martes, 16 de julio de 2013

EL HIPNOTISTA (THE HYPNOTIST)

El sueco Lasse Hallström es, más que multifacético ,un director disperso y con altibajos de calidad. Luego de toda una producción en Suecia, ha realizado “Chocolat” (Binoche, Dench, Olin, Molina y Depp), “Atando cabos” (Moore, Dench, Blanchett, Spacey, Rhys Meyers, Glen), “Giacomo Casanova” (Ledger, Irons, Olin, Platt), “La gran estafa” (Gere, Molina, en un tema que ha sido luego reiterado), “Siempre a tu lado, Hachiko” (el remake de “Hachikō Monogatari” de 1987, original más interesante que el papel de Richard Gere 22 años después), “Querido John” (Tatum y Sefried), están entre las vistas en Colombia los recientes cinco años. Lena Olin (esposa y alter ego de Hallstrom), Tobias Zilliacus, Mikael Persbrandt, Helena af Sandeberg, Jonatan Bökman, Oscar Pettersson, Eva Melander y Anna Azcarate completan el elenco(todos ¿¡?¡?¡?¡?).
Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho, escriben bajo el seudónimo de Lars Kepler (“El hipnotista”, editorial Planeta) con el supuesto de ser sucesores de Stieg Larson (“Trilogía Mileniumm”), sin lograrlo. Sin embargo, hay una atmósfera similar a la lograda en “Los hombres que no amaban a las mujeres”, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” y “La reina en el palacio de las corrientes de aire”, que son conocidos en el cine con el antetítulo de Millenium I, II y III. O Hallstrom no es Niels Arden Oplev ni Daniel Alfredson (directores de Millenium), o “Lars Kepler” no es Larson. Quizá sea lo segundo. De toda manera, en “The hypnotist” hay un hálito nórdico, no solo por el clima, que empieza a distinguir este cine. Es deseable que no se convierta en una “moda” contra la creatividad, pues aunque el ritmo fílmico en “tiempo real”, lo coloquial como entorno de los personajes, la ausencia de hollywoodenses clichés y tics actorales, hacen del cine nórdico algo muy interesante, derivado de un desarrolla realista de lo que fue el Dogma 95, va perdiendo espontaneidad y originalidad por su búsqueda ansiosa del mercado intermediario de los Estados Unidos y su distribución a través de la Fox y Sony. El título busca la atención en una técnica que en los días que corren ya no tiene misterio alguno. Los novelistas “…Kepler”, sin embargo, le agregan especulaciones acerca de la posibilidad de que el hipnotizado pueda “ver” detalles del pasado con una habilidad de cámara digital que hace de este el aspecto de ficción que quita trascendencia a un aceptable thriller que, ojalá, no tenga secuelas mercantilistas que pueden estropear la buena onda sueca que corre en este milenio.