viernes, 2 de abril de 2010

LA FUSIÓN TEATRAL CONTEMPORÁNEA

EL “TEATRO” CONTEMPORÁNEO
Las formas expresivas del arte teatral en la actualidad no pueden retraerse de las influencias tecnológicas que de manera abundante se han producido gracias a dos vertientes determinantes contenidas en los fenómenos de la globalización de las ideas humanas y las innovaciones e electrónicas.

EL CIRCO
Es así como en la medida que, por ejemplo, el concepto del “circo” basado en la presentación de animales amaestrados (fieras, domésticos, simpáticos), deformidades humanas (barbudas, enanos, gigantes, deformes) o sketches del ridículo (payasos), así como tradiciones y anacronismos como la fiesta brava o algunas expresiones carnavalescas, ha ido cambiando al énfasis hacia las habilidades expresivas del cirquero y a las destrezas adquiridas a fuerza de entrenamiento y creatividad. El domador y el payaso van cediendo turno al malabarista, al acróbata o al trapecista.
Esto declina en una transformación del antiguo circo itinerante y anacrónico en ejemplos tales como el canadiense Cirque du Soleil, el alemán Sarrasani, el español Price, ruso, los patinajes en el hielo en sus diversas versiones, etc.
Pero, a los cambios en estas expresiones del divertimento infantil, debidas a la concentración en capacidades individuales y colectivas acompañadas de eliminación del maltrato animal o de la indignidad humana, se han añadido los generados en el impacto tecnológico.

LA ELECTRÓNICA
La computación, representada en la sistematización y la digitalización de sonidos e imágenes, ha generado lo que comúnmente se denomina como multimedia. A los conceptos de 2D y 3D se ha podido añadir un 4D caracterizado por la integración de la realidad al contexto virtual.
El diseño gráfico en 2D, integrando colorido y movimiento en planos secuenciales, aunado a sonido y música en formatos “livianos” tipo MP3, la superposición de videoclips o de imágenes estereoscópicas digitalizadas en formatos audiovisuales tipo MP4, se ha podido concentrar en una memoria dura.
Una composición musical original o adaptada, puede ser enriquecida mediando un “sampler” depurando sus sonidos. Una imagen fotográfica o de video puede ser intervenida técnicamente para mejor definición sensorial o para una conceptualización artística. Una obra fílmica puede ser editada y reutilizada en una combinación que arroja un nuevo significado al significante cinematográfico.
De la creatividad combinatoria de elementos como estos surge la posibilidad de poner en marcha archivos preconceptualizados en sincronía con el desarrollo de una obra en vivo dando como resultado un performance artístico.
Las cámaras en tiempo real (televisivas o web, da igual) envían a la memoria RAM, imágenes que se pueden presentar a ojos del público en simultaneidad con el material audiovisual pregrabado. Un software permitirá seguir los movimientos humanos con las secuencias preestablecidas. Otra aplicación permitirá direccionar las luces en espectros múltiples a la imagen 2D o a la 3D proyectadas, a la 4D en acción.
EL TEATRO DE SIEMPRE
Del teatro clásico y del pretemporáneo quedan aún demasiados elementos enriquecedores. Del ditirambo grecorromano (danzas y cantos), el kabuki masculino japonés (roles femeninos actuados por hombres), el teatro Olímpico de Vicenza (perspectivas tridimensionales urbanas al fondo del escenario) y el teatro Farnese de Parma (que aportó el telón, proscenio, platea y pisos de galería, ya clásicos) ambos italianos, el “Festspielhaus” de Bayreuth, Alemania, con las instrucción de Richard Wagner, de platea escalonada y que introdujo el oscurecimiento del auditorio durante la representación, así como la ubicación de la orquesta, sumados al arte tecnologizado de la iluminación multicolor y focalizada, que se orientan a escenarios circulares, móviles, transformables, enriquecido todo ello con el uso esporádico de marionetas japonesas “bunraku”, el “guiñol” manual amparado con luces traseras y “sombras chinescas”, marionetas de “silueta” y “varilla” (de peana) (Ver: Del cine ... al teatro, a propósito de "39 escalones").
Los recursos “transitorios” como el actor que se mezcla con el público o que lo hace parte cómplice del argumento, en escenografía “abstracta” derivada del diseñador suizo Adolphe Appia y del británico Gordon Craig el siglo pasado, basada en plataformas, escaleras, cortinas, paneles, rampas y elementos sin determinar, o en escenografías “sugerentes”, de un realismo simplificado (objetos suspendidos) que pueden parecer oníricas o surrealistas. A estos eclecticismos se agregan usanzas cirqueras llamadas escenografías “funcionales”, en las cuales todo se adapta a la necesidad del intérprete (muebles rodantes o colgantes a la manera de un columpio).
El sonido, al igual, combinará obra situacional, temas leit motivs, unos pocos instrumentos en vivo u obras pregrabadas de un filme que le de origen a la representación. Se da así la nueva onda del filmoteatro, se descubre de manera paradójica una reducción de costos gracias a las ayudas electrónicas audiovisuales, a la minimalización escenográfica, incluso a la reducción de actores en escena, a la complicidad del espectador quien al aceptar las tramoyas, linternas mágicas y pantallas puestas al servicio escenográfico virtual, accede a abaratar la representación. Ya no hay orquesta sinfónica, ni actores en bambalinas esperando su parte, no hay tinglados que bajan costosamente pero sin riqueza comunicativa, no hay riesgos de aceptación argumental pues se pueden usar temas probados por años. Incluso, los derechos de autor de algunas obras originales han fenecido en términos legales y sólo cursan los correspondientes al adaptador que arriesga como empresario. Se esquiva también el vestuario de época trasladando las situaciones a la contemporaneidad. De toda forma, las obras originales siguen apareciendo de fuentes inagotables.

EL TEATRO DE HOY
En conjunción, el circo transfigurado, la electrónica digitalizada y los elementos vigentes del teatro de siempre, se fusionan en el teatro actual. Esto ha sido posible fundamentalmente a partir del año 2000 en el cual algunas innovaciones digitales permitieron el total dominio de la imagen visual (películas pioneras como XMEN, The Lord of the Rings o Spiderman, respectivamente lo demuestran).
De esta manera, con cierta exageración sintética, el teatro actual se ha convertido en nuevo campo de expansión de la creatividad humana, de enriquecimiento ilimitado de la expresividad artística y está generando un fortalecimiento del teatro como una de las artes clásicas, frente al cine que parecía guardar la preeminencia sobre estas, transfigurado en esta especie de teatro fusión contemporáneo que va desde el teatro sala hasta el teatro multitudinario, en un amplio espectro donde lo pequeño se magnifica y lo considerando gigantesco puede expresar detalles perceptibles para la masa. Todo de lo cual pueden encontrarse diversas expresiones con valor universal en el actual XII Festival Iberoamericano.
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