viernes, 7 de marzo de 2014
NINFOMANÍA VOLUMEN 1 (NYMPHOMANIAC VOLUME I)
Joe (Charlotte Gainsbourg), Stacy Martin (Joe joven), Maja Arsovic (Joe de 7 años), Anania Berg (Joe de 10 años), Seligman (Stellan Skarsgård), Shia LaBeouf (Jerome), Sophie Kennedy Clark (B), Sophie Kasten (B de 10 años), Christian Slater (padre de Joe), Uma Thurman (Señora H), Connie Nielsen (madre de Joe), Hugo Speer (Mister H) y una treintena de actores identificados con iniciales, o sin ellas siguiera (ya que se trata de sex-parteners casuales o de paso), hacen el elenco de la primera de las partes en que fue dividida esta obra de Lars Von Trier. Para el segundo volumen cuenta con unas tres docenas de actores desconocidos, o conocidos no identificados, en la trama.
Este primer volumen consta de 5 partes: “El pescador completo'”, “Jerôme”, “La señora H”, “Delirio” y “La pequeña escuela del órgano”. El siguiente tiene 3: “La Iglesia oriental y occidental, El pato mudo”, “El espejo” y “La pistola”.
EL AUTOR:
Lars Trier, quien agregó el “Von” en broma acatando una burla de un profesor de su adolescencia, es un iconoclasta. Pintor de hobby. Al igual que Spielberg, se inició jugando con una cámara super 8; obtuvo antes de los treinta años una serie de premios por “Logros técnicos”, menospreció un tercer puesto en Cannes llamando “enano” al jurado Roman Polansky, o llenó de indirectas a la excelente Susanne Bier. Fue el coautor del “Dogma 95” junto con Thomas Vinterberg (reconocible principalmente por “Celebración”). Sin embargo, ambos directores abandonan su “Dogma…” al entrar el milenio, de acuerdo con una entrevista reciente solo “debido a la aparición de la cámara digital que abarata veinte veces los costos y afirma la imagen”, de allí que en “Bailarina en la oscuridad” usa 100 de estas cámaras fijas para filmar la canción de Bjork “I've seen it all”. Von Trier se “adorna” verbal y cinematográficamente de temas “políticamente” incorrectos como masturbación, martirio sexual, desnudos, orgías, genitalidad, automutilación. Alude joco-seriamente al semitismo y el nazismo. Es reciente converso al cristianismo. Mezcla el color con el blanco y negro, o colorea algunas de las escenas de sus películas. Es multifacético en sus filmes obrando como director, guionista, editor, cinematografista y actor.
LA OBRA DE TRIER:
Von Trier divide su obra, llamativa por el intento de rupturas con el establecimiento artístico, en planificadas trilogías: “Trilogía Europa” (“El elemento del crimen”, “Epidemia”, “Europa”), “Trilogía Corazones de oro” (“Rompiendo las olas”, “Los idiotas”, “Bailando en la oscuridad”). “Trilogía: Estados Unidos: tierra de oportunidades” (“Dogville”, “Manderlay”, “Washington” –por realizar-), “Trilogía de la depresión” (“Anticristo”, “Melancolía”, “Ninfomanía”), A Estas cuatro “trilogías” se agregan nueve largometrajes y cinco realizaciones para TV.
LA ÚLTIMA PELÍCULA DE LA TRILOGÍA DE LA DEPRESIÓN:
El danés Von Trier es guionista de sus películas y de las de otros. Ha funcionado usualmente bien. Sin embargo, en “Ninfomanía” se excede en su deseo de intelectualizar la estructura y los diálogos. Se atilda y se complica con rebuscadas citas científicas y símiles forzados, lo que fundamentalmente hace algo ridícula la participación del personaje de Seligman. Von Trier introduce diseños gráficos de imprenta para explicar al público ciertas tonterías de su guión, lo cual siendo interesante rompe el ritmo al lenguaje visual y aporta risitas sobre algo que se supondría enteramente dramático. Acota los apartes finales de sus escenas con detalles ingenuamente jocosos que, igualmente, parecen desvirtuar la seria intención de mostrar la génesis y desarrollo vital de una ninfómana. Una larga serie de “infantiles” toques de autor parece sobrar, con lo cual quizá la megaobra de cinco horas pudiera haber sido una muy aceptable y de duración normal. Sin embargo, aparte de los “polvos” reales, los generosos desnudos y las muy buenas actuaciones, se puede entender la razón por la cual Shia LaBeouf se enmascaró con una bolsa marcada “ya no soy famoso”, como crítica al hecho de que las preguntas de ruedas de prensa sobre la película se centraban solo en averiguaciones sobre las escenas de sexo explícito que, también parece ser, son lo que llama la atención a un sector del seudointelectual público.
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