domingo, 4 de septiembre de 2011
SALUDA AL DIABLO DE MI PARTE (GREETINGS TO THE DEVIL)
La dirige Juan Felipe Orozco (“Al final del espectro”), como un thriller de venganza en el cual todos los actores del conflicto se encuentran indirectamente involucrados luego del inicio de la vigencia de la ley de justicia y paz en Colombia.
Tiene la violencia cruda que de manera real ha vivido el país desde las retaliaciones a líderes de guerrillas liberales en los años cincuenta, los métodos gore utilizados en muchas masacres, el uso del dinero para corrupción de la policía o para estructurar una costosa venganza, la insinuante referencia a grupos infiltrados en universidades. Usa el film de técnicas y tecnología que le han permitido a esta película ser adquirida en Hollywood y le van a permitir a Orozco filmar a Nicole Kidman.
El cuerpo técnico tiene la curiosa característica de contar con cerca de cuatro grupos diferentes de hermanos entre sí (una tarea para observadores). Todos los componentes de la producción son destacables y de corte internacional para recorrer el mundo con éxitos de taquilla, negocio al que ya se apuntaron inversionistas americanos. El producto es una suma de talentos y experiencia en cada uno de sus campos como basta reconocer al observar algunos nombres.
La música es de Jermaine Stegall (“Cowboys anda aliens”, “I, robot”, “El vuelo del fénix”, “Enigma”, “Blood out”, "Dark Knight", “The Davinci Code", “Angels and Demons, “Black Hawk Down”, “Hannibal”, “Kingdom of Heaven”, “Shrek”, “Spy Game”, “Mission: Impossible II”, “The Ring”, “Cold Mountain”, “Pirates of the Caribbean”, “Man On Fire”, “Déjà Vu”, “X-Men Origins: Wolverine”, “The Chronicles of Narnia”, “Armageddon”, “Constantine”, etc.), quien muestra una excelente experiencia con los hermanos Ridley y Tony Scott, así como con Hanz Zimmer, lo que significa tocar las más altas cumbres de la música del mundo filmico. Le acompaña la Orquesta Filarmónica de Medellín.
En esta banda sonora incidental tiene participación el chelista y compositor Martin Tillman, quien estuvo en filmes como “The Dark Knight”, “Transformers” y “Piratas del Caribe”.
La productora es Sanantero Films y el guión es de Carlos Esteban Orozco. Entre los productores ejecutivos, de los cuales hace parte el mismo Édgar Ramírez, se halla a un Haik Gazarian (conocido por “Venezzia”).
Editan las escenas los mismos hermanos Orozco, quienes han dirigido las cámaras con maestría. La dirección de fotografía es de Luis Otero, quien acompaña el retoque digital en posproducción.
“Saluda al diablo…” es una muestra de excelente elección de casting, pues cada actor está ubicado en el rol que mejor corresponde a sus valías. Édgar Ramírez es Ángel (“Carlos”, “Bourne ultimátum”, “Vantage point”, “Domino”…), Salvador del Solar es Morís (“Pantaleón y las visitadoras”), Carolina Gómez es Helena (“Bluff”), Ricardo Vélez es Léder, y todos están a tono con el desempeño requerido para dar la vuelta al mundo en cine de “acción”.
Albi de Abreu es Luis (“La hora cero”, “Dark World”), Patrick Delmas es Serge, Juan Carlos Vargas es Carranza (“La saga” TV). María Luna Beltrán es Angela, Ángela Vergara es Patricia y Laura Perico es Daniela.
El producto final es una suma de todas estas cualidades individuales, incluídos unos cuatro actores de TV colombiana que vienen de “Francisco el matemático”, “La saga” y “Rosario Tijeras”. Se mantiene el ritmo de suspenso de principio a fin, satisface la acción violenta para públicos adolescentes e introduce elementos de tecnología, como el chip intercomunicador, que se venden bien entre el público. La música no se anticipa a la acción, un error muy común en el cine, sino que le acompaña con perfección. La parte argumental está bien expresada en la trama guionística y sus diálogos facilitando que no se malinterpreten los hechos visuales.
La metáfora del filme busca la culpa en todos los grupos en armas reflejados en su microscopia, dentro de un discurso pesimista sobre la reconciliación y el posconflicto. La voz en off de Léder lo expresa desde un comienzo. El hilo conductor empieza con la hija de Ángel y termina en ella. Sólo las mujeres sobrevivirán, como sucede en en la macroscopia de todo conflicto histórico. Sin embargo, fenecerán amistades, complicidades y hasta la hermandad, esta última por misericordia con quien ha cambiado por su odio internalizado. La ternura femenina surge como ave fénix en medio de las llamas de los fuegos entrecruzados de los hombres. Si los espectadores quieren ver algo más que narcoacción, este es un buen ejemplo de que, sin desligarse de la realidad colombiana, puede haber ficción nacional muy interesante abobada con el elemento casi indispensable en las taquillas, que es la acción violenta no innecesaria, como elemento dramático.
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