martes, 6 de octubre de 2009

¿Porqué se premia a un Ministro de Hacienda y Crédito Público?


Corresponde al Ministerio de Hacienda y Crédito Público participar en la definición y ejecución de la política económica y fiscal del Estado, coordinar con la Junta Directiva del Banco de la República, preparar proyectos de acto legislativo y ley del Plan Nacional de Desarrollo y del Presupuesto General de la Nación, coordinar, dirigir y regular la administración y recaudación de los impuestos. También apoya al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo en sus funciones, vigila el uso de recursos públicos administrados por entidades privadas, administra el Tesoro Nacional y atiende el pago de las obligaciones a cargo de la Nación, además de fijar las políticas de financiamiento externo e interno de la Nación, las entidades territoriales y las descentralizadas, participar en la regulación del sistema de seguridad social integral y una “etcétera” de funciones de coordinación con organismos descentralizados y superintendencias. Igualmente, administra el Fondo de Organismos Financieros Internacionales, FOFI, creado desde 1996 para asegurar el pago de compromisos financieros con entidades internacionales, emite y administra títulos valores, bonos, pagarés y demás documentos de deuda pública, vende o compra en el país o en el exterior títulos valores del Gobierno Nacional y otros activos de reserva.

Es quizá sólo por el desempeño de estas últimas funciones financieras que la publicación Emerging Markets, del Grupo Euromoney, eligió al ministro Oscar Iván Zuluaga, como el “Ministro de Hacienda del año en América Latina”. Nominado por inversionistas, banqueros, economistas, agencias calificadoras y académicos, resulta ser uno de los dirigentes de mercados emergentes ganadores en la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial en Estambul, Turquía, 2009, en la ceremonia llamada "Annual Awards Reception Finance Minister and Central Bank Governor Ofthe Year".

¿¿???Porqué se distingue a un Ministro de Hacienda que regenta una deuda externa colombiana que sobrepasa los US$47.000 millones y representan poco más del 23% del PIB, cuatro puntos más que en 2008, la cual está constituida en cerca del 71% en moneda nacional y 29% en otras monedas externas, más una deuda externa del sector privado mayor a US$17.000 millones? De dónde la propiedad de poco más de 8.403.715 afiliados al Régimen de Ahorro Individual con solidaridad, correspondiente a $56 billones que a septiembre de 2008 constituyen el Fondo de Pensiones obligatorias (12% del PIB), está invertidos en títulos emitidos por la Nación, 45% en TES de tasa fija a largo plazo, cerca de un 25% en acciones o renta variable local, alrededor del 20% en renta fija local tipo CDTs u otros bonos, un 10% en activos en moneda extranjera. Al comenzar el periplo Uribe era de casi el 90% la inversión en títulos de renta fija. Antes de ello, la emisión de TES había sido de unos $15 billones (1998-2001), luego de unos $11 billones (2001-2003) y ahora, con Uribe y Zuluaga, unos $90 billones (2004-2009), 20% del PIB, con un promedio anual “cuadruplicado”.

Se le premia, desde afuera y por parte de “stakeholders”, por ser un Ministro que ha sabido entrar en los riesgos financieros de renta variable bursátil, que han demostrado ser culpables de la mayor crisis mundial reciente, por emitir papeles arriesgando el futuro de las generaciones y acumulando una enorme deuda social, por apostar con el ahorro del privilegiado 16% de colombianos que tendrían una pensión al final de sus vidas y por apoyar la política de indisciplina fiscal populista que concede contratos sobrevaluados a los más favorecidos y siembra sin medición de riesgo las “platicas” que pertenecen a todos orientándolas a unos pocos diseminados en el confín de los municipios, con el fin de cosechar voticos a favor de la reelección antidemocrática, claramente marcada por reformas constitucionales clientelistas en el legislativo y por la “bursatilización” de las finanzas estatales al mejor estilo de Wall Street.

viernes, 2 de octubre de 2009

Del cine ... al teatro, a propósito de "39 escalones"


Se hablaba de las siete artes griegas como la arquitectura, escultura, pintura, música, danza. literatura y teatro. Quizá por ello, la cinematografía, ha sido denominada como el séptimo arte debido a su origen en el teatro mismo. Hoy en el curso del tercer milenio, de la edad de las tecnologías de la información y la comunicación, TICs, del auge del audiovisual y las ayudas multimedia, se acepta tímidamente a la fotografía como un arte más, algunos no están de acuerdo. Así como de la historieta como un nexo entre la pintura y la literatura, o muchas otras combinaciones conceptuales.

Lo que caracteriza a la actual posmodernidad es quizá lo ecléctico, lo simbiótico y la fusión. Si la literatura tiene desarrollos parlantes se denomina stand-up, o bien cuenterismo, si la escultura invade las calles y arquitectura es paisaje urbano o urbanismo, si la pintura se presenta en multimedia es ciberarte, si el teatro se lleva al cine hace parte de su dramaturgia aunque grabada, si el cine se lleva al teatro ¿Qué será?

Muchos éxitos cinematográficos han sido adaptados recientemente a las tablas. Todo sobre mi madre , del español Pedro Almodóvar y Oscar a la mejor película en lengua extranjera de 1999, entró al Teatro Old Vic de Londres hace un año como All About My Mother , con dirección artística del actor estadounidense Kevin Spacey. Otras películas teatralizadas han sido "The Producers", "El graduado", "Loca", "Lo que el viento se llevó", "La danza de los vampiros", "Cuando Harry conoció a Sally", o de Hitchock, "La soga" y "Aplausos", “Crimen Perfecto” o también “39 escalones” (de 1939).

De esta última adaptación se puede anotar que utiliza remembranzas de varias de las reconocidas obras del maestro del suspenso: persecusión de un hombre por dos aviones (Atrapa a un ladrón), el memorioso (El hombre que sabía demasiado), la cortina flotante (Psicosis), etc. Hitchock es bien reconocido en la historia del cine por “inventar” efectos especiales en el cine y es por ello que se reconocen como íconos muchas de sus escenas. El teatro se nutre del cine demostrando con este diacronía que no es una simplista instancia previa de la evolución del séptimo arte.

