lunes, 30 de julio de 2012

BATMAN: EL CABALLERO DE LA NOCHE ASCIENDE (THE DARK KNIGHT RISES)

Excelente final de una saga que es resultado de una bien desarrollada estrategia de “reboot”, que en el cine busca reiniciar historias dignas de renovar, para un enorme éxito medido en dólares. “Batman Begins” (2005) se hizo con US$150 millones y recaudó US$372MM; “The Dark Knight” (2008) convirtió US$185MM en US$1.002MM; “The Dark Knight Rises” tuvo un presupuesto de US$250MM (lo cual puede prometer fácilmente US$1.500MM). El resultado de la trilogía-franquicia para Legendary y Warner será de 400% de ganancia bruta. Las tres entregas son basadas en el gran personaje de Bob Kane (1915-1998), pero, no obstante, Frank Miller (“Sin City”, “300”, “Robocop”, “Daredevil”) dio origen con su cómic “Batman: año uno” (1988) a la idea central de la primera película. También, Alan Moore (“Watchmen”, “V for Vendetta”, “The League of Extraordinary Gentlemen”), calificado como el mejor escritor de este género en la historia, contribuyó con su libro “Batman: The Killling Joke” (1988…-2008), al eje argumental de la segunda. "Batman: The Dark Knight Returns", de Frank Miller, aporta los elementos del regreso del héroe para la defensa de su ciudad en la tercera película. Todos ellos alimentan los caracteres e ideas alrededor del personaje de una y otra forma. ¿Cómo se explica este arsenal de ideas en juego? Bob Kane cedió los derechos de su personaje a la “National Publications”, antecesora de “Detective Comics Inc”, en una época en la cual no resultaba realmente valioso en dinero para el creador y su dibujante conservar derechos de autor patrimoniales (que en Estados Unidos fenecen 50 años después de la muerte del autor). Kane solo exigió tener el derecho intelectual con la aparición de su nombre al pie de las historietas. De allí que los hermanos Christopher y Jonathan Nolan puedan ejercer su creatividad en los sucesivos guiones “reloaded” del hombre murciélago.
Los Nolan actualizan los entornos de Batman. Reflejan los grandes miedos americanos contemporáneos. Por ello, esta tercera entrega resume todo lo que a través del tercer milenio ha sido una constante realidad: delincuencia urbana, terrorismo internacional, crisis bursátil, riesgo nuclear y democracia malinterpetada. Para hacer dichos miedos más realistas, Gotham City es ahora New York. Baine saca delincuentes de las cárceles para apoyar la sublevación. Wayne es empobrecido con transacciones tramposas en Wall Street. El proyecto Wayne Industries, de energía limpia, se convierte en la base tecnológica de una bomba atómica. El difunto Ra's al Ghul, terrorista árabe de “La liga de las Sombras” podría ser vengado por su hija Miranda Tate, con la destrucción de la ciudad. La sublevación de Bane y Miranda, conlleva la condena en juicio público a líderes ciudadanos para dejar “el poder en manos del pueblo”. Alguien ha recordado la coincidencia argumental de “…raises” con “A tale of two cities” de Charles Dickens (Méndez, cineenlinea.net). Y, es bien cierto, la novela, que ambienta la Revolución Francesa, con anarquía en las calles, juicios y ejecuciones públicas, buscando derribar el “Ancien Régime” y ofreciendo libertad, fraternidad e igualdad en medio del reinado del terror, refleja bien el climax de la película en mención. Un clímax respaldado por la excelente música incidental de Hans Zimmer, que se complementa coralmente con las exclamaciones de la muchedumbre e instrumentalmente con los sonidos metálicos de la panoplia de batalla que usan Batman, sus amigos, archienemigos y enemigos. El ascenso de Batman es semiológicamente rico recordando los riesgos potenciales de accidentes nucleares (Indian Point del 2000), el terrorismo del 2001, el crack de 2008, las “primaveras” políticas globales del 2011 e innumerables “jinetes apocalípticos” que preocupan al imaginario americano dándole realismo a la creatividad del mundo de los deliciosos superhéroes “recharged”. Solo de esta manera se debe leer como una obra con seriedad la ficción de los geniales Nolan.