lunes, 28 de junio de 2010

PESADILLA EN LA CALLE ELM (Pesadilla sin fin IX)


Wesley Erl Craven de 71, realizó su personaje del linchado y quemado vengador Freddy Krueger (Robert Englund), en la cual participó el novato Johnny Depp con 21 años en ese momento, hace un cuarto de siglo.

Wes Creven es reconocido como fabricante de terror y creador de otra saga de éxito: Scream 1, 2, 3 y 4. Aunque The Hills have Eyes ya tiene dos y podría surgir algo con La última casa a la izquierda, también de su creación. La saga del asesino de las cuchillas llega a su parte 9: Pesadilla en Elm Street (1984), dirigida por Wes Craven; Pesadilla en Elm Street 2: La Venganza de Freddy (1985), por Jack Sholder; Pesadilla en Elm Street 3: Guerreros del Sueño (1987), por Chuck Russel (en 3D); Pesadilla en Elm Street 4 (1988), por Renny Harlin; Pesadilla en Elm Street 5 (1989), por Stephen Hopkins; Pesadilla Final: La Muerte de Freddy (1991), por Rachel Talalay; La Nueva Pesadilla de Wes Craven (1994), por Wes Craven; Freddy vs. Jason (2003), por Ronni Yu.

Esta nueva versión de las maldades de Jason vienen sin las facciones de Robert Englund (a quien vemos recientemente como el nuevo marido de la exesposa de Alan Harper en Two and a Half Men, en TV). ¡ Quién creyera que hacen falta sus facciones tras el maquillaje de las quemaduras ¡

Esta release 9, cuenta de nuevo la historia. Se puede leer sin consulta previa y tiene una aceptable producción. Aunque no es de afectos para muchos es un producto taquillero y representa un personaje icónico. La más barroca en su guión fue la 3, en tercera dimensión, y con toques eróticos.

¿Cuáles son las características de este nuevo filme? Básicamente es más claro en su lenguaje y pone al día las razones por las cuales Freddy se adentra en los sueños para asesinar. Acá queda claro el mensaje: Freddy sí era culpable y los padres tuvieron una justificación al haberlo linchado. Freddy no hace venganza de una injusticia cometida en su contra sino de la “deslealtad” de los que fueron niños y que podrían recordar sus abusos.

Este es casi un cine clase B, con un poster que vende y con adeptos aunque sea solo para ver sus continuismos, rupturas y modernizaciones.

PLAN B


El público de “Plan B” es totalmente contrario al que asiste a “Pesadilla sin fin…” Los últimos no están en edades de interesarse por inseminación artificial, hijos o compromiso de larga data. Además se aburren sin el rojo sangre.

Plan B es blanco matrimonio. Jennifer López es un buen producto para Latinoamérica. Imagen limpia, canta y baila con éxito y mantiene uno de los mejores cuerpos cuarentones que se recuerden. Le gusta la salsa, no cabe duda (remember Marc Anthony). Acá se enamora de un menor de 33 años dentro de una ola hollywoodense de mujeres mayores que sus parejas.

Plan B juega con elucubraciones acerca de la “moderna” inseminación artificial y el “desamor” de la edad madura. ¿Se pueden tener hijos a los cuarenta años? Sí. ¿Puede aparecer un príncipe azul a esta avanzada edad de una mujer y encima con embarazo ajeno a bordo? Sí. La única explicación, claro, es que el donante es desconocido.

Perrito discapacitado, tienda de mascotas, mujeres solteras en plan de madres, padres aburridos criando hijos, parques infantiles, mercados dominicales para empresarios mini, comidas románticas, pequeñas situaciones jocosas de infantilismo adulto y pasaron las dos horas.

Otro poster que vende por razón diferente a la de Freddy: el interesante perfil blanco de JLo.

lunes, 21 de junio de 2010

Algunas cifras de Elecciones Presidenciales

Población total 42.888.592
Inscritos 29.997.574
Votantes 1o. Vuelta 14.781.020
Votantes 2o. Vuelta 13.337.658
Santos 1o. vuelta 6.802.043
Santos 2o. vuelta 9.004.221
Mockus 1o. vuelta 3.134.222
Mockus 2o. vuelta 3.588.819

Abstención 1o. Vuelta 50,73%
Abstención 2o. Vuelta 55,54%

Aumento % Santos 32,37%
Aumneto % Mockus 14,51%



Disminución de votantes entre
Vuelta 1 y Vuelta 2 1.443.362
Aumento votantes Santos 2.202.178
Aumento Votantes Mockus 454.597
Traslado de otros candidatos
a los dos candidatos finales 1.213.413

sábado, 19 de junio de 2010

Santos -Mockus: libreta de calificaciones



Conocimientos ad hoc = los dos candidatos tienen sendos título honoris causa, el uno cuenta con tres maestrías el otro una.

Estudios formales = años de primaria, bachillerato y estudios superiores, respecto de la edad del candidato

Poder en Congreso = bancada con la que cuentan en el Senado para efecto de aprobación de propuestas

Experiencia burocrática años = años de ocupación de cargos públicos comparado con la edad del candidato

Programa de gobierno = evaluación cualitativa de la existencia de metas

Acertos conceptuales = medida inversa a los errores cometidos en debates públicos

Poder real = una suma de posición de clase y otros factores relacionados con la élite dominante

Concreción = precisión del discurso como revelación de conocimientos sobre el Estado

Experiencia asesores = medida cualitativa de lo que se ha revelado en la eficiencia y eficacia de asesores

lunes, 14 de junio de 2010

¿Santos o Inocentes?


