martes, 18 de junio de 2013

EL HOMBRE DE ACERO (MAN OF STEEL)

Superman cumplió 80 años de edad. Seis años después nació Detective Cómics (DC). Luego de ires y venires en el papel con ciertos sutiles cambios de nombre, “The Man of Steel” resurge en 1986. La larga historia del personaje se entronca con Warner Communications por una pensión que esta empresa concedió en 1975 a los creadores del personaje, Jerry Siegel y Joe Shuster, por “obligación moral”. Ambos murieron a comienzos de los noventa., pero la parte legal de Shuster se resolvió para su familia en el 2003 y la de Siegel aún está en los estrados judiciales. No obstante, Time Warner tiene ahora propiedad de Supermán en parte, y ahora la Warner distribuye esta entrega fílmica reciente. Aunque el personaje ha tenido diversas versiones para TV, es la saga Superman (1978), Superman II (1980), Superman III (1983) y Supermán IV (1987), protagonizadas por Christopher Reeve y dirigidas por Richard Lester, Richard Donner y Sidney J. Furie, las que junto a “Superman Returns” (2006), con Brandon Routh bajo dirección de Bryan Singer, lo que el público global recuerda. Es claro que con estos cuatro productos de más de tres décadas de realizados no deben hacerse comparaciones, pues incluso con el Superman de Singer (“X-Men”) el tratamiento del monotema no podía salir de los cauces trazados en el comic. Ahora “Man of Steel” está escrito al alimón por Nolan y Goyer, tal cual hicieron en la éxitosa “modernización” reciente de Batman en el cine, buscando el ingrediente X que saque a Supermán de las sencillas tramas en las historietas de papel. Pero no se puede, cuando de derechos de autor se trata, y entonces se ha de recurrir a la producción lujosa, la tecnología visual, el rediseño de “costumes” y el agregado humano al personaje. Este factor X de “humanización” hace que el acero se derrita por depresión, dudas y amor, empezando en la etapa infantil con “bullying”, en la etapa juvenil con retraimiento y la soledad, para luego como adulto enfrentar su pasado y el desafío de ser “dios” para los terrícolas. Zack Snyder dirige (“300”, “Watchmen” serán sus clásicos recordables), sujeto a los designios del poder tras el trono que es Christopher Nolan. Por ello mismo la música es de Hans Zimmer, quien no solo trató de diferenciarse del apoteósico tema de John Williams, sino también de sí mismo (“Gladiator”, “Batman…”, “Pirates of the Caribbean”) logrando una bella música incidental, pero sin rasgos estelares. Henry Cavill es, por el momento, un adonis para colgar el famoso traje rojoazul, con un digno comportamiento de hijo Kent, aunque aún no demuestra más que llenar vestuario como en las quince películas de “época” que ha hecho sujeto al entorno guionístico, y que posiblemente le han condenado a ser este personaje apolíneo.

EL GRAN GATSBY (THE GREAT GATSBY)

Francis Scott Fitzsgerald ha sido uno de los más reiterados novelistas en el cine americano: A este lado del paraíso (This Side of Paradise) (1922), Hermosos y malditos (The Beautiful and Damned) (1922), El gran Gatsby, (The Great Gatsby) (1925), Suave es la noche, (Tender Is the Night) (1934), El ultimo magnate, (The Last Tycoon) (1942), han sido recurrente inspiraciones literarias para películas ya clásicas con James Dean, Robert Redford o Robert de Niro. En esta entrega de enorme arte visual, propio de Baz Luhrmann (“Strictly ballroom”, “Romeo + Juliet”, “Australia”, “Moulin Rouge”), el director demuestra ser uno de los pocos artistas, en el sentido de ser un intérprete con visión libre y personal de una obra ajena, proponiendo estética propia a nivel visual y musical. Acá, Leonardo Di Caprio alcanza uno de los hitos de su carrera (el otro podría ser “Diamantes de sangre”), con una elevada madurez, necesaria en la proyección de lo que sucede en el alma de Gatzby, que es lo que muchos parecerían no captar como la esencia de la novela base del filme. Craig Armstrong selecciona y dirige musicalmente con temas que van de intérpretes como Beyoncé, Fergie, Will.i.am a Gotye, del hip-hop al Indie Rock, dando un buen toque moderno al argumento de hace 90 años.