De preferencia han sido los musicales aquellas obras dramatizadas viniendo del cine. “Lili" (1953) en una comedia musical "Carnival", "Sugar" basada en "Una Eva y dos Adanes", la película de Marilyn Monroe, Tony Curtis y Jack Lemmon (1959). "Sonrisas de una noche de verano", de Ingmar Bergman, convertida en comedia musical como "A Little Night Music" (1973). "Calle 42" (1980), basada en el film de Lloyd Bacon de 1933; "La tiendita del horror" (1982), basada en el film de Roger Corman (1960); "Nine" (1982), basada en "8 y medio", de Fellini; "Cantando bajo la lluvia" (1984) y "Siete novias para siete hermanos" (1985); "Fama" (1989), "La Bella y la Bestia" (1994), "El rey león" (1997), "Footloose" (1998), "Fiebre de sábado por la noche" (1999); "Las brujas de Eastwick" (1999); En Alemania, adaptaciones de la película de Disney "El jorobado de Notre Dame" (1999) y de "La danza de los vampiros" (2000), de Roman Polansky; "Misery" (1999) "The Full Monty" (2000) y "Hairspray" (2002), entre otras. A un reciente Festival Iberoamericano vino la “Reina Margoth” por el Teatro Mladinsko de Eslovenia, con audio y video provenientes de la película original de Patrice Chéreau (1994).

El teatro había sido, y lo sigue siendo, fuente inagotable de inspiración para el cine, ejemplos de lo cual hay cientos. Pero, es mucho menor el número de ejemplos de la adaptación contraria, como ya se ha reseñado. Pero, ¿qué es lo importante o interesante en observar este último fenómeno de transfiguración artística? No es precisamente que suceda, sino el cómo se produce a nivel de tecnología y de fusión de artes escénicas. Quizá la explicación radique en que las mentes nuevas, las juventudes masivas exigen impacto audiovisual multimediático vieoclip-artístico, para expresarlo de alguna manera. El adaptador cine-teatro debe interesarse no solo por el valor artístico puro, lo cual puede ser una calificación subjetiva por parte de expertos, que no ha de llevar al espectador a la compra de un boleto. Debe plantearse por sustraer del impresionismo cinematográfico, creatividad y truculencia, con aprovechamiento de la tecnología de vanguardia.

De esta manera, combinar el ditirambo grecorromano (danzas y cantos), el kabuki masculino japonés (roles femeninos actuados por hombres), el teatro Olímpico de Vicenza (perspectivas tridimensionales urbanas al fondo del escenario) y el teatro Farnese de Parma (que aportó el telón, proscenio, platea y pisos de galería, ya clásicos) ambos italianos, el “Festspielhaus” de Bayreuth, Alemania, con las instrucción de Richard Wagner, de platea escalonada y que introdujo el oscurecimiento del auditorio durante la representación, así como la ubicación de la orquesta, sumados al arte tecnologizado de la iluminación multicolor y focalizada, que se orientan a escenarios circulares, móviles, transformables, enriquecido todo ello con el uso esporádico de marionetas japonesas “bunraku”, el “guiñol” manual amparado con luces traseras y “sombras chinescas”, marionetas de “silueta” y “varilla” (de peana).

Los recursos “transitorios” como el actor que se mezcla con el público o que lo hace parte cómplice del argumento, en escenografía “abstracta” derivada del diseñador suizo Adolphe Appia y del británico Gordon Craig el siglo pasado, basada en plataformas, escaleras, cortinas, paneles, rampas y elementos sin determinar, o en escenografías “sugerentes”, de un realismo simplificado (ventanas suspendidas) que pueden parecer oníricas o surrealistas. A estos eclecticismos se agregan usanzas cirqueras llamadas escenografías “funcionales”, en las cuales todo se adapta a la necesidad del intérprete (puertas rodantes, sofás colgantes a la manera de un columpio).

El sonido, al igual, combinará obra situacional, temas leit motivs, unos pocos instrumentos en vivo u obras pregrabadas del mismo filme que le da origen a la representación. Se anuncia el naciente éxito de “Ben Hur Live” en Londres y Barcelona, cuya puesta en escena es parte del aniversario 50 de la historia que ganó 11 Oscares con una espectacular mezcla de luz, sonido y efectos especiales, “la fuerza de los conciertos de rock, la energía de los musicales de Broadway, la calidad del teatro y la magia de los grandes clásicos de Hollywood".

Participan Stewart Copeland (The Police) en la música, compositor de 60 bandas sonoras para cine y de televisión; J. Peter Robinson autor de "Highlander 3", "Bank Job" y "Charmed"; Shaun McKenna con el guión (autor de "El Señor de los anillos" en el West End de Londres); dirigida por Philip Wm. McKinley de éxitos de Broadway como "The Boy from Oz" y "Hair".

Con el diseño de Mark Fisher, responsable de la gira "The Wall" de Pink Floyd, de las giras de Rolling Stones o de las ceremonias de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, desfilan 400 actores, 100 animales y 5 cuadrigas auténticas en un Circo Máximo cuyo diseño de 360° ofrece al espectador una excepcional proximidad a un escenario de 2.500 m2, fuego y agua para galeras reales, que han de recordar los juegos de Julio César, Trajano y César Augusto.

En esta nueva onda del filmoteatro, se descubre de manera paradójica una reducción de costos gracias a las ayudas electrónicas audiovisuales, a la minimalización escenográfica, a la reducción de actores en escena (no es el caso del último ejemplo), a la complicidad del espectador quien al aceptar las tramoyas, linternas mágicas y pantallas puestas al servicio escenográfico virtual, accede a abaratar la representación. Ya no hay orquesta sinfónica, ni actores en bambalinas esperando su parte, no hay tinglados que bajan costosamente pero sin riqueza comunicativa, no hay riesgos de aceptación argumental pues se usan temas probados por años en el cine. Incluso, los derechos de autor originales han fenecido en términos legales y sólo cursan los correspondientes al adaptador que arriesga como empresario. Se esquiva también el vestuario de época trasladando las situaciones a la contemporaneidad. A todo ello se agrega la atracción de nombres que son de alto reconocimiento masivo en televisión, con cuyo carisma y multifacética se planta en firme un estreno. Así las cosas, el teatro vuelve por sus fueros para, entre nuevos estrenos, aprovechar su mismo espacio en proyectar una taquillera y deliciosa película.

