viernes, 25 de enero de 2013

Oscares 2013: BESTIAS DEL SUR SALVAJE (BEASTS OF THE SOUTHERN WILD)

Quvenzhané Wallis, hace el rol de Hushpuppy, lo cual le merece la nominación como la más joven actriz en el Oscar, mientras que Dwight Henry es su padre, Wink. Hacen la mezcla de una actuación natural y una de estudio. Ninguno, sin embargo, tiene historia profesional.
Con una bicoca de presupuesto de US$1,8 millones, logra el joven director Benh Zeitlin (30), con base en guión de Lucy Alibar y su libro “Juicy and Delicious" (Editorial Barnes and Noble), realizar este drama de fantasía, mezcla onírica infantil, premiada en el festival Sundance. Se trata de “una olvidada y orgullosa comunidad instalada en una zona pantanosa formada por los meandros del Misisipi apartada del mundo por un inmenso dique”, con visos ambientalistas, ecologistas, de mirada a la pobreza con perspectiva de “realismo mágico”, de una historia interesante, aunque no muy consistente.
Pero ello se perdona, cuando se adivina que todo lo que el ojo de la cámara observa ha sido creado por artífices, artesanos, filmmakers, todos jóvenes y en un ambiente de creatividad que es el gran mérito del filme. Ver la película enriquece menos que tomarse el trabajo de estudiar el “detrás de cámaras”, donde todos los pequeños detales y efectos especiales son descubiertos. De la manera más informal, divertida y profesional, los “crews” realizan un producto que contrasta positivamente con la gran industria del cine industrial de la actualidad, Es este el gran mérito de “Beasts…”, haciendo recomendable investigar el “making” del filme.

Oscares 2013: OBJETIVO: BIN LADEN (LA NOCHE MÁS OSCURA; ZERO DARK THIRTY)

Kathryn Bigelow es una fémina hábil, directora de cine en temas que podrían catalogarse de muy masculinos. Es un talento de la acción y tiene una clara posición de defensa de los valores americanos frente al mundo. “The hurt Locker” ubicó en Irak al espectador, tratándo de explicarle violencia y razón política con un manejo interiorizante de la invasión en sus protagonistas, mediando como eje argumental la principal arma utilizada por el ejército americano y por la misma resistencia. En los primeros cinco años se explotaron más de ¡!! 1.000.000 de toneladas ¡”!!. de bombas. El Oscar le reconoció su destreza de filmmaker bélico y, ahora, cuatro años después logra contar la persecución y muerte del hombre más buscado del mundo desde el fatídico 11 de septiembre de 2001. Con base en fuentes fidedignas del Pentágono, “Zero Dark Thirty” describe el proceso de espionaje de pistas y dirección táctica de la operación para explicar este hecho al mundo en el camino de desmitificar la figura de Bin Laden. La mirada se hace desde Maya (Jessica Chastain), una agente de la CIA que ocupa una década en unir los hilos que habrán de conducir hacia el escondite del líder de Al Qaeda.
Chastain, es una cara conocida pero poco identificable hasta ahora. En “The help”, las gafas y el tinte de cabello no impidieron una buena actuación merecedora de nominaciones varias. Lo sorprendente es que en 8 de sus películas ha reunido poco más de 60 premios por actuación en los últimos 4 años. Lo cual lleva a investigar sobre su preparación académica, en la Escuela Juilliard de Nueva York que, según la más reciente estadística cuenta con tasa de admisión más baja de los Estados Unidos (5,96%), seguida por las Universidades de Yale y Harvard. De allí han salido personajes como Alan Greenspan, Christopher Reeve, Chick Corea, Val Kilmer, Laura Linney, Sara Brightman, Yo Yo Ma, Kevin Spacey, Robin Williams o Tito Puente. De estos niveles de exigencia académica surge la actuación parca, sería, expresiva sin mayores diálogos de Chastain, a tono con la seria puesta en escena de “Zero Dark Thirty” que le ha merecido a este film competir entre los mejores de 2012-2013, en actuación, guión original y otras nominaciones de carácter más técnico. La película contribuye al debate sobre lo lícito de métodos de tortura reconocidos. Están presente allí “waterboarding” o asfixia simulada poniendo sobre la cara una toalla que se impregna de manera continua con chorro de agua generando sensación de ahogo inminente, posturas estresantes como estar de pie y sostenido de las muñecas por lazos hacia el techo, el aislamiento, las agresiones verbales, la perturbación de los sentidos hasta perder la noción del tiempo, la privación de alimentos y agua, la exposición a temperaturas extremas, el agotamiento progresivo y la negación del sueño introduciendo al sujeto en una caja apenas para el tamaño de su cuerpo y manteniéndole despierto con golpes externos al receptáculo. Por esto y otros casos, como Guántanamo, el gobierno de George Busch jr., fue acusado de torturador por hechos entre 2003 y 2009, además de que al final de su período se llegó a proponer el hacer legal este tipo de prácticas (las anteriormente descritas) con justificación en razones de Estado. En “Zero …” es claro que la captura muerto de Bin Laden es lograda gracias a los datos acumulados mediante estos métodos, que en el filme se presentan de una particular manera y que, con perdón de muchos, pudiera estar soportando las razones Busch. La cinematografía de los procedimientos de tortura son entonces, quizá, el mayor logro de la dirección y el guión de esta película, sin que ello justifique atentados contra inalienables derechos humanos universales.