sábado, 21 de mayo de 2011

INFIERNO AL VOLANTE (DRIVE ANGRY)

Patrick Lussier dirige a Nicolas Cage y Amber Heard, William Fithner, Billy Burke y David Morse. Caras conocidas orientadas a una película de “acción” por un canadiense experto en recrear “profecías”, “Dráculas I-II y III” y sangre generalizada. Cage, por su parte, hace lo que se ponga en frente de su carrera taquillera.

El único elemento destacable es la bella Amber, quien adorna las escenas con su rostro y piernas, agregando un elemento poco habitual en los roles femeninos de acción, que es propinar y recibir golpes con la misma potencia que los hombres (algo quizá relacionado con su orientación lésbica en la vida real).

Lussier hace algo que pareciera “Ghost Rider” ya no en moto sino en automóviles veloces. Un criminal viene del infierno a perseguir a un líder de culto satánico próximo a ofrendar una bebita, nieta del primero. El contador (la muerte que termina y sabe a qué edad mueres), hace acrobacias indemne a los accidentes.

Todos están confabulados. Para arremeter hacia la taquilla joven. Estos productos peyorativamente llamados de “acción”, son hechos como los hot dogs, con cebolla, pan y salsas identificables, pero de dudosa calidad en la salchicha. Son producciones con la inclusión de todo adelanto tecnológico audiovisual disponible, con el mejor trabajo de “storyboarding”, con nombres de prestigio, pero con argumentos alocados e incoherentes, para ser salpicados de momentos explosivos, heridas mostruosas, violencia descarnada, desastres costosos de utilería, todo lo cual tras los elementos superficiales de calidad pasan agachados por los valores éticos y estéticos deseables, solo para atraer al público adolescente que asiste masivamente.

El hijo de Patrick, el director, es Devin C. Lussier, asistente de edición y productor de efectos visuales que ha estado en innumerables filmes de este tipo, próximo a seguir la estela taquillera inconsecuente que busca explotar también el reino mercantil del DVD y el BlueRay.