Colofón: China vuelve con el director de cine y coreógrafo Zhang Yimou (Héroe, La casa de las dagas voladoras, La maldición de la flor dorada), luego del éxito de sus ceremonias olímpicas en Pekín 2008, a apoyarse en su orientación para la ceremonia de celebración de los 60 años de la República Popular, a través de la Avenida de Chang An, en el centro de Pekín, y frente a la Plaza de Tiananmen. Un aporte masivo del cine a la teatralidad de los actos masivos.

lunes, 28 de septiembre de 2009

La globalización


El país nacional, el espacio virtual y el mundo global, son términos que podrían parecer redundantes. No obstante, la referencia va al constante asedio de las noticias sobre los grandes negocios, que más que esto son business over bussines, BoB. Es decir, que la constante actual son las fusiones, las conglomeraciones, las adquisiciones y las compras de unos por parte de otros. ¿Era eso mismo lo que en épocas aún recientes se denominaba simplemente monopolización?
No. La presión competitiva es tal en el mundo globalizado que las organizaciones exitosas están obligadas a la integración vertical y horizontal, como mecanismo de supervivencia. Empero, esta clase de integraciones no es solo interna sino internacional, con orientación a mercados masivos ya no representados en segmentos nacionales diferenciados sino en clusters internacionales estandarizados.
La banderas pierden colorido, las fronteras se difuminan y los capitales se suman a un nivel supraestatal. Ls empresas del sector privado dictaminan sobre lo que se hace necesario que los Estados conozcan, para que haya una respuesta de política eficiente y eficaz.
¿Ha sido esto derivado de la poca competencia de los Estados, signados por clientelismo (incidencia nociva del sector privado en sus decisiones), de la corrupción burocrática (venalidad de políticos y funcionarios públicos) o del poderío de naciones más desarrolladas sobre Estados obsecuentes?
Hay muchas razones. Se puede proponer una hipótesis: el conocimiento de la ciencia política y el avance tecnológico (no solo en teleinformática, lo que suele ser un error de apreciación) han franqueado barreras imposibles que prevalecieron hasta finales del siglo pasado. En esto, habría algo del "fin de la historia de Fukuyama", que resulta innegable.
En lo político, los procesos de democratización han sido evidentes, la puesta de oído en el sentir de las masas resulta de consulta obligante antes de las decisiones de los gobiernos, el reconocimiento al hecho de que la sociedad si puede enfocar sus esfuerzos en la paulatina eliminación de factores de pobreza, que han sido el mayor oprobio alrededor de cuya solución ni los ideales más altos se han podido poner de acuerdo, y en lo cual ya no debe caber duda alguna, hacen que deba aceptarse que los supraniveles de la sociedad global han madurado.
Hace un siglo, las crisis financieras mantenían sus efectos durante décadas, hoy se apaciguan en menos de tres días. Hace poco más de medio siglo las guerras eran decadales y dejaban odios y antagonismos a todas las generaciones. Hoy, lo cual no es en ninguna forma una justificación ni un consuelo, son focalizadas, aunque sus causas y efectos se expliquen en los intereses del fuerte sobre el débil.
Así las cosas, el mundo se empequeñeció y eso resulta positivo. Se puede comenzar a irradiar los avances que el hombre ha logrado en el dominio de la naturaleza, así sea mediando los muchas veces odiosos términos de mercado y precio. Muchas de las propuestas de pensadores hindúes, chinos y asiáticos, en general, nobeles, filósofos y "gurúes", acerca de bancos de pobres, vías de desarrollo, modelos de equidad, se basan en el mercado con indicaciones de los aparatos estatales no dirigistas. Caba reconocer que en este inmenso proceso "El Capital", ese know how del que tanto se discute, se beneficia siempre en primer lugar para generar las sinergias que, en supuesto, han de favorecer a los demás, la mayoría olvidado y expectante. El Estado en estas perspectivas es el medio de coordinación de la puesta en práctica de dichos modelos. No el organizador, instigador y controlador de viejas épocas, sino el amistoso sistema normativo, auditor y de gestión que se requiere para que esta inconmensurable máquina global extienda sus brazos y atienda a los deposeídos de siempre en el confín del mundo.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Pastillita

El magistrado Augusto Ibáñez, en entrevista con Yamid Amat:
"XIX fue el siglo de los parlamentos, de los congresos, la participación y representación ciudadana; el siglo XX fue el siglo del Ejecutivo, la organización, la administración, la ejecución de recursos. Y el siglo XXI es el siglo del juez, la norma, el cuidado a los derechos fundamentales". ... "El derecho penal es lo mismo, el siglo XIX es el siglo del sindicado, para tutelar sus derechos. El siglo XX es el de la búsqueda de los dogmas y esquemas, y el siglo XXI es el siglo los jueces y el siglo de las víctimas".

jueves, 24 de septiembre de 2009

viernes, 18 de septiembre de 2009

Pastillita y sorbito


¿Que no se puede devolver una terna? Del derecho consuetudinario bastaría con razonar negativamente una respuesta !!!
Desde un análisis derivado de la teoría de juegos puede deducirse fácilmente que el derecho constitucional del ejecutivo para ternar candidatos a Fiscal permite condicionar el nombramiento al arbitrio del gobierno de turno. Además, en 1991 el sistema penal era inquisitivo y desde el 2004 comenzó a ser acusatorio. Lo menos que se puede exigir es que haya mucho de esta especialización en los ternados, o en su defecto, que éstos candidatos no tengan simples capacidades ejecutivas o administrativas, a pesar de ser abogados, y exigirles algo más de lo que los muy sencillos requisitos constitucionales prevén para ocupar el segundo cargo del país. No se trata de un abogado que gerencia sino de uno que imparta justicia. La gestión y gerencia, si se le evalúa desde esa perspectiva. le corresponde al Consejo Superior de la Judicatura no a la Fiscalía.
!A negociar, Presidente! Y eso significa, una terna satisfactoria y, finalmente, una decisión políticamente aceptable para la Corte Suprema, máximo tribunal de la rama, en su fuero de elector del Fiscal General de la Nación.

