de “The descendants”, donde a partir de cierto punto Matt y Alexandra interactúan con las mismas reacciones frente a la madre, el amante y todo el pequeño universo de este simpático filme.