La intolerancia y la intransigencia suelen ir contenidas en aquellos discursos proselitistas que si bien contienen muchas verdades, tienen siempre tras de sí argumentos ideológicos. Dice muy mal de un candidato que recuerde sus diferencias de clase con el contrincante, o acuda a la queja reiterada históricamente en forma de pregunta acerca de ¿cuándo los pobres heredarán la tierra?
El país colombiano muestra en la actual campaña electoral signos de alta participación en debate y análisis de propuestas, algo muy diferente de la abstención electoral, que depende de factores como el clima, los cambios en preferencias de última hora o del desprecio de la gran importancia que tiene el conteo del propio voto personal.
Pero, también, el país demuestra en esta última etapa, la segunda vuelta, que es una nación dicotomizada y que vive una cierta esquizofrenia de índole política.
La masa poblacional que cuenta solo con mayoría de edad no tiene las mismas experiencias históricas de la que lleva más de tres décadas de reconocimiento de la real situación política, jurídica, económica y social que le rodea. No es igual pertenecer a la generación que lo ha recibido todo de sus padres, que hace usufructo de la era de poder tecnológico en la mano del ciudadano común, y al cual el mundo se le representa globalizado en oportunidades y viajes, que ser de aquella generación que conoció del socialismo real, que observó el derrumbamiento del muro de Berlín y lo que esto representó, que se impactó con los magnicidios y genocidios en Colombia o que vivió los cambios derivados de la constituyente de 1991. No es igual pertenecer a las generaciones que conocieron de una verdadera discriminación política, de una nación autárquica y de una paz nominal pactada entre partidos tradicionales y amarrada a un pacto de alternación que ya no tendría validez actual frente a movimientos políticos coyunturales y al transfuguismo del voto.
Todo ello es dicotomía y esquizofrenia frente a las miradas al pasado, que también se ve en los enfoques hacia el futuro. Presente pasado y futuro no dejan de ser variables más filosóficas que temporales, más analíticas que reales. La división del país, que podría corresponder en parte al país nacional y al país político de Gaitán, y que ha variado con las épocas, se observa también en la visión del futuro y las perspectivas acerca del poder.
A futuro una generación sabe de los peligros hemisféricos, de los rescoldos de la guerra fría, del ave fénix nuclear, de los costos sociales acumulados en las instituciones existentes. La otra generación se siente prepotente sin capacidad de creación, se limita a orientar su voto emocional para alejarse luego a ver resultados alcanzados por manos de terceros.
Un país se dice incluyente porque defiende este valor social de accesos y oportunidades, de igualdades y equidades. Pero lo hace tras un discurso excluyente, con el pasado y con los otros. En un país en el cual más que a calidades se acude a cantidades, en el cual más que capacidades se busca apoyo en la plutocracia y en la burocracia, en el cual las titulaciones académicas pululan a pesar de las deficiencias en el acceso a la educación superior o en la poca cobertura educativa, en el cual la carrera meritocrática y la preparación intelectual, así como las competencias laborales, se exigen a todo aquel que se obsesiona por un ascenso o un reconocimiento social, mal está que, demostradas las pocas destrezas administrativas y conceptuales en campos jurídicos, económicos y políticos, no deban proponerse estas mismas para permitirle a un candidato hacer representación de la muy necesaria unidad política para los tiempos que corren.
El país no debe votar por simple reacción a los sucesos visibles de los recientes tiempos. Debe consultar y aprender de la historia no siempre evidente. El país debe votar localmente, pero con mirada global. El país no puede votar con sentimiento representacionista, sino con ánimo participativo. Se debe elegir no para dejar el poder en manos de un supuesto criterio basado en conocimiento invisible, en poca idoneidad en capacidad y preparación para el manejo de lo público. Se debe elegir para reconocer que existen un Estado y unas instituciones maduras que ha costado generaciones de evolución social alcanzarlas y a las cuales debe entenderse bien para acceder al poder. Mal se hace al votar por quienes no cuentan con las destrezas para el manejo de lo público y se apoyan en la creencia de que basta pensar bien para actuar bien.
En las presentes elecciones el colombiano y la colombiana deben orientar sus preferencias hacia quienes están preparados en las áreas del conocimiento que corresponden al gobernante y que identifican al hombre de Estado y al servidor público. Deben elegir mirando a la coyuntura internacional y hemisférica, a la onda de crisis y cambios que afecta al mundo desarrollado, a la realidad de una disminución de la violencia interna obtenida posiblemente con los únicos elementos que había a la mano y cuyas sinergias deben apaciguarse mediando el respeto por la juridicidad interna y la justicia internacional, en ese orden. Debe elegirse exigiendo al otro país que asuma el pasado, que entienda los riesgos del futuro y que se forme en el camino de las competencias necesarias para asumir el poder, con mayor responsabilidad, posteriormente.

sábado, 12 de junio de 2010

CHE I, CHE II



Dos partes de película dirigidas por Steven Andrew Soderbergh, 47 años, ganador del Oscar a dirección por Traffic, 2000. En ambas, la colombiana Catalina Sandino (María llena eres de gracia) es Aleida March de Guevara. Demian Bichir (Sexo, pudor y lágrimas) es un excelente Fidel Castro y Benicio del Toro (Wolffman) se luce bien como el “guerrillero heroico”. Franka Potente (Run, Lola, run) es Tamara Bunke o la mítica Tania, la guerrillera. Rodrigo Santoro (300, Carandiru) es Raúl Castro, el actual jefe de Estado en Cuba. Santiago Cabrera (Héroes, Merlin) es Camilo Cienfuegos. Jorge Perugorría (Fresa y Chocolate) es Vilo. Julia Ormond es Lisa Howard, periodista investigadora y presentadora de TV, interlocutora de Castro y Kennedy tras un documental sobre el primero, quien moriría a los 35 años por sobredosis de fenobarbital.

