sábado, 15 de enero de 2011

SKYLINE


De la industria típicamente gringa, con un menor perfil que otras producciones de consumo masivo, proviene esta filme simple. Se puede señalar que es resultado del exitoso modelo industrial de división del trabajo que constituye lo que se conoce con el realmente indefinido nombre de “Hollywood”, acerca del cual, además de un gran aviso clásico en una colina, no existe un sitio específico en el que se produzcan películas como empanadas y bajo ese nombre. Con un presupuesto de US$10 millones han logrado unos US$65 millones con este filme intrascendente.

“Skyline” es un producto de la organización “Hydraulx” de California, fundada hace ocho años por Gregor y Colin Strause. Los Strause Brothers, directores sin talento artístico pero con vocación innovadora y negociante, están relacionados con títulos como “Iron Man”, “Jonah Hex”, “The A-Team”, “Avatar”, “2012”, “Fast & Furious”, “X-Men”, “ Wanted”, “The Incredible Hulk”, “300”, “Constantine”, “The Day After Tomorrow” o alguna “Terminator”, entre otras muchas, como diseñadores de escenas parciales con efectos especiales específicamente ideados por su empresa.

Aparte de “Skyline”, su otro mediocre logro de directores ha sido “Aliens vs. Predator”. Ojalá no sigan en la importante labor de dirección, cuando su verdadera vocación es el diseño industrial de efectos. Se les relaciona también, con videos musicales de U2, Linkin Park, Will Smith, Britney Spears, Jennifer Lopez, Aerosmith, Shakira (Wherever Wherever) y con spots publicitarios para marcas multinacionales como Gatorade, Ford, Jeep, Coca-Cola, Nike, PlayStation, Toyota o Universal Studios, y otras importantes empresas.

Pero, debe reiterarse que su talento no es dirigir pues los hermanos en cuestión son una mina de creatividad en CGI (imágenes generadas por computadora) reproduciendo locas pero rentables ideas. En el caso de “Skyline” se repite un lugar ya común de invasiones alienígenas provenientes de algún lugar galáctico, a ciudades norteamericanas de megalomaniacos rascacielos, autos modernos, chicas fáciles, vacíos fisiculturistas jóvenes pero osados, desperdicio de vidas que poco importan y láseres que todo lo acaban. Nada más, pues “Skyline” es un portafolio de mercadeo para esas imágenes de destrucción vendibles a productores con mayor talento argumental.