martes, 11 de diciembre de 2012

PROFESOR LAZHAR (MONSIEUR LAZHAR)

Philippe Falardeau dirige su propio guión. Mohamed Fellag es Bachir Lazhar, el inmigrante argelino, en este filme canadiense reconocido en Toronto, Locarno, Valladolid y nominado al Oscar 2011 como mejor película de habla no inglesa. El filme está clasificado como historia de profesor modelo. No obstante, quizá no tanto. Nunca podría compararse con “El club de los poetas muertos”, “La clase”, “La lengua de las mariposas” o “The great debaters”. Este profesor trata de dar importancia al impacto que el ahorcamiento de su antecesora docente podría tener en su clase y demuestra mayores afectos sanos por una alumna y un alumno.
Más que moderno es anticuado, pupitres alineados, selección de obras literarias poco contemporáneas, personalidad algo anacrónica. Los docentes del colegio se plantean una problemática más grave de la que los alumnos realmente resienten a raíz del insuceso de su profesora. Solo hay preguntas sobre las causas, ninguna respuesta. Mucha paranoia profesoral, bien alejada de la circunstancia discente. En este sentido, viene a la mente una imagen que se reitera a todo nivel educativo: el docente tiene un mundo pedagógico propio que no transmite bien a sus alumnos y estos básicamente viven sus vidas a la luz de sus propias circunstancias. El profesor solo comprende, la clase solo es comprendida, la reflexión pedagógica solo está en el guionista y en la mente idealizante de algunos educadores dentro del público.

CURVAS DE LA VIDA (TROUBLE WITH THE CURVE; BACK IN THE GAME; GOLPE DE EFECTO)

Amy Adams (Los Muppets) y Clint Eastwood, con un intrascendente Justin Timberlake y un importante John Goodman, son dirigidos por Robert Lorenz. Este Lorenz ha sido compañero como productor, coproductor y asistente de dirección del mismo Clint y, quizá por ello, su estilística es bien similar. En “Curvas…” hay mucho de “Moneyball”, aquella historia en la cual Brad Pitt se acompaña como gerente de un equipo de béisbol de las estadísticas computarizadas de Jonah Hill, mediante las cuales deciden contratación de jugadores de alto potencial, para lograr que su team alcance un record posterior.
Acá, el estadígrafo del rendimiento de beisbolistas resultará perdedor frente a la intuición de una hija, que ha aprendido con el viejo padre este oficio de cazatalentos. Clint ha estado perdiendo la visión sin aceptarlo y su hija abogada sacrificará un tanto la tradicional profesión por los contratos beisboleros, gracias a que al final, y por azar, logran “cazar” el talento lanzador que buscaban. Clint está anciano, pero vital y carismático justificando la boleta de un producto que tiene el tinte de la sencillez profunda que ha caracterizado casi todos los filmes de su productora Malpaso.

Oscar y Globo de Oro 2013: ARGO

"Canadian Caper", fue el nombre que la prensa dio al rescate encubierto que el gobierno canadiense hizo, en conjunto con la CIA, de seis diplomáticos durante los sucesos de la embajada de Estados Unidos en Teherán, Irán, en 1979. Tony Mendez (Ben Affleck), es un miembro de la Agencia Central de Inteligencia, que idea una supuesta búsqueda de locaciones para un filme futurista, “Argo”, con el fin de sacar en secreto a los diplomáticos. Este plan surge de estar observando “Star Wars” con su hijo. Durante uno de los períodos Clinton se desclasifica la verdad sobre esta misión, quedando lo novelesco de ella.
Afleck dirige y actúa. Ben Affleck y George Clooney producen. Bryan Cranston es Jack O'Donnell y Alan Arkin es Lester Siegel, un productor. John Goodman hace el rol de un real John Chamber, un galardonado maquillista hollywoodense. Michael Parks aparece raudamente como Jack Kirby, el reconocido dibujante del cómic “Capitán América”, quien hace los bocetos o “storyboard” de la ficticia “Argo”. La película solo costó US$45 millones que ya ha triplicado en taquilla gracias al toque político del tema y al nombre de las estrellas involucradas. Pero, a más de ciertos méritos de producción, como la imitación del grano de la película para recordar la época y el toque documentalista del asunto, solo habría posibilidad de nominaciones a actuaciones secundarias (Arkin, Goodman).
Por lo demás, Afleck fue más talentoso en “Gone, baby, gone” o en “The town”, pues en este filme se apega solo de la estela política del tema y de una actuación seca y sin visos dramáticos. Son muy claras las muletillas “suspense” como la aprobación de tiquetes de avión o la recepción de una llamada, para dar emoción al climax del filme, sin tener un mejor guión o elementos más inteligentes para proveer este enganche en el público. Se abusa de caras mal temerosas y de la imagen del Ayatollah Ruhollah Jomeini, mostrada demasiadas veces como un ícono atemorizante, que deja de serlo por lo repetida. Se muestra al final, de manera demasiado formulada, la imitación escenográfica de fotos de prensa muy reconocibles. En este sentido, “Argo” cuenta 33 años después algo interesante de conocer como anecdótica operación de inteligencia, pero que poco afortunada y nada impactante quedó como historia fílmica.

EL CÓDIGO DEL MIEDO (SAFE)

Boaz Yakin (“The Prince of Persia”) escribe y dirige a Jason Statham, el “tough guy” y Catherine Chan “la niña memoriosa que sabe un enorme número de cuenta perseguido por los chicos malos”. Chris Sarandon, primer esposo de Susan, está también en este filme intrascendente. Todo acá se desenvuelve bajo el esquema que alguna vez todos los “duros” peleadores del cine han seguido: dar golpes a diestra y siniestra en defensa de un niño(a) que, por puro azar y a regañadientes, les acompaña. Stallone, Willis, Schwarzenegger, Van Damme y demás compañía, han realizado este tipo de filmes. El turno fue de Statham (“The transporter”).

BUSCANDO UN AMIGO PARA EL FIN DEL MUNDO (SEEKING A FRIEND FOR THE END OF THE WORLD)

Keira Knightley como Penny y Steve Carell como Dodge, este último usual actor de comedia, siguen las pautas de Lorene Scafaria, quien hace la dirección y guión de un tema acerca del fin del mundo. Un asteroide golpeará la tierra, las autoridades no darán aviso sobre el sitio exacto del impacto para evitar pánico y desbandadas sin sentido ya que la destrucción será total. ¿Con quién pasarías los últimos días? Es una pregunta que genera respuestas de toda índole: unos generando caos y desorden, incendio y saqueo, otros comiendo y bebiendo sin control, muchos en bacanal sin freno, algunos incestúan, muchos guardan esperanzas y se aseguran de estar en bunkers colmados de viandas. Penny, acaba de disgustar con su pareja informal y su vecino Dodge anda meditabundo.
Su casual encuentro los lleva poco a poco a reconocerse como compañía placentera, visitan al padre de Dodge, lejano y alejado. Meditan, juntos olvidan un tanto el cataclismo que, al final, llega apagando la pantalla. En el transcurso pudiera haber sucedido algo interesante, pero no. Parece una meditación profunda sobre el final de la vida, pero tampoco. Solo obliga al público a recordar otros cercanos filmes al tema del 2012: el especulado final de la vida en la tierra. De los muchos filmes solo “2012”, de Roland Emmerich, aportó grandilocuentes desastres con los usuales efectos 3D y demás. Al otro extremo, “Melancolía” de Lars Von Trier, hizo un producto reflexivo.