En la segunda parte, aparecen fugazmente Matt Damon (Bourne) como Fr. Schwartz y Lou Diamond Phillips (La Bamba de 1987) como Mario Monje, secretario del partido comunista boliviano. Joaquim de Almeida (Desperado, Sandino …) es el Presidente de Bolivia, René Barrientos.


La primera parte tiene como título “Che el argentino” y la segunda “Che: guerrilla”. Una transcurre en dos años hasta la caída de Fulgencio Batista en Cuba. La otra en la utópica búsqueda de revolución en Bolivia hasta la muerte de Ernesto Guevara. El basamento de los guiones son los diarios del mismo Che: Pasajes de la Guerra Revolucionaria y Diario del Che en Bolivia. Che I fue filmada en Puerto Rico y México, Che II en España.

Es un cine “naturalista”, con desapego de los cánones hollywoodenses, sin escenarios rebuscados, amparado en flashbacks en grises que imitan reconocidas escenas de la televisión de la época. Allí se encuentran las salidas de Fidel al balcón en Nueva York, la asistencia de Ernesto Guevara a sesiones de la ONU y sus discursos económicos y políticos. Escenas de ficción acerca de su entrada a Bolivia y la forma como enroló militantes de su pequeño grupo, reproducción de las escuelas de Sierra Maestra.



Del Toro justifica muy bien el galardón de Cannes en 2008, no es solo su parecido físico, sino su seriedad profesional de actor de primera línea en las ropas de un ícono mundial. Soderbergh logra plena objetividad con la cual en ningún momento se percibe misticismo o sectarismo. No hay parcialismo en diálogos o en la puesta en escena. La medida exacta de una realidad poco menos que espectacular se utiliza para no dejarse llevar de la grandilocuencia en pos de la taquilla.

No aparecerán en esta pantalla ni la infancia del mito, ni el famoso viaje en motocicleta, tampoco su recorrido por América Central, como tampoco su paso por México antes de pensarse a sí mismo como un insurgente o mucho menos como un diplomático en foros internacionales o un Ministro de Estado. Tampoco el ícono fotografiado por Alberto Díaz "Korda" el 5 de marzo de 1960, en La Habana y multiplicado en camisetas alrededor del mundo.

Quien asiste al “Che” tiene la oportunidad de recrear ante sus ojos un pedazo de la historia latinoamericana en dos períodos, de 1957 a 1966 en Cuba y de finales de 1966 a octubre 9 de 1967, en Vallegrande, Bolivia. Allí donde, prisionero, fue asesinado con nueve balazos y amputadas sus manos para identificación por la CIA. La fotografía de Freddy Alborta, del guerrillero que no parpadea ante la muerte, en un lavadero de la escuelita de La Higuera, no será representada pero si se habrá de percibir en la buena actuación de Benicio. Cine objetivo, documento inmejorable, sin prejuicios míticos de índole política o de carácter heroico. La parte I muestra los éxitos históricos de un hombre real, la parte II al Che de carne y hueso con errores humanos, valiente, pero soñador…

martes, 8 de junio de 2010

LA OLA "DIE WELLE"

Cuando en 1967 el profesor Ron Jones (personaje real de 69 años actualmente, quien ha pasado los últimos 30 años trabajando con personas con discapacidad mental) propuso a sus alumnos del instituto Cuberley de Palo Alto, en California, simular un régimen autoritario en su clase como historiador, para entender lo que significa la autocracia, desencadenó un hecho imprevisible en tan sólo cinco días de didáctica experimental.

Su propuesta como maestro dio como resultado un movimiento fascista a pequeña escala en el que se involucraron 700 alumnos de tres colegios alemanes, en un hecho conocido en la realidad como "La Tercera Ola".

El filme es dirigido por Dennis Gansel con el título de "La Ola" y en coguión con Peter Thorwarth, inspirado en los mencionados hechos reales que son desencadenados por el profesor, en la película interpretado como Rainer Wenger (por Jürgen Vogel).

Dennis Gansel ha dirigido también la interesante “Napola”, coincidente en el tema de las escuelas fascistoides del régimen alemán de entreguerras. A Jürgen Vogel se le ha visto también en “La suerte de Emma”, “Mi nombre es Bach” y la más reconocida “Good bye, Lenin!”. Jennifer Ulrich (“Mi vida empieza hoy”) y Max Riemelt (también de “Napola”) completan los roles principales.

El ejercicio pedagógico para aprender los conceptos de disciplina y comunidad, como simientes del autoritarismo fascista se convierte en un juego de roles con los trágicos resultados que, en la práctica, Ron Jones no esperaba que se dieran. Su carisma y simpatía no obligó a nadie a participar, pero generó un experimento demostrativo de la incidencia que puede alcanzar un docente en las mentes de alumnos deslumbrados por su personalidad y por el tema mismo desarrollado en clase: la organización de un movimiento denominado “La Ola”, que deriva experimentalmente en un microcosmos sobre la posible vuelta al Tercer Reich en la Alemania contemporánea. Los lemas de clase fueron "fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo" y las mentes juveniles maleables tendrían respuestas limitantes con ideas de clan, de partido, de militancia y de subcultura urbana, como se expresaría en la actualidad acerca de un fenómeno similar.

“La ola” se basa en el libro homónimo de Todd Strasser, escrito bajo el seudónimo de Morton Rhue en 1981. Es interesante anotar que encuestas realizadas, luego de la presentación de la película en colegios alemanes de hoy, respondieron a "si creían que esto sería posible hoy en día” con un 80% de afirmación, siendo “factible si el profesor es lo suficientemente carismático".