jueves, 17 de septiembre de 2009

domingo, 13 de septiembre de 2009

DISTRICT 9



Este film de ciencia ficción con poco menos de dos horas acomete una gran industria tipo hollywood fabricada en Suráfrica con artificios neozelandeses. Peter Jackson el maestro de la saga del “Señor de los anillos” funge de productor con solo US$30 millones. Neil Blomkamp, aporta sus 30 años, para dirigir este bigmacproduct y cumple la ley de zam (un guion escrito y dirigido por la misma persona es la mejor fórmula de calidad y éxito en el cine). Le acompaña en la escritura del guión Terri Tatchellr con quien cumple la tarea de expandir un cortometraje del 2005, del mismo autor, titulado Alive In Joburg. Es allí, en Johannesburgo del 2001, donde se desarrolla la historia, actuada por quien desempeñó el mismo rol en el ya mencionado corto, un esforzado Sharlto Copley, desconocido actor para este lado del mundo, quien hace gala de un bajo carisma unido a una gran capacidad de melodramatizar, de manera a veces cómica, el personaje que, finalmente, seguirá vivo en “Joburg”. Los espectadores, que serán masivos, deberán encontrar en qué consiste el nudo de esta envolvente metáfora de acción que comienza cuando ya han pasados dos décadas del momento en que una inmensa nave extraterrestre queda suspendida sobre la ciudad y su millón de pasajeros alienígenas, que pasará a 1,8 y a tres millones en el transcurso del cuento, son confinados por el gobierno en una zona de Nigeria, denominada Distrito 9.
Estos elementos ya reseñados con la ayuda de la información dispuesta en la red, ayudan a comprender aquello que se encuentra tras las bambalinas de esta producción. La película tiene una puesta en escena del tipo noticiero CNN, con franja noticiosa subtitulada en pantalla, con movimiento de cámara en mano que son, definitivamente, la novedad del siglo XXI extraida de los video clips, y música altisonante que ampara disparos extraños y estruendos metalizados propios de un film de guerra.
Pero, este largometraje (palabra ya desueta) tiene sus propias particularidades. Los alienígenas, con aspecto de calamar de dos metros e hijos del tamaño de medio metro, acompañan a toda una población negra de anárquicos subversivos armados, de soldadesca mercenaria surafricana y de cascos azules del la MNU (una magna naciones unidas). Es acá donde empieza la gran metáfora que se asoma a la conciencia geopolítica del espectador. Los ghettos de desplazados se reflejan en el Distrito 9. La basura, la pobreza, contrastan con el despliegue tecnológico de los medios y de los ejércitos regulares. Todo confabula para mantener en una intención falsamente “humanitaria” a los “gambas” encerrados para evitar su cruce con nuestra especie. La alta tecnología gamba solo puede ser manejada por estos mismos alienígenas y, por ello, hay curiosidad de diversas naciones en adueñarse de ella.
Duele ver en los aliens personas como nosotros, en negros y blancos personas como los enfrentados en un apartheid no muy lejano. La Nigeria que nos muestran semeja la Namibia invadida por los “afrikaners”, el rechazo a los gambas es un símil de un racismo inocultable, todo a manera de documental enlazado con entrevistas creíbles, la prepotencia blanca que allana, confisca, abusa a la población de esta especie de campo de concentración, todo lo cual nos hará pensar y hacer contrición de los tantos símiles que hay en la actualidad irresoluta de la geopolítica internacional.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Pastillita y sorbo

"Uno de los pilares del balance entre los poderes es el respeto por reglas de juego claras y estables, cuyas modificaciones no pueden responder a la retaliación", expresa el principal diario de Colombia en una frase que resume todo el arsenal de argucias políticas en los últimos siete años. La palabra cambio se ha utilizado de tal forma que está desprestigiada. Se cambia para seguir igual, o peor. El constituyente primario ha pasado a ser un elemento secundario. El poder ejecutivo utiliza al poder legislativo para domeñar al poder judicial burlándose del poder público (todas las "ias") y se ayuda del poder mediático. Muchos poderes para el disgusto de Aristóteles, Hamilton, Rousseau o Montesquieu. Muchos contrapesos para inclinar el peso de la democracia al amaño del gobierno de turno.Recordemos también que más de la mitad del articulado de la constitución de 1991 ha sido cambiado mediante dos actos legislativos (y algunos pocos más), sin que el pueblo oyente de radio, espectador de televisión y mal lector de prensa, se haya dado por enterado.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Reelección ¿???


Con el paso no muy rápido pero seguro que lleva la segunda reelección de nuestro presidente, se está cuestionando el concepto de democracia en Colombia. ¿Hay un modelo de democracia por cada país? Es posible. Lo único cierto para todos, élites, expertos, políticos y gente del común, es que la democracia es contrapuesta a la autocracia. No obstante, este modelo, hoy en apariencia prevalente en el mundo, tiene debilidades que en manos del poder se han convertido en oportunidades de mantenerlo o, lo que es lo mismo, de ponerse en entredicho como sistema de ordenamiento social.

Algunos reconocidos pensadores, desde Platón, pasando más recientemente por Rawls o Bobbio, incluyendo a Sartori, han aceptado que la democracia es un conjunto de reglas para definir quién toma decisiones y con qué procedimientos o, lo que es igual, quién está autorizado para la toma de decisiones colectivas y cómo debe hacerlo. En esto debe enfatizarse recordando que las decisiones de grupo no existen como tal, puesto que son individuos quienes las toman, a pesar que haya unas reglas escritas, morales, consuetudinarias, legisladas o constitucionales.

Al pueblo se le ha enseñado sin embargo que la regla fundamental de la democracia es la mayoría electoral, para hacerle suponer que la decisión de algunos es la de todos, desde que el Estado Liberal pasó a Estado de Derecho y desde que se pensó en que la democracia de representación pasaría a democracia de participación. Pero también, desde que se pensó la democracia ideal para buscar una democracia real. Locke, Rousseau, Bentham, Tocqueville, Smith, Hobbes, John Stuart Mill, buscando la segunda encontraron la primera. Hoy hemos de reconocer lo inverso.

Debemos aceptar que la representación de los intereses se ha impuesto a la participación política o lo que viene a ser lo mismo, que ha sido imposible vencer la realidad de una oligarquía que no hace posible aquella democracia directa en que no hay intermediarios entre el voto unitario y el poder, pero tampoco permite la participación más allá de "una persona, un voto". El Gobierno democrático no es la ausencia de élites, lo dijo Shumpeter, y Bobbio ya lo había pensado a través de lo que configuró como algunas promesas no cumplidas que hacían de la democracia algo que, a pesar de todo, seguiría siendo lo mejor de lo imperfecto. Una de éstas promesas no cumplidas por la democracia, recurramoa a Bobbio, es no eliminar los poderes invisibles, tales como mafias, logias, servicios secretos sin control, protectores de los subversivos que debieran controlar. Alan Wolfe lleva esta verdad hasta aceptar que junto a un Estado visible existiría un Estado invisible. Bobbio aceptó también la tendencia del sistema democrático hacia un máximo control de los súbditos por parte del poder, y no al contrario. ¿Cómo se produce ello?, a través de lo que de manera inocente se denomina como abstención, dando como resultado el que solo actúan los ciudadanos activos, interesados, que votan a cambio de favores personales.

