sábado, 19 de abril de 2014

LA MEJOR OFERTA (LA MIGLIORE OFFERTA)

Giuseppe Tornatore es ante todo un escritor de buenas historias. Luego las dirige de manera llana y bella, con el incomparable acompañamiento de las partituras de Ennio Morricone. Es un “realista mágico” de la filmografía italiana que, en este caso inventa una narración de lo que a un tal Virgil Oldman (ironía a un “viejo virgen”) le sucede. Virgil (Geoffrey Rush) es un agente de subastas puritano, malgeniado, pero también ciertamente tramposillo con la ayuda de Billy (Donald Sutherland) quien impulsa las ofertas hacia arriba, para que otros compren o para testaferrear compras interesadas de su amigo. Robert (Jim Sturges) es un joven habilidoso mecánico de miniaturas que, tras el misterio de reconstruir un autómata con mecanismo relojero, sirve de guía al poco diestro Virgil en su comprensión de las mujeres.
Claire (Sylvia Hoeks) es esa misteriosa mujer que resulta ser el eje de lo que puede catalogarse como un thriller sobre el arte, el engaño y el amor. Tornatore ha introducido elementos recurrentes en sus argumentos: los teatros, la dramaturgia, los objetos singulares, la idiosincrasia adolescente, las mujeres bellas, la escenografía implícita en los pueblos y las casas, todo con un tinte cinematográfico. Esta vez hay de todo ello y será el espectador el destinado a descubrirlo antes que termine la película o que el original Tornatore le juegue una amarga pasada, ante todo a los que son adultos mayores y enamoradizos que descubren que “todos somos una falsificación de nosotros mismos”.