lunes, 24 de enero de 2011
ENREDADOS (TANGLED)
Una película bajo el esquema Disney que lleva a emocionar a los niños, gritando en algunas carreras de persecución, y a las niñas a suspirar,por ser como Rapunzel, perseguidas por el niño lindo que desean conocer. Taquilla asegurada con un mínimo de doble venta de boletas, pues algún padre deberá acompañar al cinéfilo/a en ciernes.
¿La productora se toma el derecho de “cambiar la historia respetando la esencia de la obra original? No. De un cuento alemán de 1812 publicado por los hermanos Wilhelm y Jacob Grimm, distorsiona sus personajes para justificar “persecusiones” fílmicas. Algunas imprecisiones son:
Rapunzel hace referencia a una “lechuga de campo”. No a la sugerencia visual de un cabello.
Los padres de Rapunzel no eran reyes ni nobles, simples campechanos.
El cabello de Rapunzel no era mágico pues solo era parte de lo que iría a permitir la entrada a la torre donde permanecía con la bruja.
La razón de la bruja por mantener a la niña es contar con una hija. No obtener juventud eterna por el toque de su cabello.
La condición de regalar al recién nacido, que se esperaba fuera varón, no se debe a supuesta longevidad que la bruja obtiene gracias al cabello dorado de la niña, sino a un capricho de su madre por comer manzanas, del huerto de dicha Dama Gothel, que a su vez le nutrían sus ansias de embarazada.
El ladronzuelo protagonista (Flyn Rider) no lo es. Este si resulta en el cuento ser un príncipe que se prenda de la belleza de la niña Rapunzel.
El ladronzuelo no trepa por el cabello. El príncipe original lleva tiras de seda, noche tras noche, para completar un liana que permita escapar a la princesa.
Al descubrir que está siendo visitada por el príncipe la bruja corta el cabello a Rapunzel abandonándola en medio de un desierto. No se trata de un escape de la niña ni de una pérdida por corte accidental de su cabello.
El ladronzuelo queda moribundo por una herida de daga a manos de la bruja, pero en la historia original lo que sucede es que el príncipe, estando trepando la torre cae a una arbusto de espinas quedando ciego.
Años después, son las lágrimas de Rapunzel las que le devuelven la vista al príncipe, no la curación de una herida de daga.
Y otros muchos detalles más… antes de vivir felices por mucho tiempo.
Esta libre versión solo permite promover el merchandising de muñequitos, librillos sin fidelidad a la historia original y el uso de derechos de autor que han fenecido a través de dos siglos. Lástima que los chicos de hoy no reconozcan los auténticos cuentos de ayer con la idónea, pero no tan buena, mediación de la “Walt Disney”.