Los directores Mehdi Charef, Emir Kusturica, Spike Lee, Kátia Lund, Jordan Scott- Ridley Scott, Stefano Veneruso, John Woo, se unen para aportar a través de Francia e Italia como productores, un documento que “denuncia” la realidad infantil de las grandes ciudades a través del mundo. En medio del conflicto africano, del problema serbio croata, de la pobreza de Brooklin, del reciclaje en Sao Paulo, de los enfrentamientos en la comunidad británica, del raponeo en las calles napolitanas y del vacío consumista japonés, están los niños invisibles a los adultos.
En otro orden, Tanza es soldado, Uros es gitano, Jonathan será fotógrafo de guerra, Little Cat es vendedora de flores, Blanca es una adolescente VIH; Ciro es raponero callejero, Bilu y Joäo son recicladores. Todos reflejan la relación despiadada de los adultos con las cosas y los placeres. El consumo y el escapismo dan origen a una generación que sufre la irresponsabilidad de los mayores. Están esos niños ahí, sin voz ni posibilidad de incidir en un futuro más positivo, no importan.
Los niños son resultados de placeres adultos, que acompañan vidas frustradas, que viven del desecho de la generación que los antecede y que sobreviven el hoy en anuncio de que algo anda mal en la desorientada carrera competitiva de sus padres. Los grandes son perdedores, todos. Los pequeños recogen estas pérdidas para convertirlas en una ganada experiencia que ojalá les conduzca a un mundo mejor, pero que no será mérito de quienes solo mueren sin fruto alguno.
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