En la práctica real, el drama no se revela en las aulas de hoy, pues antes que hacer implosión local, como en el filme y los hechos que lo inspiran, se configuran en una influencia vital de las ideas políticas impartidas en las aulas por docentes con el suficiente carisma y “formación”. Cohortes de discentes, militancias políticas que se fraguaron en los salones de clase, sirven para explicar el espíritu que mueve muchos de los hechos históricos que cambian los destinos de un país. Pero también justifican el desear que el trabajo del maestro asuma elementos actitudinales de neutralidad que permitan el ejercicio del libre albedrío de las mentes más jóvenes.

La ola, un motivo para expresar; ¡ Docentes, dejad la rigidez de conciencia ¡; ¡Alumnos, menos culto al saber “escondido” y más criticismo!

CONSIGNAS, COLORES DISTINTIVOS, LOGOS, OLAS??? MUY INTERESANTE !!!

EL SECRETO DE SUS OJOS






Una película con los ingredientes necesarios para llevar masiva asistencia a los cines. Con 16 nominaciones y 12 distinciones de la Academia Argentina, 4 del círculo de escritores de España, 9 premios Clarín, Mejor película extranjera de habla hispana y mejor actriz revelación en los Goya (9 nominaciones), 13 premios Sur, 5 premios en el Havana Film Festival. Sendas nominaciones en el Unión de Actores Hispanos y el Golden Seashell de San Sebastián.

Un filme con elementos competitivos: buena fotografía, ambientación, escenografía, personajes muy definidos, suspenso, trama policial, visos profundamente románticos, déja vus políticos, respaldo musical original para Irene (de Federico Jusid), asesinatos, atentados, cuestionamientos al sistema penal, crítica implícita al burocratismo oficial, diferencias de clase como obstáculo al amor, desplantes histriónicos, lenguaje con atronantes vulgarismos reiterados pensando en su traducción al inglés, y muchas escenas impactantes. La buena actuación de Soledad Villamil, probada en la escena en que pareciendo defender al sospechoso lo obliga a delatarse. El tan admirado plano secuencia de 6 minutos, sin que se noten cortes, 200 extras y el programa Massive con supervisión de efectos visuales de Rodrigo Tomasso, que va desde la vista aérea del coliseo, pasando por gradería, yendo a escaleras y baños, volviendo a la gramilla en épica persecución. O, recordando a Toma Hanks en Forrest Gump, Javier Godino (el asesino Isidoro Gómez) aparece en el palco tras la real Isabel Perón presidenta argentina en 1974. Varios asesinatos, nada gratuitos, al mejor estilo de los años cuarentas llevado a los setentas.

Los roles principales son de Ricardo Darín (recordado en Colombia por Nueve Reinas, El hijo de la Novia, Kamchatka, tiene una cincuentena más) y Soledad Villamil (Un oso rojo y una docena más), con tres premios como actriz por esta película. Dirigida por Juan José Campanella, quien participa en producción y montaje, además de un importante coguión con Eduardo Sacheri sobre su novela “La pregunta de sus ojos”. Palpable su intereses futbolísticos en varios libros de cuentos y acá en la referencia a jugadores del Racing Club que sirve de pista parcial hasta llegar a la cancha nocturna.

Los juzgados penales, las jocosas respuestas telefónicas de Sandoval al teléfono, la presión a inocentes, las oficinas de gobierno, el tinterillo llegado a elevado cargo que revela la justicia “premio” a cambio de espionaje carcelario a miembros, de Montoneros se supone, entre otros muchos detalles de la problemática sociales de la Argentina, hacen de la película algo tan universal que la contextualizan para otros países.

Benjamín Espósito (Ricardo Darín) hará conjunción de su vida personal con la investigación del crimen de una bella mujer, violada y asesinada. Su esposo viudo Ricardo Morales (Pablo Rago), devastado, contribuye a que Espósito se involucre aún más ayudado por su asistente alcohólico Pablo Sandoval (Guillermo Francella), con la complicidad de Irene Menéndez-Hastings (Soledad Villamil, cantante de magnética mirada), su jefe, …. quien pareciera justificar el título de la película.

Una trama con circunvoluciones in crescendo, llevarán al castigo y al amor … que “costará trabajo”, a pesar de todo, luego de haber estado tras esos hermosos ojos que rondan de principio a fin.
La película compite por el Oscar con “A prophet” (Francia), “The white ribbon” (Alemania), “Ajami” (Israel) y “La teta asustada” (Perú). Solo problemas de lobbying o de distinción a discursos “políticamente correctos” podrían impedir que Argentina, luego de haber estado presente en seis oportunidades y haber sido premiada con “La Historia Oficial” hace ya un cuarto de siglo, gane este año.

nota: !!! y Ganó !!! está de nuevo en cartelera !!!

viernes, 4 de junio de 2010

LOS NIÑOS DE LA CHINA (The children of Huang Shi)


Bajo la dirección de Roger Spottiswoode (The 6th Day y Tomorrow Never Dies), la estelarizan Jonathan Rhys-Meyers (The Tudors, Elvis, Match Point), Radha Mitchell, Chow Yun-Fat y Michelle Yeoh (De El Tigre y el Dragón) y Li Guang. Es una bella película, buen presupuesto, magníficos paisajes, algunas escenas sorprendentes. Pero algo falta.

¿Será un cierto ritmo sin dinamismo? ¿O el bajo carisma del personaje central? El periodista británico George Hogg, ayuda durante la invasión japonesa a China en los años 30, a un grupo de huérfanos a escapar tanto del ejército invasor nipón como también de los propios chinos nacionalistas en lo que se denominaría una “pequeña Gran Marcha” de más de 1000 kilómetros a través de nieves y desfiladeros, en medio de una guerra que busca militantes adolescentes y niños para usarlos como carne de cañón.