Esta infinitesimal síntesis de lo que es la democracia actual permite concluir en la vigencia del concepto de Estado de opinión, propio de una sociedad moderna y globalizada en la que las vías mediáticas coadyuvan a generar imágenes quizá efímeras pero sin duda impactantes. A este concepto están acudiendo nuestros gobernantes de turno pues acomoda bien a la sociedad de la información. El Estado pasa de ser el reflejo de todos para ser la figura de alguien señalado por las preferencias, las favorabilidades o las encuestas. Solo que tras este fenómeno propio de la sociedad de masas, donde el líder debe transfigurarse en ícono, en logo, en signo, de eficiencia, de eficacia, de transparencia, de trabajo, de anticorrupción, de seguridad democrática o de pacifismo, estará el Estado invisible, el gobierno de élites, el poder oligárquico.

En Colombia, donde la violencia es un hecho cultural innegable en todas sus formas, presente desde el microcosmos familiar hasta el macrocosmos internacional, en los delitos de maltrato intrafamiliar hasta los datos del comercio fronterizo congelado por voces que reclaman el irrespeto armado a la nación del otro, la democracia sigue siendo la utopía de la paz. De una paz buscada para una economía cuyos mayores rubros comerciales son el material bélico, las sustancias escapistas y las personas. De una paz en un entorno en el cual los poderes invisibles han eliminado el precepto del monopolio estatal en el uso de las armas y cuentan con ellas para imponer sus intereses de grupo. Las reglas han quedado bajo su influencia y las leyes se hacen a su acomodo. La tan necesaria y ofrecida paz, las tan anunciadas justicia y verdad, son el escenario de condena a los testaferros visibles de un poder invisible, este último que no será nunca ni castigado ni siquiera sindicado por sus debilidades en procura del dominio político y económico, y de mantenerse fuerte y oculto.

A este juego de democracia real corresponde la reelección del ícono que busca la consistencia del modelo. Todo cambiará, para seguir siendo igual.

jueves, 3 de septiembre de 2009

La clase


Una película de muy bajo presupuesto, catalogada como drama social, con actores naturales, resultado del guión del libro “Entre los muros” y ganadora de la Palma de Oro de Cannes en el 2008, aunque detrás del Gran Premio concedido a “Gomorra”, por un jurado compuesto por Sean Penn, Sergio Castellito, Natalie Portman, Alfonso Cuarón, Apichatpong Weerasethakul, Alexandra Maria Lara y Rachid Bouchareb. Esta jurado demostró con estas dos selecciones ser partidarios de obras casi artesanales, muy diferentes de las grandes producciones de quienes algunos de ellos han hecho parte característica en sus carreras. Cine social, las llaman algunos académicos; cinema verité, otros críticos cincuentones; drama social, peyorativo mote que denomina así a todo aquello que no sea comicidad o ficción aventuresca; cine profundo, para quienes envidian las taquillas llenas; cine arte, para quienes no saben y creen distinguirlo.
Este metraje de dos horas, acompaña un semestre lectivo de una escuela de la periferia parisiense, en el curso de francés del profesor François, rol de François Bégaudeau. Lo interesante en la producción es que él mismo fue profesor y es actor natural y coguionista de su propio libro “Entre les Murs”.
Laurent Cantet, director joven de unos cinco filmes poco conocidos en nuestro medio, dirige con tono realista, logrado a tal punto que solo al final puede uno preguntarse si se produjo como documental in situ, como resultado de actores consumados con fallas voluntarias, o como el tipo de cine que se admira tanto en nuestro medio colombiano con Victor Gaviria, con Pier Paolo Pasolini, de quien recordamos como posiblemente uno o el primero de este tipo de directores con su famosa “Il Vangelo secondo Matteo”, de 1964, o con Fernando Mireilles “Ciudad de Dios” del 2002, entre otros muchos.
Este cine, preferiblemente armado con gente joven, pues juventud y naturalismo parecen ser una dupleta conceptual que demuestra lo mal que nos ponemos todos con la edad, ha servido para inventar gran parte del “cine independiente” que no es sino un mote envidioso de la industria del entertainment exitoso.
Como muchos de los productos actuales provenientes de todas las ligas del cine mundial, esta clase tiene alumnos de África negra, el Magreb, Malí, China y... Francia. ¿Cine global?, ¿cine de la modernidad, ¿cine transcultural?, serían denominaciones académicas de esas que congelan un producto artístico y le restan valor. No obstante, es cine universal.
François, escritor, funge de profesor de lengua francesa, mediante continuas conversaciones con sus alumnos, con una metodología intuitiva (de parte del docente) que les obliga a pensar y razonar. Estos caracteres y comportamientos serán novedosos para quienes no conocen el tema pedagógico o la práctica de la enseñanza, Posiblemente por ello mismo, la clase no será más que un material para escuelas de profesores. ¿Qué aprenderán? Nada. Se sorprenderán del ambiente de cámara oculta en las aulas y en las reuniones de profesores, donde la máquina de café tiene la misma importancia en tiempo, lugar y debate que el paso rápido por las cansadas teorías del aprendizaje. Lucen cansados, los maestros, llenos de energía y displicencia, los alumnos, con disimilada soberbia, el profesor.
La deportación del padre chino de Wei, los clásicos rumores no ciertos de homosexualidad de algún compañero de clase y acerca del mismo docente protagónico, el consejo disciplinario de Souleymaine, permiten reflexiones simples sobre la apertura social a otras culturas y a otras tendencias sexuales. La producción que comprometió a 25 muchachos y muchachas de entre 14 a 17 años fue rodada con tres cámaras digitales (la maravilla actual del bajo costo) bajo la fórmula de 1-2-3, enfocar al protagonista, al interlocutor y al resto de la escena, para proveer de manera inmediata discos cronometrados que luego es muy sencillo editar en un computador, al gusto del director y con base en las guías de los tiempos que luego se borran para la versión final. Esta manera de hacer cine requiere solo creatividad y guión. Esta técnica demuestra que, por ejemplo en nuestro país de literatos, faltan historias interesantes bien escritas.
¿Qué se ve en la clase? Todo lo que desespera a un docente que por debilidades de carácter, por problemas de personalidad, por desconocimiento de la juventud o por estar adentrado en un oficio sin vocación, lo lleva a la rutina total y al descrédito histórico de la profesión. No hablamos de este personaje sino de la dominante realidad.
Las cara feas y bonitas que miran a todo lado, menos al tablero. Todas las posiciones corporales en un pupitre. Los mal llamados “liderazgos” de algunos rebeldes y otros inteligentes. Los que parecen no poner atención pero están conectados y los que miran fijamente al profesor, sin entender. Las respuestas maliciosas, los desplantes, los irrespetos mal interpretados. A todo esto responde el buen profesor con el clásico, reiterado e infructuoso “a la chita callando”, con la faz desesperada aunque empática. La reunión de profesores es ese deprimente escenario de quejas al aire, de conversaciones lentas y truncas, de calma chicha antes de clase. En Francia, como acá y como en el mundo, la docencia mal pagada, los alumnos que vienen de hogares con problemas de riqueza y de pobreza, pasan todos los años esperando que las cosas mejoren. Los recreos de allá y del entorno global son igualmente llenos de griterío, improperios, bola de fútbol, golpes escondidos y profesores en trance de árbitros de boxeo.
Pasan los años, las generaciones, los estudios a todos los niveles, las mejoras de las instalaciones, las tecnologías que permiten multimedias y “facilitan” la tarea, pero la docencia es igualmente un ejercicio emocional que pone a prueba al “maestro”. De estas sinergias surgen éxitos y fracasos que durarán toda la vida.
En La Clase, hay una parábola del buen docente que comete errores leves de los cuales él no se da cuenta, y errores graves, de los cuales la comunidad no se entera. He aquí una de las claves sociales mayores generatrices de problemáticas sociales y de más difícil detección en la práctica docente real. Quizá solo la niña representante de curso, crítica, desordenada, de risitas impertinentes, es la única que sabe que sucedió para que Souleymaine fuera finalmente expulsado, para luego ser reenviado a Mali por sus padres y truncando toda su vida a causa de un desafuero de Francois, respaldado por la ignorancia conveniente del neutral director de la escuela. Francois, experto en lenguas, usa “vagabundas” de manera mal aplicada y se equipara al muchacho que en una edad llena de efervescencia moral, le tacha en público.
De estos errores ha sido lleno el mapa universal de la enseñanza, han emergido fracasados, delincuentes, frustrados y falsos talentos, dando paso a los que pasan inadvertidos hasta doctorarse en lenguajes abstrusos que no impedirán que el ciclo se siga repitiendo.

