martes, 23 de noviembre de 2010

RED SOCIAL (THE SOCIAL NETWORK)

"No haces 500 millones de amigos sin ganarte algunos enemigos"

EL LIBRO

Ben Mezrich (41 años) ha escrito “Bringing Down the House” acerca del equipo de blackjack del MIT y “Multimillonarios por accidente: el nacimiento de Facebook. Una historia de sexo, dinero, talento y traición”, acerca del libro de estudiantes de Harvard. La primera novela inspiró la película "21: Blackjack" (2008) y la segunda a “The social network” (2010).

Este escritor se ocupa de intimidades universitarias, o mejor, de casos sonados de las que, los rankings lo dicen, son las dos mejores universidades del mundo. Mezrich mismo fue “Magna Cum Laude” de Harvard.

El cine ha tocado la temática universitaria muchas veces, pero de manera poco realista. Por motivo de mercadeo se ha interesado más por los temas “high school” en tonos jocosos.

En el ejemplo de este autor se confirmaría más que el ánimo de mostrar dónde y cómo se forja la excelencia, el dar a conocer la manera de hacer dinero antes de graduarse. Estos “milagritos” han transfigurado lo que ya no es el “american way of life” de los cincuentas y sesentas del siglo pasado, en una falta de evidencias sobre algo más realista que los fabulosos contratos de los astros deportivos, artísticos y bursátiles. En medio de la crisis del sistema no queda sino mirar a las nuevas generaciones, lo cual solo resulta en una perspectiva equivocada, pues no hay ejemplos a seguir para la juventud.

Y, esto pasa aún más frecuentemente en las universidades latinoamericanas, puede decirse de paso, en las cuales no hay un universo o un espíritu existista, emprendedor o meritocrático que sirva de horizonte, pues estos caracteres son sustituídos por la realidad del privilegio familiar, la clientela política o la suerte.

LA PELÍCULA

Pero, aparte de intentar este contraste con ejemplos que están al otro lado del espectro de Harvard o MIT, resulta más interesante encontrar la objetividad de la mirada a las interioridades, ya públicas, de creación de “The facebook” que, por aporte de Sean Parker (Justin Timberlake), socio de “Napster”, otro ejemplo de ícono empresarial en la internet, se quedó en un sencillo “Facebook” más mercadeable. Es quizá el impulso de Parker lo que le da el toque empresarial a la naciente “Facebook”.


En la película, la historia de Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg) se ve bien clara hasta la mitad de la cinta, para luego desaparecer y dar entrada al mundo de los negocios que el protagonista realmente parece no entender.

Una cosa es el comienzo del filme, que muestra la forma animada y fortuita como el fundador de “Facebook” acometió la tarea de convertir una simple base de datos con fotos de matriculados en una aplicación para información cruzada, idea que fue realmente de los hermanos Cameron y Tyler Winklevoss (Armie Hammer), quienes obtuvieron por vía legal una compensación de algo más de US$60 millones y que en un aún pendiente proceso jurídico se podrá convertir en algo diez veces mayor. Otra es la segunda parte, donde el “genio” de Zuckerberg ya queda sin oficio y la trama pasa a ocuparse de la conversión de la idea original en negocio. Siempre a su lado, Eduardo Saverin (Andrew Garfield), enfría la mente del "nerd" Zuckerberg, le acompaña en sus divagaciones, sirviéndole incluso de “sparring” de sus veleidades para, finalmente, ser traicionado por este, quizá de manera inconsciente solo justificada por su ignorancia de todo lo que fuera más allá del mundo de los sistemas y sus lenguajes.

Zuckerberg se “apaga” luego de ponerse en marcha la prometedora empresa, se agacha a escapar de las redes de abogados e inversionistas, y permite que a Saverin se le desconozca (de 30% le engañan a un 0,3% de participación accionaria).

PRODUCTOR Y DIRECTOR

El productor de “Red social” es el actor Kevin Spacey. El director es David Fincher. No es casual el encuentro de ambos en este filme, puesto que deben el brillo posterior de sus carreras a la temprana “Se7en”, aquella exitosa historia del asesino serial representado por Spacey (Oscares por “American Beauty” y “The usual suspects”).

La novia

En un papel fugaz como el amor más bien platónico de Zuckerberg, Erica (Rooney Mara), lo desprecia por su inmadurez al echar a rodar por la red un rumor mentiroso sobre ella. Es esta actriz quien está destinada a personificar nada menos que a Lisbeth Salander en el anunciado remake de “The Girl With The Dragon Tattoo” (o “Los hombres que no amaban a las mujeres”), dirigido por el mismo Fincher.

¿QUÉ ES “RED SOCIAL”?

La historia inicial de “Facebook” es una muestra cierta y objetiva de la simiente de los negocios del futuro. Trata de las luchas, ciertamente civilizadas pero desleales, sobre la propiedad intelectual y patrimonial de esta empresa global, de los debates en Consejo Directivo universitario acerca del asunto y de la atropellada estructuración de una sociedad anónima tan prometedora.


La película es una radiografía de la crisis del capitalismo, centrada en Estados Unidos, pero presente en todos los países desarrollados y no desarrollados, sistema económico que no muestra opción de contrición.

Se puede leer en las líneas de este filme cómo los empresarios son subordinados a las impúdicas reglas del mercado bursátil, especulador e improductivo. Y de qué manera los “entrepreneurs” y gerentes son condicionados por los ávidos abogados, por los accionistas mayoritarios,los cointeresados y demás “stakeholders”.

La mayor parte de estos personajes del sistema seguirán emergiendo de las más prestigiosas y mejores universidades del mundo, sin vocación para depurar las reglas del mismo y dispuestos a mantener las normas de un “capitalismo salvaje” que empieza en desconocer la propiedad intelectual, sigue en traicionar la gestión comanditaria, continúa con no poder decantar la entrada de especuladores a la propiedad de buenas empresas y en dar prevalencia a la deuda accionaria sobre un endeudamiento financiero pulcro. En suma, seguir sosteniendo un capitalismo que condiciona el futuro de las empresas, no a la actualización tecnológica o a la competitividad, sino a disfraces contables y burbujas especulativas.