viernes, 12 de noviembre de 2010

MILLENNIUM 2 ("La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”; “The Girl Who Played with Fire”),


Es la segunda entrega de la trilogía Milennium:

MILLENNIUM I. The Girl with the Dragon Tattoo, o “Los hombres que no amaban a las mujeres”;

MILLENNIUM II. The Girl Who Played with Fire o “La chica que jugaba con fuego”;

MILLENNIUM III. The Girl Who Kicked the Hornet's Nest (que patea el aviespero) o “Castillos que estallan en el aire” o “La reina en el palacio de las corrientes de aire”.

El titulo de cada uno depende del país de recepción y de los distribuidores. La exitosa saga escrita por Stieg Larsson, gira alrededor del trabajo periodístico de Mikael Blomkvist en la Revista Milennium.

Pero quizá lo más impactante de la interesante trilogía es el nuevo ícono de la hacker Lisbeth Salander, de origen nórdico, inteligente, de libre sexualidad, investigadora, motociclista hábil y algo autista.

Dirige Niels Arden Oplev, los tres títulos que, como se nota tienen epicentro en la chica neofeminista de la subversión cultural urbana contemporánea que combina gótico, punk y peinado emo, de cuero hasta los pies vestida con taches, tattoos y piercings. Con algo de práctica en boxeo. "Wasp", su nickname, está representada por Noomi Rapace, sueco-española, con una notable capacidad de impacto en la iconografía cultural de occidente.

En esta entrega, la vida de Mikael y Lisbeth están algo aisladas, el abogado abusador tratará de vengarse y un truhan gigantesco que no siente dolor será el enemigo a vencer, en medio de un tráfico sexual (La primera parte se desarrolló acerca del tema de nazis asesinos seriados de mujeres).

LA COMPETENCIA ICONOGRÁFICA

La referencia a Mileninium II permite adentrarse en la temática de la competencia por los íconos culturales, usualmente observable entre países europeos y norteamericanos. No otra es la explicación, aparte de la potencial rentabilidad del negocio, de que se estén filmando las versiones americanas de la trilogía, cuyo director es David Fincher (“Seven”, “The social Network”).

El potencial iconográfico y mercantil del personaje de Lisbeth Salander es el factor de viabilidad del proyecto. Su versión occidental será actuada por Rooney Mara, una niña que tiene un corto papel actualmente en “Red social” o la historia de Facebook.

Si bien los tres argumentos de Milennium son absorbentes y las películas originales son todas recomendables de ver, la explicación de un triple remake está en que Rooney Mara eche a rodar un ícono visual con gran capacidad de merchandising cultural.

POLICÍAS DE REPUESTO (THE OTHER GUYS)

Una película de acción humorística que hace parte de lo que se ha denominado en este blog un “cine de crisis”. Es cine de crisis, pues congrega figuras actorales que en tiempos de bonanza no se someterían a realizar un trabajo en conjunto, pues cada uno por sí mismo jalaria la cartelera. Al estar en medio de un declive de los ingresos y de la asistencia a divertimentos de la gran pantalla, no está por demás organizar un “combo” y aceptar unos pocos dólares para mantener el nivel y, simultáneamente, presionar la entrada a cine con un cartel de media docena de nombre reconocidos.

Se confirma la hipótesis de crisis cuando nada menos que los héroes policiacos Samuel L. Jackson y Dwayne Jhonson, desaparecen (mueren) a los diez minutos. Su reemplazo es la escoria débil, tontuela y cobardona representada por la pareja simplona de Will Ferrell y Mark Wahlberg. Michael Keaton es el jefe policiaco, ineficiente y poco consciente de la capacidad limitada de sus subordinados. Eva Méndez es una bella doctora, esposo del inocentón interpretado por Ferrell, quien sorprende a su compañero Wahlberg por el hecho de tener esa sexi pareja y ser perseguido por otras bellas, sin justificación alguna. Algunas otras caras conocidas contribuyen a llenar de balas y algunas sonrisas el argumento.

La película no es algo notorio. Sin embargo, hilando delgado, se puede poner alguna atención a los diálogos, pues “Policías de repuesto” tiene un tinte de especial humor y de situaciones contrastantes, como en las del usual invencible Wahlberg, intentando mostrarse tontarrón, y lográndolo.