Una historia real, bien producida, sin exageraciones dramáticas y escénicas, pero con algunos lugares comunes que pueden no llenar satisfactoriamente las dos horas del espectador expectante. El mejor rol, Jack Chen, interpretado por Chow Yun-Fat, es el salvador del periodista. Este se refugia en el orfanato de Huang Shi, para luego iniciar la marcha que, finalmente adultos, recordarán sus protagonistas. Válida por su escenografía y su eje histórico.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Algunas remembranzas de un período histórico que no se deben repetir

La independencia de mayo

Hace 200 años, en mayo de 1810, se dió la independencia de Cartagena a través de un hecho reconocido, pero poco difundido: el Comisario Don Antonio Villevicencio dió su asentimiento a la petición del Cabildo de que se compartiera el gobierno de la provincia con el Gobernador Don Francisco Montes y otros dos diputados, uno español y el otro criollo. Ante la negativa del Gobernador a compartir el poder con el Cabildo, el Comisario lo encarcela para luego remitirlo a La Habana.

Es luego de este hecho que, al saberlo alborozados, los santafereños esperan darle la bienvenida al Comisario Villevicencio por su gesto de independencia y usar su apoyo en la creación de la Junta de Gobierno. Es para este agasajo que se pide prestado un florero el 20 de julio…. lo demás es historia mejor conocida.

La Patria Boba comienza con el Bicentenario

Es interesante recordar que el período tan sonado denominado de la Patria Boba se inicia en 1810 y termina en 1815, por inexperiencia de los neogranadinos en el gobierno, por su ingenuidad política y por la demora en la búsqueda de la unión para defender la libertad recientemente alcanzada.

Reconocer la historia, se ha dicho, es evitar repetirla !!!

Todos los candidatos a la Presidencia de la República demuestran altos niveles de intelectualidad


¿Qué es un intelectual? Alguien dedicado al estudio de las circunstancias reales, a una reflexión crítica sobre las mismas y a la aplicabilidad de la teoría a la práctica social. Sin apego a materialismos de toda índole, puede recordarse a Antonio Gramsci de sus escritos políticos y de la cárcel, quien estimó que el intelectual orgánico tenía como labor la justificación ideológica de la superestructura político-ideológica existente, en beneficio del predominio social de la clases dominantes, pero que no al no haber actividad humana de la cual se pueda excluir de toda intervención intelectual, no se puede separar al homo faber del homo sapiens, y todo intelectual sea artista, filósofo, literato, maestro, también puede optar a hacer parte del Estado y de la sociedad política. Los intelectuales tradicionales y los orgánicos, dentro de la sociedad civil o del partido político, tienden a convertirse en intelectuales políticos calificados, dirigentes, organizadores que orientan al desarrollo orgánico de una sociedad integral, civil y política.

Actualmente en Colombia se encuentra la mejor propuesta de intelectuales candidatos que se ha visto en su historia. Antes, el país se había podido ufanar de tener en la presidencia hombres de gran cultura, con grandes ventajas comparativas frente a dirigentes de otros países latinoamericanos, incluso al hacer un repaso de época se encuentra que las calidades, subjetivas y objetivas, de nuestros gobernantes superaban en muchas oportunidades las de otros varios dirigentes en nuestra vecindad. No obstante, el mundo ha cambiado exigiendo otras cualidades a quienes optan por el liderazgo del Estado, como una mayor formación académica, más larga experiencia, conocimientos integrales e integradores en derecho, economía y relaciones internacionales y gran criterio político. Las opciones individuales entre las cuales se escogerá el 30 de mayo, y en una eventual segunda vuelta electoral, son de la mejor calidad intelectual respecto a estos factores.

Estos candidatos son intelectuales, todos. Tienen una lucida hoja de vida, conocen las estadísticas de los hechos nacionales, se informan de los estudios técnicos elaborados a alto nivel, los comprenden, los evalúan, los critican y escogen por una posición personal ya enriquecida. Despierta cierto orgullo nacional ver la altura de los debates, la precisión en conceptos e ideas, la ausencia de ataques personales y la capacidad de criterio de decisión con que cuentan como hombres, y mujeres, de Estado. Son todos ellos intelectuales de formación académica, escritores de artículos y libros, de los cuales habrá que escoger quien parezca aplicar la mayor representatividad popular posible, tenga las mejores relaciones con el Congreso y oriente la simple hermenéutica de la letra a la complejidad de las relaciones estructurales de un Estado que cuenta con las suficientes instituciones y ha alcanzado la mejor conciencia de la importancia de la seguridad jurídica. Que consulte la cultura nacional antes que el apego a orientaciones estatales del pensamiento ciudadano que pudieran llegar a parecer autoritarismo y anacronía dentro de una democracia pluralista, que es el mejor patrimonio nacional demostrado en campaña.

Todos son intelectuales. El votante no puede orientarse por el “conocimiento inútil” o el “saber escondido”. Solo lo revelado vale para depositar un voto. Nada habrá luego de las elecciones que no se haya debatido y aclarado ya y por ello el voto deberá ser de conciencia.

El electorado debe olvidar la idea de que su escogido irá a “sorprender” posteriormente en el ejercicio del poder. No se debe votar con expectativas diferentes a las que ya han sido expuestas en los medios, no hay nada ya tras lo expresado. Esa transparencia que ha tenido el proceso electoral permite evadir los mesianismos y populismos, enfrentando la realidad con la pragmática intelectual que todos y cada uno de los seis principales candidatos ha demostrado y que los otros tres demuestran conocer también.

No al voto útil (votar por el que la mayoría supone que va a ganar).
No al primivoto sin información (quienes votan por vez primera pensando que todo lo pasado es retrógrado).
No al voto clientelista (la opción a preferencias burocráticas o económicas).
No al voto en blanco (que es legal pero aporta muy poco).
No al voto nulo (con trampa o triquiñuela).
No al voto impugnable (por suplantación de identidad).
No al voto coactivo (obligado o amenazado).

