sábado, 25 de agosto de 2012

NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS (NO REST FOR THE WICKED)

En su tierra natal este filme se llevó los más importantes premios Goya 2012: Mejor película, Dirección, Mejor actor protagonista, Guion original, Mejor montaje, y Mejor sonido. Se los merece por el esfuerzo de realización de un buen thriller ibero con extensiones policíacas, narcotráficas, políticas y terroristas, propias de la problemática contemporánea global. Es un filme “rudo”, como el protagonista, un “desperado”, frustrado y violento que, con acción asesina muy poco ética para su función de policía, trata de frenar a delincuentes, algunos de ellos colombianos.
En un camino enceguecido y suicida que parte de las calles y los capos de poca monta, el protagonista ha de toparse con una red que trata de internacionalizar el terrorismo musulmán. El gran éxito del filme es su autenticidad, el buen uso de los recursos, la actuación del matón central y las crudas escenas de violencia justificadas como recurso dramático para reiterar, entre otras verdades, que el crimen no paga, aunque finalmente medie el heroísmo. En el filme muy madrileño hay un breve rol del compatriota Juan Pablo Shuk y una enseñanza para el cine colombiano, sobre cómo invertir escasos US$4 millones en un producto mercadeable, mediando un no muy novedoso pero buen guión.