FLOR DEL DESIERTO (DESERT FLOWER)


El libro de Waris Diris (en coescritura de Cathleen Miller a Ediciones Maeba, 2003, 256 pp.) da origen a este filme, catalogable de autobiográfico. Waris tiene hoy 45 años de edad, nacida en Somalia, y durante seis años 1997-2003 fue embajadora especial de la ONU contra la “ablación" (mutilación genital femenina, en algunas referencias tratada como “circuncisión”).

Esta costumbre bárbara consiste en que, sin ninguna prevención sanitaria, se elimina el clítoris, además de los labios mayores y menores, dejando un orificio de una pulgada. Al casamiento, el novio abrirá con cuchilla para consumar su matrimonio. La mujer que no pase por este rito es tratada de prostituta e indigna. Algunas mujeres mueren por desangre en el proceso y otras al momento de un posterior parto.

La denuncia de Waris, se soporta con el hecho de que actualmente en el África son mutiladas 6000 mujeres diariamente, unos 2 millones al año. La hizo con voz válida al alcanzar reconocimiento como modelo de pasarela en Londres, en un proceso de Cenicienta moderna. Hoy dirige la Fundación de su nombre en campaña contra esta costumbre en contra de los derechos humanos y de la mujer.

LA PELÍCULA

Sherry Hormann dirige el film alemán, hecho en Djibuti, Nueva York, Berlin y Londres. Protagoniza a Waris, la modelo y actriz etíope Liya Kebelde.

En la película no aparecen de la vida de Waris muchos importantes datos. Su compartido trabajo con Naomi Campbell, para el calendario Pirelli. Tampoco su papel de chica Bond con Timothy Dalton en “Su nombre es peligro” o “The Living Daylights” (1987). Igualmente no hay particularidades del documental sobre su vida, “Una nómada en Nueva York”, realizado por la BBC.

No hay referencia en la película, tampoco, al hecho de que aparte del libro base del guión, Waris publicó un segundo título, “Amanecer en el Desierto” (“Desert Dawn”), por el cual recibe el premio Corine Award por el más vendido del año 2002 y, luego escribe igualmente “Cartas a mi madre” (Editorial Ullstein, Berlin 2007). No se hace referencia a los ocho galardones internacionales que ha recibido desde Rusia a Francia y Estados Unidos.

Estos importantes vacíos se entienden puesto que el filme se basa en el primer libro únicamente, a pesar que la película es posterior a todos estos importantes hechos de la vida de Waris.

El resultado en el producto fílmico es un cuento de hadas, puesto que solo en los últimos 10 minutos se conoce de forma descriptiva del tema de fondo y las palabras de Waris en la ONU.

Liya, la actriz (que fue dirigida por Robert de Niro en “The Good Sheperd”, un filme excelente que pasó inadvertido por Colombia), cumple su cometido aunque no logra ocultar su coquetería natural desde un comienzo. Se observa del mundo de la moda el mecanismo de explotación de figuras raquíticas, exóticas y “baratas”, dentro de un inocultable tratamiento mercantil. Se trata de un mercadeo de alto valor europeo en el cual los “ganchos de ropa vivientes” no son algo más que eso mismo. El fotógrafo, la revista, la diseñadora, los medios, la publicidad, todos ganan con base en ese primer escaño de la “cadena productiva”, de allí que una cara bonita y un cuerpo famélico sin celulitis baste para echar a andar un vestido.

Se debe anotar que no ha sido la intención del mundillo superficial de la moda londinense el hacer la denuncia de la ablación a través de la “modelo”. Es ella, la Waris real por sí misma, quien decide, al dejar su carrera, entrar en la campaña de la cual se vuelve figura visible, lo cual no aparece en el filme.

Aunque “Flor del desierto” se anuncia como una historia alrededor de la ablación, lo que lo que por derecho le da entrada a las arbitrarias listas del denominado “cine arte”, para quienes les “privan” estos toques, a veces sensacionalistas, los contenidos más profundamente reveladores del liderazgo de Waris Diris no están en la película, que con estas restricciones podría haberse titulado, con todo el respeto “Cinderella Ablation”.