LA CACERÍA (JAGTEN)

Mads Mikkelsen (“El Rey Arturo”, “Casino Royale”, “Flame y Citrón”, “Coco Chanel e Igor Stravinsky”, “Clash of titans”, “The three musketeers”, “A royal affair”) se luce nuevamente en su cine natal. Una excelente entrega danesa del director Thomas Vinterberg (“It's All About Love”, “The celebration”), otro ex-Dogma 95, que trata de un tema muy actual en el mundo entero, o quizá más difundido que en el pasado. El profesor que es acusado de abuso infantil por errores de interpretación de la misma niña “víctima” y de la directora del plantel. En el pequeño pueblo todo se viene sobre Lucas, el protagonista, la acusación inocente pero infame, el rechazo social, los golpes de odio, el peligro inminente y el riesgo tanto para su hijo como para él. Solo su mejor amigo, padre de la pequeña acusadora, podrá dar luces al problema… vendrá una jornada de cacería tendiendo un manto de suspenso en esta buena historia fílmica.

TODO LO QUE NECESITAS ES AMOR (LOVE IS ALL YOU NEED)

Una buena película adulta, pero igualmente familiar, donde el ex007 Pierce Brosnan se luce como actor de carrera. La prueba de su capacidad actoral ya ha pasado por más de 15 películas antes de personificar al hombre con licencia para matar, luego de lo cual hace 30 más de regular interés, pero entre las cuales se destacan “Seraphim falls”, “Butterfly on the wheel” o su participación en “The ghost writer” Lo dirige la excelente danesa Susanne Bier (“En un mundo mejor”- “Venganza-, Oscar 2010 a mejor película extranjera; “Things We Lost in the Fire” con Halley Berry y Benicio del Toro). Este es un filme bueno dentro de los mejores de la triada Noriega-Suecia-Dinamarca, uno de los filones actuales del cine de calidad del milenio, quizá el primero.

GINGER Y ROSA (GINGER & ROSA)

La directora Sally Potter escribe su guión para una historia que se da más veces de las que se puede llegar a aceptar en la sociedad actual. Hastío matrimonial en la mediana edad, hijos adultos e inteligentes, cómodos en el mundo de hoy, pero con tedios y deseos, búsquedas simples pero alocadas de placeres rápidos, mezcla de edades en el amor, entre otros caracteres de las clases medias del milenio. Sally hizo el “Orlando” de Tlda Swinton en 1992, “The man who cried” de Johnny Deep”, El “Yes” de San Neill, el “Rage” de Jude Law”, todas películas pequeñas pero con excelentes actuaciones (ver el elenco de cada una de las mencionadas). Acá, en “Ginger…” es igualmente rico el elenco de Annette Benning, Oliver Platt o Christina Hendricks. “Rose” (Alice Englert) no lo hizo tan notoriamente bien como “Ginger” (Elle Fanning, hermana de sangre de la reconocida Dakota). Elle es una quinceañera de sorprendente talento que se puede reconocer en “Deja Vú”, “Babel”, “The curious case of Benjamin Button” o “Super 8”. ¿Qué falla en Ginger y Rosa? La edición de Anders Refn (“Bailarina en la oscuridad”, “Memoria de mis putas tristes”, “Rompiendo las olas”, entre otras), acá resulta “brusca” y algo excesivamente espaciada, producto quizá de su formación en el Dogma 95. Solo que en este filme interesante podría ser una falla la mezcla de espontaneidad técnica de la edición, en una película que se ciñe a los demás cánones formales.

