domingo, 15 de enero de 2012

CABALLO DE GUERRA (WAR HORSE)


Son muchas las coincidencias de producción de esta película con su contemporánea “Tin Tin”, en cartelera colombiana. Mejor, debería decirse qué más que coincidencias son “condiciones” de producción.

No es una coincidencia que se presenten los dos filmes simultáneamente en casi todos los países, pues los nombres de dirección (Steven Spielberg), producción (Spielberg y Kennedy), música (John Williams), cinematografía (Janusz Kamiński), edición (Michael Khan), estudio (Amblin Entertainment y Kennedy/Marshall), demuestran simplemente un plan industrial del mago Spielberg.

El exitoso industrial cinematográfico adquirió los derechos de “Tin Tin” en 1983, un año después de que Michael Morpurgo terminara de escribir “War Horse” para que, en el 2009, Kathleen Kennedy (Amblin, empresa que lleva su nombre por el título de un corto de Spielberg realizado en 1968 a sus 22 años) gustara de una versión teatral del libro y acordara con DreamWorks llevarla a la pantalla. Morpurgo tiene en su haber algo que quizá sea un récord con un promedio de poco más de tres (3) libros escritos por año, desde 1974, e innumerables de sus publicaciones traducidas a cerca de 25 idiomas.

“War Horse” desarrolla una historia meliflua sobre la Primera Guerra Mundial que no es lo mejor de Spielberg, cuya experiencia gira alrededor de filmes sobre la Segunda Guerra. Pero no es ello lo que explica el bajo tono de “War Horse”. Allí se ven los grandes cañones Berta transitando dificultosamente con apoyo en orugas inventadas para tal fin. Se reproduce una época en que el enfrentamiento cuerpo a cuerpo hacía parte aún de la batalla. Se apoya en un argumento sobre la caballería del ejército inglés, ya anacrónica frente a las ametralladoras manpuestas. Se usan cinco diferentes caballos para representar a Joey, hermosos, de alta alzada y a gusto de niños y adultos. Pero hay un tono Disney intrascendente en el tratamiento que explica por qué esa misma empresa es su distribuidora principal, a pesar que aún al público infantil no habrá de impresionar de manera suficiente.

Los primeros 110 minutos la película es una historia “farmer” sin mayores dinámicas. El segundo tiempo se adorna de la figura equina corriendo entre bandos opuestos y declinando en un trascendente momento de paz de una trinchera alemana y una inglesa, llenas de soldado jovenzuelos que simpatizan con el caballo herido. La película ha partido de una subasta en la cual el orgullo del padre de Albert compra por exorbitado precio el potro para tratar de humillar a su “landlord” al comenzar la guerra y termina con otra subasta al finalizar la guerra en la que un abuelo que ha perdido a su nieta desea adquirir a Joey por el altísimo precio que amerita el recuerdo de la niña que también amó al caballo. El film ha sido presentado a todo premio posible y ganado en AFI, Broadcasting y Satellite, con posibilidad de ganar en Golden Globe a mejor película y música (enero 15). Parece que irá a los Oscares. Pero de todo ello podría decirse que hay algo de sobrevaloración de lo que es solo un filme de buena factura y respaldos.