sábado, 29 de agosto de 2009

La flaqueza del bolchevique


Una película del 2003 vista en el 2009 y a través del canal latino a veces sorprende. Ya no es raro apreciar el cine español pues ha probado al mundo su capacidad de comunicar, siendo auténtico. Es un cine universal pues ya se le distingue entre la multitud fílmica.
Esta “flaqueza” se deja ver, pero hay dos explicaciones. La primera de ella es María Valverde, esa “lolita” que enamora y convence. De hecho, esta fue su primera película y con ella ganó merecidamente el Goya a actriz revelación. A quienes tenemos algo de trayectoria, María nos va a recordar a Tatum O´Neal, aunque crecidita y muy sexy. La otra explicación es recordar al caradura de Luis Tosar que uno recuerda de La Comunidad (Alex de la Iglesia), de Los Lunes al Sol (Fernando León de Aranoa) acompañando a Javier Bardem, o de Te doy mis Ojos (Iciar Bollain) cmo maltratante conyugal. Este es un tipo con suerte pues hace cuatro filmes al año y sin respirar en la últma década. Acá también él ganó su Goya a mejor actor.
En este filme corto de 95 minutos se cumple con Martín Manuel Cuenca la regla de oro de la industria: quien dirige el guión que él mismo escribe tiene éxito. Y eso es todo en la producción del “bolchevique”.
Quién es el bolchevique? Ese hombre de 32 años que choca con una “tía” de armas tomar, quien lo insulta, lo lleva a problemas con la policía y los seguros y le desarma el día. Decide vengarse insultando telefónicamente hasta que se cansa de ello. Porque está cansado de todo en su vida.
Es un yuppie inversor con relativo éxito, acuesta a su secretaria con erotismo aburrido y nada más. Pero, conoce a María, casualmente la hermanita de la “tía de armas tomar”, una angelical lolita de 16 años de quien comienza a enamorarse. Lo interesante de esta “peli” son los diálogos en boca de María, quien llamará cariñosamente “bolchevique” a nuestro “bored yuppie”. María logra comunicarnos lo que Pablo debió sentir, toda una serie de tentaciones producto de todo lo que conlleva la juventud en flor: “sé lo que tu quieres” … “el bañador cada vez más me queda bien” … “quieres verme en la piscina”… “creí que me ibas a besar” ...
Pero, en la vida de esta ficción los caminos son desgraciados, se cruzan y se truncan. Ah!!! ¿Que cuál es la flaqueza? Haber discutido con la “tía feroz”, sentirse tentado con su hermanita precoz y … finalmente, pagar por lo que no ha comprado. La película??? Una flaqueza del espectador, por desear seguir conociendo a María Valverde hasta el final de su rol.

jueves, 27 de agosto de 2009

Al otro lado


Hay una regla en la artesanía del cine: la dirección por parte del guionista o viceversa, produce siempre los mejores resultados. Se sabe de parejas muy bien acopladas de director-productor, de actuación-dirección, de guionista-actor. No es del caso citarlas, pues son múltiples y explican el éxito de muchos de ellos y de ellas. Es menos visible ante el gran público la comprobación de la regla ya mencionada, pero esta es mucho más una norma con menos excepciones.

Fatih Akin, nacido en Hamburgo de ancestro turco, 36 años, ganó el premio en Cannes 2007 por este guión que, a su vez, dirigió. En los aspectos argumentales y en los formales escribe de manera muy interesante y sentimental. Luego se somete a seguir sus propias pautas de montaje narrativo, de profundidad y panorámica de sus planos de cámara, de la insistencia en sus semiprimeros planos, de ignorar los planos detalle, pues es la historia la que le interesa, de no realizar planos subjetivos pues no encuentra nada más que escritura objetiva, de no requerir planos, ni aéreos ni picados. Su color es simplemente llano y de regular calidad. No hay perspectivas. La edición imita nada más que al separador de las páginas de un libro. El mar simboliza una cercanía de dos lados, que en la realidad geográfica no se encuentran.

Esta falta de creatividad visual solo no se requería, y de eso se convence el espectador. Akin se respeta a sí mismo en su propio guión. El resultado es una historia que no pierde ritmo, que es absolutamente clara en su narrativa y aporta muchos elementos de comprensión a la contemporaneidad.