SI al voto de conciencia, por el candidato de preferencia puramente personal, consultando los intereses nacionales, sin presiones mediáticas o de medición de tendencias.

jueves, 20 de mayo de 2010

MONGOL



EL PERSONAJE

El histórico personaje de Gengis Kan se relaciona con una sonada capital de hoy, Ulan Bator, capital de Mongolia un país con la misma extensión geográfica de Colombia pero una población 15 veces menor en la actualidad.

Ese Gengis tenía como nombre Temüdjin ("el mejor acero") antes de ser Kan y entronizado como emperador de los mongoles en 1206. El personaje antagónico fue Jamuga, un joven noble que realizó juramento de anda o “hermano jurado” con Temüdjin. Esto ayudó a su anda a subir posiciones hacia el poder. Togrhul, Kan de los Keraitas, aceptó a Temüdjin como un jefe de segunda fila. Un incidente que afianza más el poder de Temuyin es el de Börte, su mujer raptada por un clan merkita, ante lo cual pide apoyo militar y Jamuja con su clan le ayuda, aunque con el tiempo se dará la separación de este con su anda. Por motivos de linaje, carisma y posición, muchos clanes de Yamuja se ponen bajo el mando de Temuyin. Este es el mundo argumental de “Mongol”.

El papel histórico de Gengis es haber logrado la unificación de Kiutes, Taieschutos, Keraitos, Naimanes, antes de ser proclamado como rey de Mongolia. Luego de la guerra contra la coalición de Yamuja somete a los Merkitas, acaba con los tártaros, muere Yamuja, somete en la siguiente década Kirguises, Uigures y Kitán. Conquistado el Reino Xia Occidental, aprendió tácticas de asedio de grandes ciudades invade el Imperio Jin, el mayor y más poderoso estado chino conquista el norte de este país y saqueando Pekín. Invade el Imperio corasmio entre 1218 y 1223 y conquista Asia Central, Persia y Afganistán.

Gengis Kan (1162 - 1227) funda así sin predecesor el primer Imperio mongol, el más extenso de la Historia, desde Europa Oriental hasta el océano Pacífico, y desde Siberia hasta Mesopotamia, la India e Indochina. La Mongolia de hoy solo es un remanente minúsculo que recuerda su nombre primigenio, pues Rusia y China representa gran parte de lo que fue el imperio mongol.

EL CINE

En 1965 Stephen Boyd (reconocido como Mesala, el antágonico de la monumental Ben Hur de 1950) hizo Jamuga y Omar Shariff (reconocido por Doctor Zhivago o Lawrence de Arabia en los años sesentas) hizo Temujin (Gengis Kan), acompañados de nombres, quizá ya olvidados, como Eli Wallach, Françoise Dorléac (la francesita como Bortei) y Telly Savalas (el famoso calvo griego de la colombina en Kojak).

En 1992 , Richard Tyson, Charlton Heston (Ben Hur), Pat Morita (Maestro en el Karate Kid), protagonizaron la segunda película digna de mención sobre el tema.

Hoy, en 2007, Arif Aliyev coescribe el guión y Sergey Bodrov (Ruso de 62 años) escribe, produce y dirije “Mongol”. Este film ha sido premiado una decena de veces por vestuario, sonido y cinematografía, entre otros aspectos técnicos.

LOS TECNICISMOS

El hemisferio “occidental” es un concepto que en el mundo globalizado se rechaza pero que existe en la realidad. Los productos anglosajones estetizan, imponen íconos, dan forma e imagen a los personajes históricos y llenan de lugares comunes la evolución de la civilización humana ante los ojos de este lado del mundo.

“Mongol”, a diferencia de los productos fílmicos citados de 1965 y 1992, es un producto “oriental” en el cual los personajes no son representados por americanos, árabes, franceses o japoneses, sino por mongoles verdaderos. Su morfología de talla pequeña, ojos rasgados y lengua original, transporta a los escenarios de desiertos y estepas reales, con un diseño de vestuario que siempre, pero ante todo a partir del centésimo minuto, es digno de destacar. La figura del Kan no es grandilocuente, el argumento no se adorna con proezas que impresionen al público, los caballos son objetivamente protagónicos, los relevos en el poder se apoyan en la tendencia humana a respetar ascendientes nobles y la fuerza de las armas “nobles”, también, como la daga o la espada.

La actuación es natural, con lógico ascendiente de la escuela Stanislavski, reforzada por la ausencia de montajes de ornato expresivo o poético. La cámara usa de planos generales y panorámicos, para los bellos paisajes, o de planos cortos para la figura humana, pocos close-up, mucha visión frontal que introduce al espectador en una escenografía bien naturalista. No se usan travellings exagerados, el mundo se mueve delante de los ojos. Los sangrados y heridas son cautelosos a la vista pero impactan, los ejércitos y las tormentas no son producto, así parece, de efectos digitales notorios.

