miércoles, 19 de septiembre de 2012

AMOR, HONOR Y LIBERTAD (THE LADY: LA FUERZA DEL AMOR)

Michelle Yeoh es una actriz malasio-china con verdadero status de dama en el cine. De unas tres docenas de filmes se le reconoce más fácilmente en occidente a través de títulos como “Tomorrow never dies”, “Crouching Tiger, Hidden Dragon” o “Memoirs of a Geisha”. Su trabajo es sorprendentemente natural y aporta dignidad a los personajes, siendo el mejor prospecto para que desempeñara este “biopic” de Aung San Suu Kyi, militante de la Liga Nacional para la Democracia en Birmania, hija del mártir Aung San fundador del partido comunista birmano y ganadora del Nobel de Paz 1991.
Le acompaña a Yeoh, David Thewlis (el Remus Lupin de la saga “Harry Potter”) en el rol de esposo, el Doctor Michael Aris, historiador de Durham experto en cultura budista. Del filme se resaltan dos aspectos. El primero de ellos, el regreso de Luc Besson como director, ahora dedicado a escribir y producir, en una faceta “biopics”, que solo había mostrado en la buena “The Messenger: The Story of Joan of Arc” (Mila Jovovich), con la diferencia que en esta oportunidad despliega una plena objetividad que debe reconocérsele. En segundo lugar, el guión de Rebecca Frayn (documentalista, escritora de “One life” y “Deceptions” para Simon & Schuster), que es el fundamento de la visión mujer-hombre tan presente en el relato.
En el guión se describe de la mejor manera el papel complementario de los esposos Suu Kyy y Aris, con un balance propio de una visión femenina equilibrada de reconocimiento al apoyo de Michael, como padre atento del hogar e hijos, de las relaciones cortas pero definitorias de este con la dictadura del régimen y negociador tras bambalinas de la condición de su esposa, quien de toda forma pasaría 15 años presa o en arresto domiciliario en Birmania. Finalmente, de su mérito en ser el gestor de la idea de proponer la nominación de su esposa al premio Nobel y, de recibirlo a nombre de ella en compañía de los dos hijos, el mayor de los cuales leería el discurso de agradecimiento ante los Reyes de Suecia. Se lucen entonces Luc Besson y Rebecca Frayn, en esa visión cinematográfica alejada de cultos a la personalidad y cercana a la realidad conyugal de personas que, separadas por fuerza mucho tiempo entre sí, demostraron el valor del amor Suu Kyy-Aris y el cumplimiento con las coyunturas políticas de su tiempo y con la deuda debida a Aung San, un medio siglo antes.