lunes, 5 de julio de 2010
VAMPIROS GLOBALIZADOS
El vampiro es un ícono cultural del siglo XIX que dejó de asustar en el siglo XX para gustar en el cine del siglo XXI.
Luego de “Nosferatu” de F. W. Murnau en 1922 con Max Schreck; de “Drácula” de Tod Browning, en 1931 con Bela Lugosi; de “Drácula” de Terence Fisher, en 1958 con Christopher Lee (una saga prolífica de la productora Hammer Films); del “Baile de los Vampiros” de Roman Polansky, en 1967 con el mismo director; del “Ansia” de Tony Scott en 1983 con David Bowie; “Viajeros de la noche” (Near dark) de Kathryn Bigelow (la directora ganadora de 6 Oscares en 2010 con The Hut Locker) en 1987; de “Drácula” de Francis Ford Coppola en 1992 con Gary Oldman; Buffy la Cazavampiros deFran Rubel Kuzui en 1993 con Kristy Swanson; de “Entrevista con el Vampiro” de Neil Jordan en 1994 con Banderas, Cruise, Pitt, Rea, Slater, Dunst y compañía de estrellas juveniles; del “Crepúsculo al amanecer” de Robert Rodríguez en 1996; de “Vampiros” de John Carpenter en 1998, de “Blade” en 1998, de “Underworld” de Len Wiseman de 2003, de “Van Helsing” en 2004, y una centena de películas más, llega la globalización vampiresca.
Hay ahora en el presente milenio, una serie de vampiros de diversas nacionalidades:
CHECOSLOVAQUIA: “La sombra del Vampiro” Elías Merhige en 2000 con William Dafoe
ARGENTINA: “No muertos” de Alexis Puig con Martín Karpan en 2000;
ALEMANIA-ITALIA: Il bacio de Dracula o “Drácula” de Roger Young en 2002
USA: “30 Days of Night” de David Slade con Josh Hartnett en 2007
NUEVA ZELANDA: "Rise: Blood “Hunter" de Sebastián Gutiérrez en 2007 con Lucy Liu.
USA: “Crepúsculo” 2008- 2011, una saga de cinco películas
SUECIA: “Déjame entrar” (Let The Right One In) de Tomas Alfredson en 2008
INGLATERRA: “Strigoi” de Faye Jackson en 2008
USA: “Against The Dark” de Richard Crudo con Steve Segal en 2009
COREA: “Sed” de Chan-wook Park (Oldboy, Sympathy for Lady y Mr Vengeance) en 2009
JAPÓN: “Blood: el último vampiro” de Hiroyuki KitaKubo en 2009
AUSTRALIA: “Daybreakers” de Michael y Peter Spierig en 2009 con Hawke y Dafoe
ESPAÑA: “No soy como tú” de Romulo Aguillaume en 2010
No solamente se diversifican nacionalidades sino que se añaden elementos característicos a los nuevos vampiros globales pues algunos son niños o niñas, otros son guerreros y hay varias mujeres, sacerdotes, detectives y estudiantes.
En esta onda, la toma de sangre se ha tecnificado con tácticas médicas de desangre dosificado, algunos incluso resisten la tentación de la sangre, los colmillos dejaron de ser succionadores y la boca bebe normal, además de que varios de ellos han reemplazado el erotismo con el romanticismo,
Estas nuevas historias vampirescas dejaron los ataúdes y los castillos, para rodar en automóvil y habitar en apartamentos de lujo, pasando de la vieja Rumania a las principales capitales del mundo.
Una gran característica de la ola vampírica globalizada es ahora la juventud y el amor. El vampiro global más que solitario es gregario y busca transmitir mensajes de cierta preocupación por el respeto a los humanos. La sangre ha dejado de repeler y es ahora un símbolo bello de vida, a contravía de la realidad inhumana de la guerra y los conflictos actuales. Muchos géneros musicales acompañan a su iconografía la pictórica vampírica y las tribus urbanas adolescentes enriquecen sus estéticas con lo pálido, granate, oscuro y triste, sin rechazo cultural y expandiendo esta semiótica como positiva y vital a grupos generacionales que habían erradicado de sus valores sociales todo lo mitificado por Bram Stocker desde 1897.
LA MUJER DEL ANARQUISTA
Los directores son la pareja conformada por Marie Noëlle, eacritora descendiente de españoles, y Peter Sehr, con quien tienen la productora fílmica P’Artisan Filmproduktion GmbH. Es una coproducción entre Alemania, Francia y España. Peter Sehr, Físico y Químico, doctorado en Oxford tiene a su haber las reconocidas “Kaspar Hauser” de 1993 y “Obsession” de 1998. Este filme, “La mujer del anarquista”, recibió el Premio Bernhard Wicki de la Paz del Festival de Cine de Munich, merecido por su temática.
El rol femenino estelar es de María Valverde Rodríguez, bella española de 23 años a quien se le recordará siempre por "La flaqueza del bolchevique" en 2003, donde obtuvo el premio Goya a la mejor actriz revelación, en el papel de la niña que subyuga al reconocido Luis Tosar (Celda 211). Su transformación en mujer madura no es muy convincente pero si meritoria.
Juan Diego Botto, de 35, es el anarquista. Se le reconoce por “La celestina”, “Martín hache”, “La fiesta del chivo”, entre otras muchas de una larga carrera joven. Su papel acá cumple apenas con la obligación artística debida.
Ivana Baquero de 16 años, es la hija de los dos, recordada por “El laberinto del fauno”, papel con el cual ganó como mejor actriz en los Goya.
La película es un recuento que va de la guerra civil española a la finalización de la segunda guerra mundial, girando alrededor de un drama familiar de la propia guionista y codirectora Marie Noëlle. Quizá por ello, hay dificultades de adaptación de lo que posiblemente es un buen libro a lo que podría haber sido una mejor película. Hay sobresaltos de la memoria que se convierten en capítulos desmadejados en la narración audiovisual.
Nunca debiera tener que expresarse de las actuaciones en esta forma: la película mantiene consistencia entre y épocas hasta que los protagonistas coinciden con sus edades. Padre, madre e hija, actores de 35, 23 y 16, junto con el descuido de la dirección actoral dejan entrever inexperiencia y son poco convincentes en las edades maduras, donde falla el maquillaje y la actuación.
No obstante, si el nombre de la productora propiedad de los directores hace referencia al término “partisano”, su remembranza de la resistencia en medio de la guerra no es sentimental ni emocional sino un esfuerzo de le memoria por contar de manera lineal una historia de reencuentro de los enamorados, luego de los años de fragmentación familiar por las guerra civil de España y mundial en Europa.
Los recursos no faltaron para producir este filme, solo impactante para quienes poco reiteran sus lecturas o sus visualizaciones de temas políticos alrededor de los fascismos europeos, las entreguerras y su impacto social y familiar. Para quienes son más noveles en su comprensión, la película aporta cierta didáctica de los sucesos y de la vida del activista de radio, de su hermano franquista, de su mujer y de su hija, de su repatriación y del logro de la recuperación del amor. Un amor que es unilateral: la heroína es ella y allí si hay un acierto con el título, pues Marie Noëlle alcanza, a pesar de todo, a hacer homenaje en lo que se puede presumir es la historia de su madre y en la voz en off de la hija, que puede deducirse, es la narración literaria de una parte de la vida de ella misma como guionista y directora.
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