El cinéfilo debe conocer del personaje antes de visualizar “Mongol”, pues allí solo se sabe de Gengis en el título, llevando a creer a alguna ahistoricidad que el filme no tiene. Posdata: esta historia real del mundo “oriental” se desarrolla sobre los años 1200 de manera casual y paralela al personaje muy “occidental” y posiblemente ficticio, del “Robin Hood” que impacta en la cartelera actual.

lunes, 17 de mayo de 2010

ROBIN HOOD


Robin de Locksley, Robin Fitzhood o Robin Hood (petirrojo de capucha) el arquero de Sherwood, es un personaje de baladas y leyendas medievales inglesas. No se ha confirmado algún referente real de este personaje, al que sin embargo se liga con la historia inglesa. Su origen literario data de 1377 en Pedro el Labrador (Piers Plowman) de William Langland . Adquiere un título de nobleza “de Locksley”, Conde de Huntington alrededor de 1190, cuando el rey Ricardo Corazón de León, hermano de Juan Sin Tierra, parte a Jerusalén en la Tercera Cruzada. Robin es un rebelde sajón que combate a los señores normandos en Ivanhoe de Walter Scott en 1819. El Pequeño Juan, el fraile Tuck, Will Stutely. Marian ha sido vista desde jovencita sumisa a sediciosa y Robin como bandido o resistente por causa justa.
Otra variante del cuento consiste en que Thomas, conde de Lancaster, se alzó en armas con sus súbditos, entre ellos Bob Hood, contra Eduardo II de Inglaterra, fue vencido y Robin se refugió en Barnsdale, cerca a Sherwood. Robin atacaba a los comerciantes que pasaban hasta que el propio rey y otros nobles lograron que prometiera fidelidad al soberano.
En el reinado de Juan, rey de Inglaterra entre 1199 y 1216, los historiadores creen que era la forma genérica de denominar a los bandoleros de los bosques. Otra versión es que el noble Robert de Kyme, 1210 y 1286, era Robin. South Yorkshire y el condado de Nottingham y el bosque de Sherwood, que reciben turistas de todo el mundo, puede haber sido la localidad real del personaje. El príncipe Juan se enamora de Mariana, la busca y quema el castillo de su padre, luego de lo cual Robin Hood y sus amigos encuentran un caballero desconocido, el Rey Ricardo que vuelve de la Tierra Santa, quien devuelve sus títulos nobiliarios a Robin quien después puede casarse con su amada.

En este punto es que parece comenzar nuestro Robin Hood 2010. En el cine ha sido interpretado por galanes y héroes de la pantalla desde Douglas Fairbanks 1922, Errol Flynn 1938, Russel Hicks 1938, Richard Todd (ex de Liz Taylor) 1952, Sean Connery (007) 1976, Kevin Costner 1991. Ahora lo hace Russell Crowe acompañado, con excepciones, de caras no muy conocidas.
Cate Blanchett (Oscar por su Elisabeth) es Lady Marion, viuda de Sir Robert Loxley, Mark Strong es Sir Godfrey, Oscar Isaac es el rey Juan de Inglaterra, William Hurt (Historia de violencia; Beso de la mujer araña) es William Marshal, Earl de Pembroke, Danny Huston hace Ricardo Corazón de León. Eileen Atkins es Eleanor de Aquitania. Max von Sydow (Shutters Island, Minority Report, o la histórico El Séptimo sello) es Sir Walter Loxley, Matthew Macfadyen es el Sheriff de Nottingham, Kevin Durand es Little John, Léa Seydoux es Isabella of Angoulême, esposa de Juan.

El guión es de Brian Helgeland (Bourne supremacy). El argumento es ficción de grupo e imagina lo que sucedió antes de que Robin fuera declarado un fuera de ley por el Rey Juan al mismo tiempo que reniega de firmar la deseada Carta Magna a la que se había comprometido con sus caballeros luego de rechazar un intento de invasión de los franceses. Marian es viuda, su padre induce la unión con Robin, se agrega el supuesto de que el padre del personaje fue un libertario, se supone que Robin suplanta al esposo muerto de Marian para devolver la corona del difunto Corazón de León a su madre, se especula con espionaje e invasión instigada por Felipe rey de Francia (que dada la ahistoricidad de la película puede ser el I o el IV).

El cine, este es un buen ejemplo de ello, se ha convertido en el principal sustentador de los antiguos cantares de gesta francos y britanos, pero también alemanes y españoles. Las aventuras de héroes del Medioevo, del siglo X en adelante, eran divulgados por la juglaría y, con el correr de los tiempos les iban siendo incorporadas anécdotas históricas y hazañas inciertas. Carlomagno, en el Cantar de Rolando, Guillermo de Orange, Carlos Martel (Robine esgrime un martillo de batalla, siendo arquero, en alguna escena del filme que nos ocupa), el cantar de los nibelungos o El Cid, el Beowulf, Guillermo Tell, Arturo y su Mesa Redonda, o Robin Hood, son ejemplo de que el cine “juglar” ha optado por “contar lo no contado antes" haciendo especulación fuera de la historia y la literatura, acerca de antiguos o nuevos héroes para mantener sagas necesarias.

La dirección de Ridley Scott, la cinematografía de John Mathieson, la edición de Pietro Scalia, la producción de Scott Free, Imagine Entertainment y Relativity Media. La música es de Marc Streitenfeld. Así, se encuentran nuevamente actor, director, cinematografista y editor de la recordada “Gladiator”. La expectativa de lograr con US$ 243 millones de inversión lo que se obtuvo con el Gladiador del 2000 pudo ser un error de los productores. La remembranza del premiado personaje de Crowe puede ser un gancho para la taquilla de este film, inicialmente, pero luego decaerá fácilmente. Dos horas largas de cotas de malla, armas, luchas cuerpo a cuerpo, escenas de batallas costeras, cabalgatas, todas fotografiadas mediante los paneos clásicos de Ridley Scott no alcanzan a emocionar.

Crowe y Blanchett son grandes actores, pero acá no hay exigencia histriónica. El guión no llega a conmover en ningún momento. La música solo es incidental no sentimental. Hecha con toda la honestidad del equipo de producción, la película solo alcanza la emotividad de un documental de History Channel. Con el atrevimiento que conlleva, se puede afirmar que hay un error vital en el guión, que intenta un clímax solo a partir de hora y media. Los diálogos son poco eficientes en su contenido, sin riqueza literaria aunque con coherencia argumental y cumpliendo simplemente su objetivo descriptor.

