Esta película relata una de las tantas historias de chicas perdidas para siempre por voluntad propia o por ser forzadas, este es el caso, a la prostitución en un infierno de degradación dentro del comercio sexual o trata de blancas, o trata de personas, por parte de bandas trasnacionales.
Dos chicas la polaca Verónica (Alicja Bachleda) y su amiga española son engañadas. Posteriormente, la mexicana Adriana de 13 años (Paulina Gaitán), es secuestrada de su barrio marginal dejando su infantil bicicleta. La mafia rusa es la responsable de estos secuestros, de drogar sus víctimas de mantenerlas al servicio de compradores de toda índole. El hermano, hampón principiante, de Adriana, Jorge de 17 años (César Ramos), se lanza de manera ciega a su búsqueda sin saber realmente cómo podría llegar a lograrlo. Por casualidad, Ray Sheridan (Kevin Kline) un policía tejano que también sufre de varios años la pérdida de su hija debido al tráfico sexual, se convierte en apoyo del chico en su aventura de rescate.
Sheridan no recuperará a su hija quien ya debe ser bastante adulta. Pero la trama genera un momento de interesante duda cuando en una de las casas de confinamiento de Nueva York (stash houses) Laura (Kate del Castillo), como matrona desalmada, traficante proxeneta, le lleva a pensar que puede ser aquella hija inocente a quien perdió añas atrás.
Marco Kreuzpaintner es el director novato de esta película chicana, filmada en México, Texas y Nueva Jersey, de buen grado de credibilidad y basada en una historia real motivo de un reconocido artículo de prensa. José Rivera (Diarios de motocicleta) colabora con el director en el guión basado en “Sex slaves on main street”, del periodista y escritor Peter Landesman, quien relata una historia que no es un caso extraordinario, sino que se repite de manera increíble un millón de veces al año según estadísticas oficiales, a través de una de las fronteras más problemáticas que es el sur de los Estados Unidos.
Sin embargo, es de recalcar que en Colombia existe de manera grave y constante este muy serio problema de tráfico de personas, denominado por entidades como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, UNICEF, OIT, IPEC y Fundación RENACER, explotación sexual comercial infantil de niños, niñas y adolescentes, distinguida bajo la sigla ECNNA, es uno de aquellos oscuros recovecos de la sociedad que no permiten asideros legales para su control y penalización, que se basa en sectores sin importancia política a los cuales el resto del país les olvida y que solo están presentes en la mente de investigadores sociales y en la letra de documentos de estudio académico, pero que aumenta día a día de manera impune.