Justin Timberlake uno de los constructos humanos de la productora Walt Disney (entre los cuales Ashley Tisdale, Britney Spears, Demi Lovato, Emily Osment, Hilary Duff, Jennifer Stone, Jonas Brothers -Frankie, John, Kevin y Nick-, Justin Bieber, Katy Perry, Keri Russell, Lindsay Lohan, Miley Cyrus, Selena Gómez, Taylor Swift, Vanessa Hudgens, Zac Efron, o Christina Aguilera, Anne Hathaway y muchos otros) cuanta ya con cerca de veinte filmes desdeñables. Su carrera de productor de música y empresario surge del mágico hipermercado interno de los Estados Unidos.
Mila Kunis, pareja por ocho años de Macaulay Culkin (“Mi probre angelito”) secunda este reciclado de películas como la reciente “No strings attached” con Portman y Kutcher.
Esta película es un producto más del facilismo industrial cinematográfico que invade los mercados en época de crisis. La historia tonta parte del pacto de moda: sexo más no compromiso. Pero, la moraleja también de moda, el buen sexo lleva al amor. Podría añadirse, como inferencia de siempre: sin buen sexo se acaba el amor.
El filme permite una deducción sin mayores evidencias pero bastante simple. Los precoces artistas, plenos de dólares en el bolsillo, aceptan juiciosamente, papeles como éstos que utilizan su nombre para un mercado adolescente alejado de filmografía más elaborada, mejor producida, con mayores implicaciones como producto y que podría satisfacer simultáneamente tanto el divertimento como la exploración de temas más complejos. Con el mayor respeto por todos los involucrados, podría decirse que este producto algo divertido pertenece al cine de crisis que explota un ingenuo nicho de mercado con base en este tipo de marionetas jóvenes.
sábado, 24 de septiembre de 2011
RESTREPO
Un documental entre denuncia del infierno en que se encuentran las tropas invasoras y justificación de esta guerra entablada contra Afganistán a raíz del septiembre 11. Se completa una década de invasión mancomunada de 130.000 hombres de 27 países, de los cuales 90.000 norteamericanos y un total de 2701 militares y unos 30.000 civiles muertos, en ascendiente escalada anual.
Los directores Tim Hetherington y Sebastian Junger, también producen con US$1,5 de presupuesto para National Geographic, dentro de la hipótesis de guión – acción, en la cual la cámara permanece de testigo de la realidad, para que luego, a manos de un editor y documentalista hábil como Michael Levine, resulte exhibible. Se ajusta el hecho de la muerte de un médico colombiano nacionalizado en USA, para bautizar el puesto de observación OP Restrepo, que da nombre al documento fílmico en su homenaje. El valor del filme es su veracidad como documento verídico de las batallas en el Valle Korengai (el sitio más letal del planeta). Ha tenido ciertas nominaciones y galardones a través del mundo, con indudable interés político.
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