Alemania y Turquía, los dos países separados por la mitad de las naciones de Europa central y los estrechos del Bósforo y Dardanelos. Próximos a estar juntos en la Unión Europea, pero hay que esperar aún trece años. Cada uno con distancias culturales e ideológicas. Sus tiempos históricos se podrán encontrar aunque sus tiempos culturales puedan distar un siglo. Entre Estambul y Bremen. Entre el lenguaje radical y lo íconos de izquierda, que son aún de vanguardia en la pobreza, y la sociedad que los generó y los ha dejado un tanto atrás en sus costumbres.

Una película dividida en tres partes por la muerte. En Estambul, Nejat y su padre Ali, la prostituta Yeter, hacen una historia paralela a la de Ayten, la hija de Yeter, y de Lotte con su madre Susanne (la recordada Hanna Schygulla, única figura reconocible en este celuloide), en Bremen. Las dos historias están imbricada por contrarios destinos. Nejat profesor de sociología en Alemania, gracias a los esfuerzos de su padre, resulta librero en Estambul. Ayten, activista radical en Estambul carente de oportunidades de estudio, escapará a Bremen para toparse con Lotte. Dos muertes y dos presidios los relacionan y solo el público lo sabrá.

Neyat querrá darle educación a Ayten, sin conocerla, sin encontrarla infructuosamente, para resarcir la memoria de su padre vivo. Susanne tendrá oportunidad de hacerlo, para hacer honor a la memoria de su hija muerta. Neyat y Susanne se conocen sin saber lo cercano de su punto de unión.

Es la globalización, de geografías distantes, de amores cercanos, de oportunidades y de carencias, de uno de los países fundadores de la Unión Europea (1957) y de otro de los candidatos a la integración (2020). El activismo político de Ayten, que reclama esta apertura, se encuentra con la búsqueda de sensaciones de Lotte, quien ya la vive sin haberla deseado.

Alí y Susanne, los padres de uno y otra, son la representación de una generación que dió todo por sus hijos. Alí ofreció trabajo intenso en un país de atraso y Susanne vivió “paz y amor” en un país de libertades.

Hay un contraste en los resultados de estas dos vidas. Hay un contraste de culturas y de religiones. En el contexto globalizado el mundo es aún físicamente extenso. En el plano humano es ahora más cercano que antes. Se acercan en el amor igual, Se acercan en el sentimiento igual. Se distancian en oportunidades diferentes. Se encuentran en las desgracias comunes. Se hallarán en las alianzas transcontinentales, luego de que cada uno viva “en el lado del otro”.

París


¡Así es París! nunca nadie es feliz … nos quejamos… nos encanta. No saben lo afortunados que son, caminan, respiran, corren, discuten, llegan tarde …
Hay que ver esta interesante película francesa para descubrir quién piensa así. Cédric Klapisch, un director que solo ha artesanado tres películas, dirige este ejemplo de la “Crash” gringa de Paul Haggis la premiada 21 veces internacionalmente con eje en un guión alrededor de 20 vidas que se cruzan en Los Angeles policlasista, multiétnico y globalizado.
“París” pertenece a esa larga saga, de filmes que no solo reflexionan sobre los problemas de la globalización y su impacto en las individualidades, sino que buscan promocionar ciudades con ánimo turístico. Ejemplo reciente de ello es en Europa, “In Bruges”, de Martin McDonagh, con un elenco de altura que muestra todos los mayores atractivos de una bonita ciudad tras el disfraz de ficción y, para el turista, los diálogos con frases sugerentes.
París, es la globalización con sus problemáticas interraciales, migracionales y de retrospección sobre la vida para lograr la introspección depuradora. Es la promoción turística, con el sutil disimulo de las intenciones de cámara para mostrar la arquitectura destacable.
La historia de un bailarín parisino del Moulin Rouge, enfermo cardíaco esperando la llamada para acudir a un trasplante de salvación con 60% de probabilidad de fracaso, le da nuevo significado a su vida y reinterpretación a la vida de la ciudad.
El guión es diverso sin ser denso. No le falta capacidad de síntesis y ese es su principal logro. Es barroco como el mensaje que lleva, no saturará al público. Es intencionalmente fabricado, como un tour por la ciudad luz sin recurrir a la noche. La cámara escribe la mitad del texto. Las miradas hablan lo que los diálogos no incluyen.
París, la película, es multicultural, multiracial, con un enfoque politizado que es válido para cualquier crítica al discurrir vital de toda capital reconocida, lo cual la hace universal. También la ciudad, mezcla las clases sociales sin generar las fricciones revolucionarias que aportó a la historia mundial, es megalómana frente a toda otra representación nacional de cualquier país. Los parisinos se saben importantes en el escenario global.
El profesor de historia enseña reticencias y lugares comunes sobre los jardines de la ciudad, Es contratado para presentar un documental en el cual recae en Baudelaire, Balzac y los demás, se introduce, como otros tantas veces, en las catatumbas repletas de cráneos apilados, entre los cuales están sin identificar Moliere, Robespierre o Rabelais. Pero su preocupación es el sin sentido de su vida, el desamor ante la belleza joven. Finalmente llega la conquista mediante mensajes de texto celular sin ver la ligona infiel oculta tras su cara de ángel juvenil. Retoza su regresión adolescente y la ciudad es para él un recorrido para volver a la misma previa melancolía.
El hermano arquitecto exitoso, casado con preciosa mujer, es motivo de la buena envidia del historiador. E impulsa su asistencia al psicoanalista. Llora la muerte reciente del padre de ambos y recupera su balance emocional al recibir su primer hijo. La ciudad es de él, desde las alturas de sus proyectos en curso.
Los inmigrantes norafricanos añoran pasar el mediterráneo y convertir las postales recibidas en fotografías. La ciudad es para ellos un paisaje y una serie de oficinas de asistencia social. El amor es para ellos la familia desarraigada y el dolor de compatriotas náufragos.
La asistente social divorciada, Juliette Binoche, rumia sus cuarenta años y sus tres hijos, pero se aplica al cuidado de su hermano enfermo. Para ella la ciudad es mercados y colegios, de los cuales emergerá finalmente el amor.
Los merchants, plenos de testosterona, conocen de la dependencia de la ciudad en cuanto los alimentos de muchas nacionalidades. Las modelos de Christian Dior, recorren la pasarela como epicentro de la mirada mundial para la cual París es moda. El amor es para las modelos bajar unos escalones sociales y retozar con los briosos merchants en juerga.
Todos se quejan. Sienten que París se está convirtiendo en ciudad de ricos, que en cada esquina brota el horror a los extranjeros.
La simbología está en el río, el mítico Sena, la torre, la mítica Eiffel, el pan, el mítico baguette, el café, las míticas mesillas en las aceras. La bicicleta, reina de las ecológicas ciclorutas, está siendo sustituída por la moto oriental. La globalización en las postales del río y la torre, que “llegan de fuera”, en la inmigrante que se emplea con la regañona panadera de baguettes, en los enormes embalajes de fruta y verdura del tercer mundo.
La propietaria de panadería, la trabajadora social, el arquitecto, un vagabundo requiriendo subsidios, el historiador enfrentado a la madurez solitaria, las modelos de Dior, los inmigrantes ilegales norafricanos, el profesor de natación de Camerún, la estudiante que expresa su amor con libertad francesa, todos se topan en las calles sin conocerse entre sí.
El amor es epicentro en la capital francesa de la cultura latina ampliamente reconocida. El amor de tío, el amor de excompañero de clase, el amor de hermanos, el amor casual, el amor no realizado, el amor divorciado, el amor joven y el amor viejo.
Las alturas son protagónicas. La Eiffel soberbia, las obras del arquitecto, las ventanas elegantes del historiador, la azotea vacía desde la cual lanzar unas cenizas al viento de la ciudad.
¿Cuál es el fundamento en el enfoque visual a París? ¿Cuál es la preocupación central de todo el “crew” y de todo el “casting”, de todo el equipo de producción de “París”? La migración.
La emigración y la inmigración, los dos flujos del sistema globalizado de problemas que van y vienen, de socialización de carencias del tercer milenio. La muerte: va cabalgando en los años viejos, va en moto, va en barcaza ilegal, va en taxi. El bailarín quiere asistir sin compañía a su cirugía y su referente de vida y de historia arquitectónica es pasar de largo por el frontis del Pére Lachaise.