Los simbolismos de Ridley se repiten: el perro en el campo de batalla, las puntas flameantes de flecha, las cabalgatas en bajada dentro del bosque, la luminiscencias traseras de las arboledas, la niebla semioscura en los altos y delgados árboles, el destacado caballo blanco, las panorámicas de caballería, las oportunas ayudas en el campo de batalla, las burdas costuras de las heridas, los velos de las alcobas, el héroe que emerge de las aguas y una secuela de recursos visuales ya reiterados.
¡Qué magnífico audiovisual el de los créditos finales! Utiliza el logo de Scott Free, la empresa del director, de manera extendida para recordar algunas escenas. Hubiera sido excelente como comienzo del filme, sin duda alguna.

domingo, 16 de mayo de 2010

TRES MONOS


No escucho. No veo. No hablo. Ello explica el título de este interesante filme turco, que hace referencia a los conocidos tres monos originales de una escultura de madera en el santuario de Toshogu, al norte de Tokio en Japón, cuya reproducción tiene múltiples versiones decorativas desde el siglo XVII. Los monos (saru) se llaman Kikazaru (no oye), Iwazaru (no habla) y Mizaru (no ve).

Pero, en la película que nos ocupa, la referencia se hace respecto al padre, la madre y el hijo de una familia común de clase media baja. Nuri Bilge Ceylan (51 años) y Ebru Ceylan (su esposa) realizan un coguión para que el primero lo dirija (se le recuerda por “Los climas”).

La escenografía es urbana, solo para respaldo de los actores. Nada más. El lente no se pasea ni adorna. Los objetos no se ubican de manera pretenciosa. Ceylan es el más natural de los filmakers que se pueden hallar hoy, con una indudable influencia del estilo francés. Ha sido premiado tres veces en Cannes y ahora en 2009 fue uno de sus jurados. La película fue coproducción turcofrancesa nominada a los Oscares de 2008 para mejor película extranjera.

La pequeña familia turca retratada por los Ceylan de manera magistral, no requiere de efectos especiales ni música de fondo. Con cámaras fijas, la mayor parte del filme es estructurado en largos silencios, elocuentes rostros y miradas que comunican hondamente. Ceylan trabaja al límite del minimalismo sin restar capacidad de transmitir y absorber.

Ninguno de los tres personajes principales quiere reconocer su condicionamiento al dinero del político que quiere salvar su candidatura del descrédito por un homicidio automovilístico accidental. El padre paga cárcel por un pago mensual y una suma final. La madre resulta infiel por interés y enamorada por destino. El hijo acepta ser sobornado a través de la madre. Padre e hijo se cuestionan la intermediación de la madre en la venta de sus conciencias, pero alzan el dedo acusador contra ella misma. Amor conyugal y amor filial se traicionan por tácito y mutuo acuerdo. Ninguno de los tres tiene la valentía de rechazar la común ruptura de valores, aunque la frase redunde.

Este microcosmos de “Three monkees” refleja una situación que no siendo generalizable es de carácter universal. El poder del soborno enfrentado a las necesidades humanas, en forma de dinero o de sexo, destruyendo dignidades y valores familiares ante lo cual la defensa de los débiles es ensordecer y enceguecer, en silencio.

CUARTO CONTACTO (fase o tipo, dependiendo del país)


En la onda de “La Bruja de Blair”, “RECs”, o “Actividad paranormal”, este producto mejora la factura y llega a ser algo más creíble si el motivo final del argumento no fueran los extraterrestres que inundan la ficción científica, escrita o fílmica.

Milla Jovovich se ubica en el número 49 de los Estados Unidos, Alaska, para intentar convencer al público que los Unknown Flying Objects, UFOs, resultado de las investigaciones de Josef Allen Hynek (1919-1986), además asesor de Steven Spielberg en “Close Encounters of the Third Kind” (hace ya 33 años), se deben a la existencia de seres extraterrestres. Esos seres nos vigilan, nos visitan, nos contactan, o nos secuestran (en Ufología, las abducciones alienígenas).

La doctora Abigail Tyler juega con el público en tres dimensiones temporales. La primera es una falsa grabación de videos que se nos presentan como reales, La segunda, es la dramatización paralela de los mismos (la propia película, en la cual se incluyen los primeros) y la tercera somos los desprevenidos miedosos que creeríamos que la primera es cierta. La doctora Tyler del video presenta una cara terrorífica, por famélica y alienada, que busca convertirse en ícono del terror cinematográfico, compitiendo con la chica del “Aro” cuya cabeza semioculta con un largo cabello ha asustado tanto a orientales y occidentales.

Con algunas remembranzas de Linda Blair en “El Exorcista”, se acude a lugares ya comunes de la historiografía del cine de miedo. Uno es la voz ronca que nos habla desde el otro mundo, en este caso, dentro del universo celeste, a través de un humano. Otro es la levitación que genera el conocido daño de unas vértebras a quien la hace sin su propia voluntad. Finalmente, de otros filmes, la sombra redonda y oscura del platillo que vuela.

Escribe y dirige Olatunde Osunsanmi, su ópera prima, filmando en Bulgaria y California, lo que es denominado un “bulo” o noticia falsa. Charlotte Milchard, la actriz ficticia que hace el rol de la doctora Tyler, en el video, es producto de noticias creadas para la promoción del filme.

El juego consiste en crear un mundo ficticio que circule mediáticamente (periódicos, radio, internet). Luego aceptarlo como real y recrearlo cinematográficamente. Agregar un accidentado manejo de cámara o un video en tonos ocres que sirva de falsa evidencia. Posteriormente jugar con simples sorpresas que se conviertan en sustos para el desprevenido espectador, no sin antes hacerlo pasar por la taquilla, para pagar por una chocolatina regular con un último mordisco sin sabor.