jueves, 8 de diciembre de 2011

LA EXTRAÑA (“WHEN WE LEAVE”; “DIE FREMDE”)


¡Qué sorpresa interesante! Una actriz porno muestra su excelente dramaturgia como madre rebelde, autónoma, no dispuesta a la sujeción frente a la violencia conyugal y las anacrónicas tradiciones familiares.

Feo Aladag (austriaca de 39 años), actriz y escritora, dirige a la talentosa Sibel Kekilli (31 años) para relatar una historia en el entorno turcoalemán actual. De la excelente Sibel se ha visto en Colombia “Contra la pared” de Fatih Akin, el relevante director turco de “Al otro lado” y de “Soul Kitchen”, también excelentes filmes (ver en este blog)...

Estas referencias son del tipo que se ya hace común en el arte del milenio, en la cinematografía globalizante. El cine es ahora algo diferente de lo que se hacía a mediados del siglo XX. Las ciudades, su arquitectura, sus culturas, pasaban ante los ojos del espectador de tal manera que siempre quedaba la incertidumbre sobre si habían sido escenografías, o recreaciones hollywoodenses, o costosos viajes de una “trouppé”, un elenco y “crews” técnicos, enviados con el fin de acopiar información visual e intercalarla con las icónicas figuras de los sets norteamericanos, amparadas en el “makeup”, el “costume” y los artificios de la industria. Mucho de la producción de los cincuenta a ochentas fue así. En la década de los noventa comenzó a despejarse el panorama de barreras fronterizas, arancelarias, políticas y culturales. Hoy aún queda la barrera de los distribuidores y propietarios de las cadenas de salas de cine. Son el único impedimento, por obvio conflicto de intereses, para que se vean los buenos productos de pantalla grande originados a través de toda la geografía mundial. Las excepciones hechas por parte de estos mismos distribuidores son etiquetadas como “cine arte”, “cine alternativo”, “cine independiente” ¿??

Pero, volviendo a Sibel, se encuentra información en la red acerca de que ha hecho 11 filmes porno entre 2002 y 2004, para contar luego con una seria estela de 9 importantes filmes en cinco años, el último de ellos “La Extraña”. Su argumento muestra circunstancias y sentires comunes a muchas familias de cualquier lugar del mundo y se desarrolla en Turquía y Alemania. Pero, lleva un tanto a engaño pensar que esta historia es propia de musulmanes sunitas mayoritarios en la Turquía actual. Estambul (junto con Ankara) es una ciudad altamente occidentalizada y Alemania asume su migración en más de tres millones de turcos.

En esta moderna ciudad, la esposa es considerada aún “propiedad” de su marido y el eventual “abandono” de su hogar la marca como “puta”, debiendo soportar “unas bofetadas de vez en cuando”. La problemática intrafamiliar se desata con el hecho que Umay, el personaje femenino central, se canse de ser un objeto de su esposo, un ejemplar más del machismo con raíces culturales y religiosas.

¿Hay diferencias con este lado del mundo? No. En la práctica los hechos cotidianos y los finales crudos dentro de “familias” que forzan su unidad social a costa de permanecer disfuncionales e infelices, suceden a diario en la cultura occidental. Los desenlaces a nivel mediático simplemente se malexplican como “pasionales”, de “celos” o se malinterpretan como disputas conyugales, como locuras imprevistas, como un usual resultado de las rutinas y sinsabores de pareja. Tras de ello solo hay una priorización de la crítica social sobre los criterios emocionales con carácter de pareja, e incluso filial. Se da más valor al parecer social que a la felicidad individual y por ello muchas de las respuestas violentas son originadas en el orgullo propio, herido por la mujer independiente que no cuestiona su derecho a ser feliz.