jueves, 30 de enero de 2014
LA VIDA SECRETA DE WALTER MITTY (THE SECRET LIFE OF WALTER MITTY)
Este es un buen filme pero con un costo relativamente alto de US$90 millones para el nivel que logra. Quizá los efectos especiales de los sueños y los viajes de Mitty a gélidas tierras encarecen la cinematografía del argumento. Hay algo de “Walter” en todos los espectadores, pusilánime, tímido, común, pero con elevados valores. No es arribista, se enamora en secreto y tiene un bajo perfil laboral en una de las más reconocidas revistas del mundo trabajando en la oficina más escondida del edificio.
LIFE fue el magazine más famoso por sus sorprendentes fotografías en los tiempos en que no se contaba con internet, ni había suficiente cobertura de información televisiva por cable y había mínima globalización de la información. LIFE, por su calidad fundamentalmente, pero por la época tecnológica menos avanzada sorprendía. En ese contexto, un fotógrafo era un antropológo y un “Indiana Jones” del periodismo, que acá es representado en el personaje de Sean O´Connell e interpretado por Sean Penn, ese “tough guy” envidiable por sus recientes logros con Charlize. Y, en el otro lado de la balanza está Walter, un oficinista que maneja negativos de fotos de la revista, lo cual si bien es un trabajo de cuidado, resulta anónimo como el pequeño empleado que lo hace.
Si bien LIFE terminó su vida semanal impresa el 8 de diciembre de 1972 y su salida mensual en físico el 20 de abril de 2007, esto significa que James Thurber el autor del cuento corto original de 1939, no incluía este tema. Tampoco, obviamente, en el posterior libro “My World and Welcome to It” in 1942 que amplía las desventuras aventuradas de Mitty. Thurber declaraba en entrevistas que este personaje hacía parte de una intención de “hacer notable lo común”, un trazo argumental del cual hizo una primera versión fílmica Danny Kaye en 1947 (con Virginia Mayo y Boris Karloff) y ahora esta segunda de Ben Stiller, en la que se permite incluir el contexto de homenaje a LIFE y su paso a la publicación virtual.
Mitty es caricatura del hombre simple, de aquellos para los cuales un “Errol Flynn era todos los héroes en un paquete magnífico, sexy y animal”, según la expresión de Jack Warner en los años cuarenta. Es decir, el alter ego de Mitty es todo mítico héroe y por ello imagina osadías y valentías que le permitirían conquistar a Cheryl Melhoff, por ello la fábula terminará felizmente gracias al agradecimiento del mítico fotógrafo que a través de la “quintaesencia” fotográfica para la última portada agradece a quienes considera que trabajaron verdaderamente por la revista que fenece. Theodore Shapiro (“The Devil wear Prada”, “Blades of glory”), arma un soundtrack excelente por sí solo e incluye canciones “indie folk” del sueco José González. Créditos iniciales ubicados visualmente dentro del paisaje urbano y la cinematografía de Stuart Dryburgh (“The piano”, “The tempest”…) embellece las novedosas imágenes acordadas con el productor ejecutivo Gore Verbinski (“Pirates of the Caribbean”). En esta película no trabajó, por excepción, su amigo Owen Wilson con quien ha realizado 11 de sus filmes como actor y director. De Stiller como director se recuerdan “Reality Bites”, “Cable Guy”, “Zoolander” o “Tropic Thunder”, con relativo éxito en taquilla pero con menos trascendencia artística que la interesante “…Mitty”.
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