martes, 2 de febrero de 2010
La teta asustada ¿?¿?¿?
La familia de Mario Vargas Llosa, Luis Llosa y Claudia Llosa, posa de directores de cine. Mario, el escritor, dirigió Pantaleón y las Visitadores con base en su propia novela hace 34 años. Luis, verdadero, pero regular director, tiene 8 películas en su haber (se recuerdan El Especialista de 1994; Anaconda, 1997; La fiesta del chivo, 2005 –su mejor filme, con base en el muy buen libro de su primo).
Claudia, sobrina de los anteriores, tiene un corto y dos largometrajes, Madeinusa de 2006 y La Teta Asustada de 2009. En esta última, dirige, produce y escribe el guión.
La película ha ganado en el Festival Internacional de Cine de Berlín, el Oso de oro y el Premio de la Crítica The International Federation of Film Critics, FIPRESCI.
También, obtuvo mejor película y actriz en el 24 Festival Internacional de Cine de Guadalajara; ganó en el Festival de cine de Bogotá y en el Festival de Cine de La Habana como mejor largomentraje. Acaba de ser nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera.
Fausta, es interpretada por Magaly Solier una cantante con un disco folclórico peruano publicado en el 2009. Su personaje cree sufrir una enfermedad llamada "la teta asustada", cuyo diagnóstico es miedo y sufrimiento transmitido por la leche materna de madres a hijos. El miedo en este caso se deriva de la violación por parte de terroristas a su madre. La época corresponde a la década de 1980, Fausta mantiene una papa en su vagina para evitar ser violada, su médico teme infecciones, y debe conseguir el dinero para enterrar a su madre.
Kimberly Theidon es la autora del libro base del guión "Entre prójimos: el conflicto armado interno y la política de la reconciliación en el Perú". Es investigadora de Harvard University en Perú, Ecuador y Colombia. Dirige Praxis: una institución por la justicia social.
Este libro, utilizado como material de estudio en universidades colombianas con estudios avanzados, narra antropológicamente la dura época de Sendero Luminoso en el Perú. Entre algunos de sus datos, la forma en que el grupo terrorista utilizó la estrategia de violación de las mujeres en la población civil como arma de guerra y de cómo éstas mismas dejaban morir a sus hijos posteriormente queriendo salvarlos de una vida de conflicto interno y acoso de los contendientes de ambos bandos.
Sin embargo, en el filme nada de esto aparece. Es una película que se soporta difícilmente. El mensaje de la académica Theidon es transpuesto de manera completamente deficiente por la directora Llosa, cuya película solo observa a la protagonista deambulando sin trasfondo visual en el conflicto terrorista, sin contextualizar al espectador y entregando una pobreza artística total a la taquilla.
No obstante, el respaldo académico del libro y el origen político de la película le han llevado a los premios mencionados. Uno de sus tres productores Antonio Chavarrias reconoce en entrevista a radio W FM, de manera objetiva y conforme, la nominación al Oscar como máximo logro posible y no agrega más.
Porque, hay que expresarlo, no puede añadir otros juicios, pues los premios hasta ahora obtenidos se deben a Sendero Luminoso, a Kimberly Theidon, al país de origen, al lobbying en la Academia de Artes y Ciencias, a la posición defensora de Derechos Humanos de un país demócrata, pero nunca a mérito alguno de la película, pues lo que el libro base aporta no se representó en forma alguna en la pantalla. El espectador se verá obligado a “completar” por fuera lo que dejó de ver en el cine.
Verónica decide morir
El filme atrae por ser basado en un libro de 1998 del escritor Paulo Coelho, ese bestsellerista de 100 millones de libros vendidos en 24 títulos traducidos a 69 idiomas (recordamos El Alquimista, -la mitad de sus ventas-, El Zahir, Guerrero de la luz… por ejemplo), obteniendo 28 premios en 14 países durante los últimos 15 años.
Este género literario tiene más adscritos que detractores, que no le faltan y le acusan de ser escritura simple, primaria, posiblemente de autoayuda. No se puede negar que acude a elementos que parecen novelísticos, lectura fácil que posa de espiritualismo, pero, en suma vende a costa del nivel cultural predominante.
Sarah Michelle Gellar (33 años y películas) protagoniza a Verónika, una slovena en Nueva York, con el atractivo de traer tras de sí sus personajes de Buffy la cazavampiros, Sé lo que hicieron el verano pasado, Scooby-Doo, y otros dirigidos al espectador adolescente.
Es actriz desde los siete años, aunque solo desde los doce apareciendo en los créditos y en este filme desarrolla un personaje de problemática adulta, acompañada de Jonathan Tucker (una catatónica cara que se ha visto en Masacre en Texas), David Thewlis (el Remus Lupin de la saga de Harry Potter), Melissa Leo (nada particular, vista en Righteous Kill, con De Niro y Pacino), Erika Christensen (la hija drogadicta en Traffic, que reitera la misma actuación drogada acá) y Florencia Lozano (de muchos episodios en TV). La dirección es de Emily Young (nada que verle con 4 películas.
Verónika, tiene un buen trabajo, pero lo odia, es bella, sin amor, sus padres le quieren, ella no sabe qué reclamarles, trabaja en moda y publicidad, pero le parecen alienantes. No teniendo una razón para vivir, autojustifica el suicidio,.
Falla en su intento y pasa a un Hospital psiquiátrico donde conoce que haberse creado un aneurisma le pronostica la muerte segura a mediano plazo. Sus compañeros Mari (gusta de la droga que le aplican), Zedka y Edward (supuesto esquizofrénico por haber conducido el automóvil en el que se mató su novia). Edward se convierte en la primera experiencia sexual del personaje central, sale de su mudez engañosa. Este hecho contribuye a que el experimento del director general, Dr. Igor, se lleve a cabo: los fármacos terapéuticos han eliminado el aneurisma, pero Verónika no lo sabrá y con ello ha de valorar cada día en adelante como el último de su vida.
Coelho (63 años) escribe con base en su experiencia adolescente de tres veces, utilizada como tendenciosa publicidad, en un hospital psiquiátrico.
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