miércoles, 9 de diciembre de 2009

Los fantasmas de Scrooge



De una época, el siglo XIX, sin medios audiovisuales, con imprentas manuales para edición local, surgieron grandes novelistas como Charles Dickens, de estilo realista y descriptivo, de ánimo crítico social, en esa misma etapa histórica que también motivó a pensadores como Carlos Marx o Friedrich Nietzsche, para no extender comentarios. Sus contemporáneos más notorios, el francés Alejandro Dumas (Conde de Montecristo, Los tres Mosqueteros, La reina Margoth, etc,); las hermanas Bronté (Cumbres Borrascosas); el italiano Alessandro Manzoni (Los novios); Honoré de Balzac (Piel de zapa, Eugenia Grandet, Papá Goriot …) y Gustave Flaubert (Madame Bovary y Salambó).
Mediante páginas enteras en los pequeños formatos de periódicos, estos escritores completaban por entregas a su público cada una de las novelas acaparando la atención hasta el punto de enriquecerse inconmensurablemente, en algunos casos. El principal ejemplo de ello, Dumas, quien poseía flota de barcos mercantes, castillos en varios continentes y una serie de amantes de diversa raza…
Charles Dickens en Inglaterra, había tenido un origen muy humilde que influye en su obra al extremo de que “A Christmas Carol” utiliza el tema de la navidad como una radiografía crítica de la época que llega a los niños gracias a la imaginación fantástica de algunos personajes, sin los cuales sería una historia solo comprensible para adultos.
Del “Cuento de Navidad” surge un ícono de la tacañería y el malhumor en Ebenezer Scrooge. Este rol ha sido interpretado en el teatro y en películas de dibujos animados por actores como Seymour Hicks, desde 1901 durante 35 años, Reginald Owen, en 1938, Alistair Sim en 1951, Charles Ogle, Albert Finney, Rowan Atkinson, Bill Murray, Michael Caine, James Earl Jones, Tim Curry, Patrick Stewart, Dean Jones, Simon Callow, Charles Goad, Cameron LeBlanc, George C Scott, Kelsey Grammer, Jack Palance, Henry Winkler y Jim Carrey (el reconocido Grinch). Este último aportando su voz y parte de su cara al dibujo animado de Los fantasmas de Scrooge.
En formato película se recuerdan “Scrooge; or Marley’s ghost” (1901), “A Christmas Carol” (1919), versiones mudas. En 1928 la primera versión hablada y en 1935, “Scrooge”, primera versión que incluía sonido ambiental. Luego vendrían una diez más entre 1936 y 2006, hasta el 2009, en una adaptación escrita y dirigida por Robert Zemeckis, con versión en formato 3D.
Dickens escribió unas veinte novelas. Un cuento de Navidad (A Christmas Carol) es su segunda novela corta, de carácter realista – gótico, que describe las circunstancias de la revolución industrial en el siglo XIX, donde el maltrato de niños y jóvenes trabajadores era una expresión de la sociedad proletaria de entonces, caracterizada por pobreza, prostitución, mendicidad, explotación obrera y signada por el miedo al aumento de la población como consecuencia de la industrialización y del colonialismo británico en el mundo. De allí la inclusión de la hipótesis de Malthus (la población crece geométricamente mientras los medios de subsistencia lo hacen aritméticamente) en algunas de las frases de Scrooge.
De Dickens se recuerda toda su obra literaria, aunque para las generaciones actuales son más conocidas “Oliver Twist” (1837–1839) con más de 21 versiones fílmicas, “David Copperfield “ (1849–1850) que se considera una autobiografía, e “Historia de dos ciudades” (1859), que describe los males sociales de la población durante la revolución francesa, Las novelas de Dickens son trabajos de crítica de la estratificación social de la sociedad victoriana, con una gran “empatía por el hombre común y un escepticismo por la familia burguesa”, que influyeron en la lectura de la realidad de su tiempo. Por ejemplo, se dice que Oliver Twist, contribuyó a que se hiciera la limpieza del actual arrabal de Londres que fue la base de la historia (La isla de Jacob) y sus personajes de prostitutas generaron un concepto humanizado de estas mujeres entre sus lectores y lectoras.
Así como Dumas, por ejemplo también, era una fábrica de relatos, con una división industrial del trabajo hasta el punto de delegar el esbozo del argumento a más de 61 escritores (uno por capítulo), un asomo de las estrategias de la industria del cine actual, Dickens se conoce como precursor del Diseño Gráfico, pues sus indicaciones previas a los dibujantes iban de la mano con las descripciones literarias de sus personajes, como se desprende de las viñetas originales, aportadas por Google, que reflejan bien el respeto de Zemeckis por el original.
El mismo Robert Zemeckis, artesano para las juventudes, creador de Regreso al futuro I-II, III; de ¿Quién engaño a Roger Rabbit?, película pionera de la mezcla de personajes reales y dibujo animado; Forrest Gump y Náufrago (Tom Hanks); El expreso polar (también Tom Hanks con la misma técnica 3D) y la reciente Beowulf (maravillosa recreación del poema épico anglosajón anónimo de 3.182 versos del siglo V), parece estar de acuerdo en que, una vez más se confirma al cine como la vía contemporánea para llevar la literatura a la enorme masa juvenil que, con mínimas excepciones en la población, ya no leerá obras clásicas.