sábado, 21 de mayo de 2011

EL ASESINO DENTRO DE MÍ (THE KILLER INSIDE ME; El demonio bajo la piel)


Ben Afleck es un nombre reconocido, pero su familiar corre el riesgo de conocerse solo como "el hermano de Ben". Sin embargo, Casey Affleck, ha demostrado ser quizá mejor que el reconocido actor de “Pearl Harbor”, “Daredevil” y otras muchas, ahora destacado talento de la dirección con “Gone baby gone” y “The town”.

Hacen parte del elenco Kate Hudson (“Alost famous”, “Nine”), Bill Pullman (“Independence day”), Ned Beatty (el petrolero), Elias Koteas (de “Law and Order” TV), Jessica Alba (impresionante este papel), Simon Baker (“The mentalist” en TV).

Es un filme remake de 1976, con voz en “off” del protagonista, quien sorprende manteniendo un rostro impasible, de joven inofensivo, como sheriff del pueblo petrolero y ocultando su psicopatía y sadismo, en un vórtice de asesinatos casi perfectos, con un inesperado final. Es un thriller que asusta por la forma en que demuestra la posibilidad de que crímenes pasen inadvertidos sin tener culpable visible. El guión está reescrito sobre la novela de 1952 de Jim Thompson con la editorial Lion books, un recordado autor de “The gateway” (“La huída”) argumento origen de la película de Sam Peckinpah (1972) con Steve McQueen y Ali McGraw, y remake posterior en 1994 de Roger Donaldson, con Alec Baldwin y Kim Bassinger.

Este tipo de novelas llevadas al cine acaparan el corazón con sus endemoniados vericuetos de violencia, pero aplastan el alma con su crudeza como espejos de una realidad que puede estar tras de uno mismo. Michael Winterbottom (“Camino a Guantánamo” y la extraña obra sin guión “9 songs”) dirige el remake en cuestión de manera impecable.

Que el genio Peckinpah, el exitoso Donalson y este extraño Winterbottom, se hayan interesado por los relatos de Jim Thompson comprueban su valor como base guionística para el cine. Cada asesinato es simple y cruel a la vez, pero algo diferentes de los llamados asesinos seriales de hoy, no programados, sin patrón en su ejecución, más “creativos”. Jessica Alba y Kate Hudson son brillantes protagonistas de víctimas que van más allá de sufrir o morir, para aportar unos perfiles humanos necesarios que dan relieve a la acción de este criminal escondido en primera persona. Una buena película actual de un género de siempre.

LAZOS DE SANGRE (WINTER´S BONE)


Una obra dirigida y con guión de Debra Granik, coescrito con otra mujer, Anne Rosellini, acerca de una historia de valentía femenina centrada en el rol de Jennifer Lawrence (21 años), como Ree. Ella es una adolescente de 17 que tiene que proteger a sus dos hermanitos pequeños en un mundo lleno de los peligros derivados de la producción ilícita de metafentaminas. Debe tratar de recuperar su casa a punto de embargo por haber sido hipotecada por su padre para salir de prisión.


Lo meritorio de la cinta reside en la actuación de Jennifer Lawrence, figura de seriados de TV, recientemente vista en “Fuego” como la hija de Charlize Theron, y próxima “Mistique” en la saga X-Men. Lawrence sorprende por su juventud y su belleza, en un personajel en el cual poco se notan la figura y armonioso cuerpo que le han de permitir pintarse de azul semidesnudo para la última historia alrededor de Wolverine y sus compañeros.

Ganadora en festivales de Toronto, SanDiego, Detroit y Washington, nominada 14 veces más dentro de Estados Unidos, por este fabuloso papel dramático de quien ha de hallar finalmente que un hueso aserrado del cadáver de su padre ha de ser la evidencia salvadora para que sus hermanitos no pierdan la pequeña herencia.


A este papel de Jennifer le secunda con calidad el de John Hawkes, como su tío, también nominado por su desempeño en este argumento frío, en tierras desoladas del sur de Estados Unidos, dentro de un mundo de violencia callada y poco difundida por los medios, lo cual hace la historia muy nacional y bien justificadas las distinciones locales a un filme endógeno de leve impacto en el extranjero.

BLUE VALENTINE (TRISTE SAN VALENTÍN)


Michelle Williams (la exnovia del recordado Heath Ledger y madre de su hija Matilda) y Ryan Gosling, hacen una pareja de enamorados de lo más común y corriente. La dirección de Derek Cianfrance, orienta un filme de jóvenes. Ha hecho cine desde los 13 años y sus actores en esta película apenas cuenta con treinta de edad.

Una película de solo US$1 millón en costos, minimalista e intimista, con todos los elementos técnicos de edición y fotografía. Michelle Williams es el tipo de actriz del género iniciado quizá por María Schneider en “The last Tango in Paris” de Bertolucci con el íconico Brando, que aporta desnudos, sodomías y demás en trance de erotismo artístico, sin poder ser catalogada de vulgar o pornográfica. Una buena muestra de este histrionismo erótico es su papel en “La Lista” o “Deception”, con Hugh Jackman y Ewan McGregor, plagada de escenas realistas (toppless… decent sex scenes… ) con los dos actores.

En “Blue…” hay buenas actuaciones (candidaturas a Globo de Oro y Oscar), pero con el letárgico ritmo casi de tiempo real para mostrar bien los desvelos de una pareja enamorada, con hija y separada que deben reconocer la dificultad de reinicio de estos fulgores y relámpagos del efímero amor humano de pareja.

INFIERNO AL VOLANTE (DRIVE ANGRY)

Patrick Lussier dirige a Nicolas Cage y Amber Heard, William Fithner, Billy Burke y David Morse. Caras conocidas orientadas a una película de “acción” por un canadiense experto en recrear “profecías”, “Dráculas I-II y III” y sangre generalizada. Cage, por su parte, hace lo que se ponga en frente de su carrera taquillera.

El único elemento destacable es la bella Amber, quien adorna las escenas con su rostro y piernas, agregando un elemento poco habitual en los roles femeninos de acción, que es propinar y recibir golpes con la misma potencia que los hombres (algo quizá relacionado con su orientación lésbica en la vida real).

Lussier hace algo que pareciera “Ghost Rider” ya no en moto sino en automóviles veloces. Un criminal viene del infierno a perseguir a un líder de culto satánico próximo a ofrendar una bebita, nieta del primero. El contador (la muerte que termina y sabe a qué edad mueres), hace acrobacias indemne a los accidentes.

Todos están confabulados. Para arremeter hacia la taquilla joven. Estos productos peyorativamente llamados de “acción”, son hechos como los hot dogs, con cebolla, pan y salsas identificables, pero de dudosa calidad en la salchicha. Son producciones con la inclusión de todo adelanto tecnológico audiovisual disponible, con el mejor trabajo de “storyboarding”, con nombres de prestigio, pero con argumentos alocados e incoherentes, para ser salpicados de momentos explosivos, heridas mostruosas, violencia descarnada, desastres costosos de utilería, todo lo cual tras los elementos superficiales de calidad pasan agachados por los valores éticos y estéticos deseables, solo para atraer al público adolescente que asiste masivamente.

El hijo de Patrick, el director, es Devin C. Lussier, asistente de edición y productor de efectos visuales que ha estado en innumerables filmes de este tipo, próximo a seguir la estela taquillera inconsecuente que busca explotar también el reino mercantil del DVD y el BlueRay.