viernes, 16 de marzo de 2012

DRIVE


Hay algo interesante en la atmósfera de “Drive”, pero un ritmo algo lento en el contexto de un conductor diestro y veloz, “stuntmen” de cine en sus horas extras, mecánico experto y contratista de delincuentes en la noche. Ya se había hecho “The driver” con Ryan O´Neal en 1978, escrita y dirigida por el estupendo Walter Hill, cuya filmografía hizo aportes en los géneros de acción de las últimas cuatro décadas.

El filme es dirigido por Nicolas Winding Refn, un director danés cuyo actor insignia ha sido Mads Mikkelsen en “Pusher” I-II-III a quien se recuerda de “Casino Royale”, “Coco Chanel & Igor Stravinsky”, “Flame y Citrón”. Hay una curiosa aparición de Russ Tamblyn, 78, (en el papel de Doc), el otrora famoso bailarín por haber representado al líder de los Jets en “West Side Story” (musical clásico, con base en Romeo & Juliet, de Wise y Robbins) hace ya medio siglo, que aunque lleva 64 años actuando, poco reconocida es su filmografía.

“Drive” es un filme de la globalización, mezcla de elementos dramáticos nórdicos, de íconos norteamericanos y de atmósferas japonesas. Combina “cast y drew” internacional, silencios expectantes (derivados del lenguaje de Walter Hill) y una historia samurái que va bien con la usual “poker face” de Ryan Gosling (otro actor Disney, “Blue Valentine”, “The ides of march”).

Carey Mulligan (“An Education”), Christina Hendricks (TVactriz, reconocida por sus “boobies”), Ron Perlman (“Quest for Fire”, “HellBoy”, “Beauty and the Beast”), entre otros, acompañan la “no actuación” de Ryan.

Es una película bien facturada, plena copia del estilo Walter Hill de hace treinta años. Pero se abusa del tono “James Dean” propuesto a Ryan Gosling. Con los antecedentes de “remake” y un ritmo llano de ciertos picos sangrientos, a esta producción no debería acercársele al mote de obra maestra, aunque estuvo nominada por edición de sonido en los Oscares 2012 y por la actuación (¿¡?) de Albert Brooks (como Bernie), en los Golden Globes de este año.