viernes, 13 de mayo de 2011

CARANCHO


El carancho es un ave rapaz, de tipo buitre, un zopilote o un ave de rapiña, como se quiera, que merodea los restos que deja la muerte. Un carroñero. Con este mote se conoce a las abogados, mejor tinterillos, que viven de la desgracia ajena, y que pasan por las rendijuelas de la ley sin corazón alguno.

Acá en este buen filme se desarrolla una historia de corrupción alrededor del sistema de salud, no dentro de su administración como sucede en Colombia, sino fuera, en los vericuetos del engaño posible para cobrar pensiones e indemnizaciones a costa del dolor de seres humanos dispuestos a todo para vivir con el dinero que una última y sucia opción les ha de deparar. El carancho es sucio, inconmovible, llega hasta el delito para lograr que a su cliente le paguen por una invalidez o un accidente voluntarios. Ricardo Darin, ese serio actor argentino de “El secreto de sus ojos” (Oscar a película extranjera 2010), “XXY”, “”El hijo de la novia”, “Nueve reinas”, “Kamchatka”, entre otras memorables cintas argentinas, vuelve a cumplir su cometido profesional de encarnar personajes socialmente adaptados a la escala de valores que les convenga, y sin falsas poses elegantes para la pantalla. Martina Guzmán, emblemática actriz de algunas de las películas del director de esta cinta, Pablo trapero (“El bonaerense”), le acompaña. Darío Valenzuela (“El niño pez”) también está en el elenco.

La simulación de accidentes de tránsito y búsqueda voluntaria de sus malas secuelas, permiten explotar al sistema de prestación de servicios de salud al amparo de la enorme nube de 8.000 siniestros anuales realmente ocurridos en el país austral, para que los “caranchos” puedan vivir del mortecino de sus clientes. El filme fue enviado a los Oscares de 2011, pero no quedó en la escogencia última de nominados, aunque dentro de la larga y meritoria lista de thrillers argentinos recientes, se destaca como un producto de calidad universal.