viernes, 31 de diciembre de 2010

CARTAS A JULIETA (LETTERS TO JULIET)


Un poco tarde, la metáfora desarrollada en la Verona itálica del director Gary Winick (“Charlotte´s web”), sobre el atractivo turístico de escribir cartas de amor en el sitio donde, según Shakespeare, los Montescos se enfrentaron a los Capuletos debido al amor de Romeo y Julieta, se convierte en una más de las producciones con ánimo de fomento turístico hacia la actual Europa en crisis.

Aunque es mundialmente reconocida por ser escrito del genio inglés, el argumento está basado en la traducción inglesa “The Tragical History of Romeus and Juliet”, de 1562, de un cuento italiano de Mateo Bandello, realizado por Arthur Brooke, basado a su vez en traducción francesa de Pierre Boaistuau en 1559. William Painter realizó una versión en prosa a partir de relatos italianos y franceses, en 1582 y Shakespeare tomó varios de todos estos elementos y agregó personajes como Mercucio y Paris, siendo publicada en 1597.

El filme en cuestión aplica esta anécdota romántica por antonomasia al cruce de dos amores, uno joven y el otro entre adultos mayores. Estos últimos se reencuentran medio siglo después de haberse separado por azares del destino mutuo.

Es de anotar que dicha metáfora fílmica se repite en la vida de sus propios protagonistas viejos: la rutilante y talentosa Vanesa Redgrave de 73 años (“Isadora”…), perteneciente a una reconocida familia de artistas ingleses de primera línea, y Franco Nero de 69 años, un antiguo héroe de la pantalla en películas de las décadas de los setentas y ochentas del siglo pasado (“Keoma”…) estelarizan un reencuentro de ficción que es similar al suyo propio en la realidad.

Cuando ambos, Vanessa Redgrave y Franco Nero, se conocieron en “Camelot”, unieron sus corazones y cuerpos. Dos años después tuvieron a Carlo Gabriel Sparanero (Carlo Nero), guionista y director actualmente. Se separarían, teniendo uno y otra diversas relaciones con otras parejas, para luego reencontrarse y unirse en matrimonio en el 2006, cuatro años antes de esta anecdótica y simpática película. El mexicano Gael García Bernal parece no llenar requisitos histriónicos suficientes al lado de la exitosa pero llana Amanda Seyfried.