sábado, 23 de octubre de 2010

CAZADOR DE DEMONIOS (SOLOMON KANE)

Este personaje, es hermano de “Conan el Bárbaro”, pues su creador en historietas es Robert E. Howard, es un héroe poco recordado de Marvel Comics. En el cine le antecede “Van Helsing” con Hugh Jackman, una película exitosa sobre tema similar.

Van Helsing caza vampiros y Solomon Kane lo hace con demonios. Ambos lucen similar sombrero, Van Helsing utiliza un gabán que adorna la pantalla al igual que la capa de Kane.

James Purefoy (el actor que encarna a Solomon Kane) quizá sin quererlo imita en todo la figura de Hugh Jackman, más reconocido y de mejores filmes.

“Cazador de demonios” es un tonto producto de la moda de cazadores del Medioevo, vagando a caballo de castillo en castillo, de malos a buenos y viceversa, de minireinos perdidos, de pactos demoníacos y temores ancestrales, de horca, cruz, cuchillo y bala. La simbología gira alrededor de los caballos poderosos, los malignos hercúleos, las espadas que todo lo pueden y las sombras que todo truco cinematográfico lo cubren. La intertextualidad está relacionada con los históricos siglos XV y XVI, la reforma y contrareforma religiosas, las creencias inquisitorias, los pequeños estados, los condados, ducados y marquesados en pugna, el oscurantismo.
Este film es uno más, y de menor calidad, de las decenas que se han hecho sobre temas similares. Si alguien ha visto “Van Helsing…” ¿para qué asistiría a malgastar el costo de la boleta viendo “Solomon Kane”, o el “Cazador de demonios”?

LA CARRETERA (THE ROAD)



John Hillcoat dirige una adaptación del libro de Cormac McCarthy. Este escritor ha tenido algunas otras adaptaciones llevadas al cine: La dirigida por Billy Bob Thornton (exesposo de Angelina Jolie) de “All the pretty horses”, un libro ganador del National Book Award y el National Book Critics Circle Award, actuada por Matt Damon , Penélope Cruz, Sam Shepard y otros, con una aparición de Rubén Blades (el talentosos salsero panameño). La otra adaptación reconocible es la dirigida por los hermanos Joel e Ethan Coen de “No country for old men”, con la cual Javier Bardem ganó Oscar a actor secundario en 2007.

Ahora, con la creencia de que un escritor siempre es adaptable, “The Road” una novela ganadora del premio Pulitzer llega al cine con Viggo Mortensen (“El señor de los Anillos”), Kodi Smit-McPhee, Robert Duvall (“El padrino”, “Apocalypsis Now”), Guy Pearce (“L.A. Confidential, “Memento”, “The Hurt Locker”), Molly Parker y la muy especial Charlize Theron.

Este film pertenece al género que puede ser denominado como “apocalíptico”, el mundo se ha acabado con cualquier explicación que no importa mucho, los pocos sobrevivientes irán a morir de hambre, otros han tenido que canibalizar a los débiles y en medio de ello un padre y un hijo viven un incierto y peligroso recorrido.

Es de presumir que un libro ganador del principal premio bibliográfico e los Estados Unidos tiene algo qué decir acerca de los valores humanos, las relaciones filiales de sacrificio, la solidaridad en medio del fin, los abandonos y la muerte. No cabe duda. Pero…

La película no expresa absolutamente los sentimientos que dan mérito al libro. La culpabilidad es imputable a Joe Penhall, el guionista, quien cuenta con siete (7) obras adaptadas básicamente al teatro en Londres. Como adaptador al cine no demuestra competencias.

Este filme es un producto más del cine de crisis. Las participaciones de Robert Duvall, Charlize Theron y Guy Pearce, de no más de cinco minutos cada una, se hacen para llenar el poster y tentar a la taquilla. Es “cinetráfico” gringo.

No es de alto costo con US$25 millones de presupuesto. Lo apocalíptico permite mostrar todo con defectos. En seis meses del 2010 ha mostrado su fracaso al haber producido solo US$1 millón de utilidad.

Lecciones: 1) No se debe confiar en adaptadores de teatro para el cine, una segunda ley de Zam 2) Los libros premiados no suelen ser adaptables para un film, lo que puede convertirse en la tercera ley de Zam 3) La cartelera en crisis por esta época es llenada con el cine de estrellas que utilizan su nombre para llevar al público a productos de poco valor.

Pd: Cabe recordar que la primera ley de Zam es: quien dirige su mismo guión siempre logra un buen filme.