miércoles, 18 de mayo de 2011

LOS AGENTES DEL DESTINO (“The Adjustment Bureau”; “Destino Oculto”)


Dirige y escribe el guión George Nolfi con base en historia corta de Philip Dick. Protagonizan Matt Damon, Emily Blunt, Anthony Mackie y Terence Stamp.

Desde “Good Will Hunting” (1997), numerosamente nominada y ganadora de Oscar por mejor guión original, escrito por Damon en colaboración con Ben Affleck, ambos han mostrado su interés por las buenas historias para el logro del éxito cinematográfico. En este caso, en 2003 Timeline, en 2004 “Ocean´s twelve”, en 2006 “The “Sentinel” y en 2007, “The Bourne Ultimatum” han demostrado el talento de Nolfi y en varias de ellas ha estado también Damon. Era predecible que este título fuera aceptado por Damon.

No es un filme de Sfi. “Science fiction”, es estrictamente de ficción. Los trucos especiales de las puertas son simples, pero efectivos. Se agrega a esto el componente de toda historia de héroes, que Bajtin, Barthes, Eliade o tantos semiológos han considerado fundamental en relatos míticos. En el terreno ahora de la mítica (ficción) de la Misión, el Viaje heroico, los Objetos Numinosos (santos), y los relatos de carácter jerárquico Dios-Rey-Iglesia-Nobleza-Pueblo, se hallan elementos comunes a los relatos en literatura y cine, como en “Los agentes…”..

Es así como la misión de Damon es lograr que su destino se corrija hacia el amor, aunque perdiendo su carrera al Senado de los Estados Unidos y a la Presidencia de este país. De igual forma que Elise (Emily Blunt) no llegará a ser una estrella reconocida ni una coreógrafa éxitosa, todo por el amor mundano. El viaje del relato recorre las entrañas de la gran ciudad a través de cualquier puerta, como lo hacen los del “bureau del destino”. Los objetos son libretas digitales como especie de GPS. Estas especies de “Global Positioning System” muestran el recorrido de los seres humanos a través de un destino trazado por “el Director”. A ello se agregan los sombreros, como objetos que limitan la acción de esta “mano invisible” para permitir algo del propio albedrío en los agentes, solo con el fin de que cumplan su función de mantener las rutas de cada persona en acuerdo con lo preconcebido.

Este relato tiene también su semiótica jerárquica. El Director, los agentes y los humanos, en eses orden, haciendo que el destino se cumpla. Hubo épocas en que la autoridad en este esquema se olvidó y produjo graves errores: desde 1910, dice el guión se probó que no debe darse libre albedrío a los humanos (las revoluciones y las grandes guerras), por incompetentes, y por ello sigue vigente el “adjustment bureau”.

Simbolismos como la entrada a la estatua de la Libertad en Nueva York, que coincidirá con el logro humano, o las grandes alturas de los rascacielos, para identificar lo que los humanos llamarían “cielo”, los agentes “ángeles”, entre otros elementos significativos, dan una interpretación secular a lo religioso en el guión.

Matt Damon sabe del valor de los buenos guiones y por ello, sin ser extraordinaria, esta historia cumple su intrascendente objetivo de entretener.