La Elegida


Ben Kinsley (Oscar 1983, en Gandhi) quien cumple 66 este diciembre de 2009 y Penélope Cruz (Oscar reparto 2009, en Vicky Cristina Barcelona), quien cumplirá 36 el próximo abril de 2010, se interpretan y viven esa misma distancia generacional en el filme de título equívoco La Elegida.
“Elegy”, significaría una métrica poética, pero se le entiende como una serie de versos de profunda pena sobre la muerte de alguien, el amigo, la amante quizás … Insinuar que hay una elección por parte del profesor de arte David Kepesh, judío separado, cazador de jovencitas bajo la disculpa de que, luego de una fiesta de despedida de curso, ya no son sus alumnas, no cuaja en el título amañado. Tampoco es elegida Consuela Castillo, quien se parece a la maja de Goya en sus ojos españoles y en su pose de senos para el lente aficionado del “sabio” amante. George O´Hern (Dennis Hopper, 158 filmes en 55 años desde Rebelde sin causa) es el poeta y compañero de squash de David, y quien se atreve aconsejar una serie de cartabones de conducta y desamor rutinario que son posiblemente la causa misma de su fallo cardiaco final, momento en el cual no sabrá si amó más a su amigo que a su compañera de toda la vida.
Caroline (Patricia Clarkson), es la cincuentona, amante única por dos décadas, “una entre un millón de mujeres que tienen sexo sin pedir nada a cambio”.
Isabel Coixet, dirige basada en el libro de Phillipe Roth “El animal moribundo”y comprueba una vez más su antigua preocupación por estos temas pues tiene en su haber My Life Without Me (2003), A los que aman (1998), Cosas que nunca te dije (1996), Demasiado viejo para morir joven (1989), entre sus otras doce películas como directora – escritora.
Keppesh seduce a Consuela, cubano – americana, y conoce de ella que ha tenido pocas, inocentes pero aberrantes relaciones lo cual hace surgir peligrosos celos otoñales y una filosofía personal de su entrada a la vejez. O´Hern, se hace conforme y temeroso de aventurarse en la retoma de sus lides juveniles y Caroline ahora es consciente de que ya no está ejerciendo igual atracción que cuando era joven.
La “elegía” es quizá un mensaje triste, posiblemente algo poético, sobre la lucha interna entre la conciencia de la pérdida de la belleza y del amor que traen los años y la lascivia y carnalidad que buscan rechazar esta cruel e ineludible verdad de las edades avanzadas.
Consuela encuentra que el destino, dolorosamente, le da la oportunidad de equilibrar con pérdida de belleza la inmadurez amorosa de quien le dobla en años. Esta elegía es por los años jóvenes que se van y los deseos que permanecen, por el amigo que se fue y por los años perdidos por un padre ante un hijo envuelto en problemas similares, por el vacio que produce el sexo sin amor, por los libros que ya publicados no significan igual. Esta elegía la escribe David.
La puesta en escena es formal. Lin MacDonald ha participado en tanto film diverso que opta por la convención: teclados bellos de piano, cuadros con pequeñas figuras artísticas famosas, estanterías de libros repartidas en el apartamento ordenado del judío melancólico que mira a través de las ventanas, autos nuevos, paseos por el central Park, salones de clase espaciosos y bien iluminados, cuerpos conservados por el ejercicio, restaurantes elegantes, alto nivel de vida.
La música seleccionada por Marc Artís Garcia, Christy Carew, Angie Rubin es de José Ayala, Bach, Beethoven, Leonard Cohen, Al Lerner, José Sabre Marroquin, Arvo Part, Richter, Erik Satie, Cecile Schott, Scott Senn, Gecko Turner, en 17 temas por 6 intérpretes y responsables de la selección, de los cuales dos son originales (Artis García y Gecko Turner), es sutil casi imperceptible, con excepción obvia de la sonoridad cubana en la fiesta a la cual el viejo enamorado no quiso asistir causando una larga ruptura.
Los grandes grupos de puesta en escena y selección musical, algo no usual en la industria, y la elevada participación femenina y francesa en aspectos técnicos demuestran un énfasis formal que es, posiblemente, el factor inocuo de esta película. La limpieza, la factura perfecta, restan a la melancolía buscada para dar soporte a la elegía visual que no entristece tanto como se desearía, ni da el tono buscado ante el advenimiento de la vejez de todos, la muerte del poeta y la enfermedad de la estudiante, en ese mismo orden y sin mayor reflexión final.