martes, 2 de febrero de 2010

Verónica decide morir



El filme atrae por ser basado en un libro de 1998 del escritor Paulo Coelho, ese bestsellerista de 100 millones de libros vendidos en 24 títulos traducidos a 69 idiomas (recordamos El Alquimista, -la mitad de sus ventas-, El Zahir, Guerrero de la luz… por ejemplo), obteniendo 28 premios en 14 países durante los últimos 15 años.
Este género literario tiene más adscritos que detractores, que no le faltan y le acusan de ser escritura simple, primaria, posiblemente de autoayuda. No se puede negar que acude a elementos que parecen novelísticos, lectura fácil que posa de espiritualismo, pero, en suma vende a costa del nivel cultural predominante.
Sarah Michelle Gellar (33 años y películas) protagoniza a Verónika, una slovena en Nueva York, con el atractivo de traer tras de sí sus personajes de Buffy la cazavampiros, Sé lo que hicieron el verano pasado, Scooby-Doo, y otros dirigidos al espectador adolescente.

Es actriz desde los siete años, aunque solo desde los doce apareciendo en los créditos y en este filme desarrolla un personaje de problemática adulta, acompañada de Jonathan Tucker (una catatónica cara que se ha visto en Masacre en Texas), David Thewlis (el Remus Lupin de la saga de Harry Potter), Melissa Leo (nada particular, vista en Righteous Kill, con De Niro y Pacino), Erika Christensen (la hija drogadicta en Traffic, que reitera la misma actuación drogada acá) y Florencia Lozano (de muchos episodios en TV). La dirección es de Emily Young (nada que verle con 4 películas.
Verónika, tiene un buen trabajo, pero lo odia, es bella, sin amor, sus padres le quieren, ella no sabe qué reclamarles, trabaja en moda y publicidad, pero le parecen alienantes. No teniendo una razón para vivir, autojustifica el suicidio,.
Falla en su intento y pasa a un Hospital psiquiátrico donde conoce que haberse creado un aneurisma le pronostica la muerte segura a mediano plazo. Sus compañeros Mari (gusta de la droga que le aplican), Zedka y Edward (supuesto esquizofrénico por haber conducido el automóvil en el que se mató su novia). Edward se convierte en la primera experiencia sexual del personaje central, sale de su mudez engañosa. Este hecho contribuye a que el experimento del director general, Dr. Igor, se lleve a cabo: los fármacos terapéuticos han eliminado el aneurisma, pero Verónika no lo sabrá y con ello ha de valorar cada día en adelante como el último de su vida.
Coelho (63 años) escribe con base en su experiencia adolescente de tres veces, utilizada como tendenciosa publicidad, en un hospital psiquiátrico.