martes, 12 de octubre de 2010

THE COUNT OF MONTE CRISTO

Lo mejor: su adaptación literaria

Lo peor: quienes la valoran más serán solo sus previos lectores

Joseé Dayan su director podría dar denominación a un género fílmico nacionalista. Ha dedicado su vida a no más de una docena de títulos, todos ellos orientados a encarnar grandes obras biográficas y de la literatura francesa, como Balzac o Simone de Beauvoir, o como Los Miserables, El Conde de Monte Cristo (1998) y Relaciones Peligrosas.

En este camino ha preferido en cinco oportunidades a Gerard Depardieu como protagonista de las aventuras de Jean Valjean, de Edmund Dantés, Vidocq y de los hechos de Honoré de Balzac, o Auguste Rodin, entre otros. Depardieu ha actuado los personajes principales de obras de Moliere, Cervantes, Shakespeare, Balzac, Dumas y Hugo.

Pero, volviendo a Dayan, el director de Jean Moreau en seis oportunidades, de Catherine Deneuve, Bo Derek o Nastasja Kinski, logra como actor introducirse en algunas escenas propias y como guionista - director un enorme respeto al libro original.

En el caso de estas seis horas y cuarenta minutos de duración, la historia, basada en hechos reales, del marinero frustrado, presidiario sin justicia y adinerado vengador, escrita a dúo por Dumas con Auguste Maquet, quien dejó el mérito recibiendo dinero por su aporte creador en la recreación escrita de la vida del zapatero Francois Picaud (quien inspiró la injusta prisión y la novelesca venganza luego de hallar un tesoro –real-), se basa en un guión impecable.

Quienes han leído este clásico del siglo XIX notarán que los hechos olvidados por tantas versiones realizadas para el cine aparecen allí. Entre muchos ejemplos, el Conde/ Simbad el marino/ Abate Busoni/ Lord Wilmore, esas múltiples personalidades utilizadas por Edmundo Dantés son despreciadas para la pantalla. Haydeé la final esposa del personaje central, nunca aparece para los cineastas. Vampa y Bertuccio son los únicos aliados de Monte Cristo y desaparecen los importantes amigos Alí y Baptistin. Incluso, otros realizadores se han atrevido a insinuar en muchas oportunidades que Albert de Morcerf, hijo de Mercedes con Fernando de Mondego, es hijo del vengador escrito por Dumas padre.

En la parte actoral, Depardieu aporta credibilidad a un personaje que suele ser de un equívoco mejor parecer físico en otras representaciones, que refleja en su rostro el sufrimiento de media vida en presidio y una vida frustrada. Los demás roles se sostienen en un plano de igualdad necesario para que ninguno pierda el relieve que requiere la trama. La bella Ornella Muti se destaca como la mejor Mercedes, alcanzando la dimensión que ocupa en el corazón del Conde literario y que nunca fue lograda en las lecturas que de ella hicieron otros directores.

En fin, lo mejor de esta película es que se convierte de manera muy auténtica en un libro audiovisual. Que hace de una obra artística del género literario una versión del séptimo arte con tanta validez que merece ser reconocida también un clásico dentro del cine.

Dayan ha participado en proyectos fílmicos ambiciosos alrededor de la novelesca clásica (uno de ellos de 36 horas de duración), en más de 65 películas para la pantalla grande y otras tantas para la pantalla chica, convirtiéndose en algo mejor que un Spielberg para las masas francesas, pero en algo menos que un desconocido para las distribuidoras latinoamericanas.