viernes, 8 de octubre de 2010

FUEGO (THE BURNING PLAIN)

Tarde llegó a Colombia (producida en 2008) “Corazones ardientes”, “Camino a la redención”, “Lejos de la tierra quemada”, esos, quizá poéticos títulos, pero groseramente insinuantes del contenido del film. Guillermo Arriaga (52 años) dirige a Charlize Theron, Jennifer Lawrence, Kim Basinger y Joaquim de Almeida.

Arriaga, es famoso por sus guiones de “Amores perros”, “21 gramos” y “Babel”, por lo cual termina, según parece de manera definitiva, su amistad con Alejandro González Iñárritu, en el 2005. Se habla de la trilogía de guiones de la frontera (con México): “Los tres entierros de Melquíades Estrada” (dirige Tommy Lee Jones), “El sol de los venados” y, ahora, “The Burning Plain”.

La música de Omar Rodríguez-López (rockero de “The Mars Volta”) en coproducción con nadie menos que Hanz Zimmer (“Gladiator”), llama la atención simplemente porque no está presente como incidental, es una película silenciosa, y solo se hace notar en la obertura y el “The End” de la película.

En este filme, se oye en castellano y en inglés, algo muy propio de la década reciente del cine donde se ha dado amplia cabida a la globalización de lo racial, lo religioso y lo sexual y lo político. Por ello “Fuego”, bien titulada pues es un simbolismo reticente en explosión central, hogueras y quemaduras de amor con “bricket”, toca al amor mezclado con el sexo de manera simple y desprevenida, combina idiosincrasias de trabajo americanas con las mexicanas y se explaya en las estéticas de ambos lados de la frontera de Nuevo México (aunque la mitad de la producción se realiza en Portland, Oregon).

¿Dónde reside el truco y la novedad de los guiones de Arriaga? Ha eliminado los “flashbacks” guionísticos del cine. Suena exagerado, pero lo hace al jugar sin explicaciones con la edición de escenas de suceso diferente en el tiempo. Esto no es nuevo, pero se ha hecho notorio en él. El esquema tradicional de principio, nudo y desenlace narrativo, aunque se conserva sucede en un nuevo orden temporal del pasado, presente, futuro.

En “The burning..” las historias pasada, presente y futuro, están al inicio. El nudo las combina en otro “desorden de tiempos”. El desenlace, corridos tres cuartos del filme, que le da orden al pequeño rompecabezas argumental, surge de la linda boca de Charlize en una frase que no es del caso traer a cuento. Solo en ese momento, hay que decirlo sin pena, deduce uno lo que ha pasado. Es obvio que puede intuirse en un comienzo, pero no con precisión, y ese es el logro guionístico.

El ritmo es quizá lento para la mayor parte de la galería del teatro, los encuadres son fijos con deslizamiento horizontal sin juegos de cámara, planos medioamericanos, hay contados “close ups”, las actuaciones son limpias sin las poses hollywoodenses clásicas. Las galardonadas Theron (35 años) y Basinger (57) son tan profesionales que la primera eleva su edad y la segunda la disminuye, emparejando a nivel visual, lo cual contribuye al distractor central de Arriaga.

La película, según las fuentes, da pérdida hasta ahora sobre sus US$20 millones de presupuesto. Falló lo publicitario, primordial en el éxito de una cinta. Buen comienzo de Arriaga como director de largometrajes. Puede seguir sacándose sus espinas personales con Iñarritu, en nuevos e interesantes filmes.

Posdata: se encuentran parecidos esenciales con “Mother and Child” de Rodrigo Garcia, en el tratamiento del amor materno. En la distancia de sus vidas, la catarsis del rencuentro y su fundamentalismo definitorio del curso de las vidas de los personajes. Historias femeninas bien desarrolladas.