TESIS SOBRE UN HOMICIDIO

Ricardo Darín es una superstar argentina que ha hecho una película anual desde 1969. Brilló desde “Nueve reinas” a partir del año 2000, “El hijo de la Novia”, “Kamchatka”, “XXY”, “El secreto de sus ojos”, “El baile de la victoria”, “Carancho”, “Un cuento chino”, “Elefante blanco” y, ahora, esta “Tesis…”. Darin tiene un toque personal para decidir con quien trabaja (ha sido dirigido cuatro veces por el galardonado José Campanella; en este caso la dirección es de un novel Hernán Golfrid) y por ello debe ser que las películas mencionadas se dejan ver muy bien como muestra del arte sudamericano. Son películas de presupuestos ínfimos de no más de US$4 millones que tienen el sino de no llevar sino cinéfilos a salitas “selectas”. En esta “Tesis sobre un homicidio” se sigue una tónica anglosajona del tema del docto abogado, escritor y profesor, que se encuentra desafiado por un brillante y pedante alumno hasta quedar involucrado en algo que puede ser no una tesis, quizá una antítesis, pero, mejor aún, una antinomia, pues hay contradicciones con lo racional que en apariencia se resuelven al final. El filme despierta interés, aunque le falta el “toque mágico” para alcanzar el siempre deseado “toque de Midas” en la taquilla.

OBLIVION (OLVIDO)

Joseph Kosinski, un diseñador gráfico que dirigió “Tron: Legacy”, rige los destinos de esta película “descrestadora”. Con US$130 millones se paga a un taquillero Ton Cruise y otras figuras como Morgan Freeman o Melissa Leo, para que jalen la taquilla. Luego, se agrega una Olga Kurylenko, bonita rusa que lleva seis años haciendo “partenaires” en películas de acción, sin actuar. Se incluye una atractiva banda sonora de toque electrónico, que recuerda a Vangelis de manera no muy original pero válida. Se adiciona la escenografía de inspiración del diseñador- director y de su historieta gráfica (ver www.josephkosinski.com, como una muestra de su trabajo publicitario y, principalmente de su “deserthouse”, tan similar a la casa “ovlibion”), que da base al guión. El ritmo, un tanto lento, ampara la historia reiterada de la tierra luego de un apocalipsis bélico y agrega el engaño al protagonista que no ha de saber quién es, ¿él mismo o el otro él? Un filme con cierta calidad, pero que no debe verse en nocturna.

QUÉ PASO AYER PARTE III (THE HANGOVER III

No es una saga, quizá sí un rezago. La entrega I, que impactó con tigre, campeón de peso pesado del mundo, Las Vegas, las escenas inesperadas, logró una buena locura risible de “guayabo con laguna” en la cual nadie sabía que había pasado la noche anterior. De esta manera, con US$35 millones, hicieron sus productores nada menos que US$470 millones, ¡!! trece veces su costo equivalentes a un 1242% !!! La segunda entrega, con un presupuesto de US$80 millones, hizo en taquilla al menos de US$600 millones, que aunque bajó a 600% la utilidad bruta es ¡todo un negociazo! En esta tercera versión hay un guión similar: la pandilla, el punto de reunión con algún pretexto, la desaparición (o secuestro) de uno de los cuatro amigos, un coreano extraño, los malos, dinero y el tropel… para regreso feliz a la rutina de sus hogares. Todo el esfuerzo costó US$103 millones y habrá de recaudar perezosamente unos US$500 millones (400%) gracias a la expectativa generada que resultó menor que la frustración comprobada. Bradley Cooper "Phill"; Ed Helms "Stu"; Zach Galifianakis “Alan” y Justin Bartha “Doug”, son dirigidos por Todd Phillips, de cuya docena de películas no amerita comentario ninguna de ellas. El guión compartido por el director cambió en detalles lo sucedido en las primeras partes, para “tirarse” lo que hubiera podido llegar a ser una de las más rentables franquicias cómicas. Ken Jeong, el médico americano e hijo de coreanos, como “Leslie Chow”, ha hecho una popularidad inmerecida, al igual que otros de los personajes estelares (quizá con excepción de Cooper y Galifianakis), en las tres películas de una “saga” que se suicidó con esta triste y tediosa entrega.